jueves, 23 de junio de 2011

20 COSAS QUE NO SABIAS DEL CAST

1.- LOS LOBOS TUVIERON EL ENTRENADOR DE LA PELÍCULA 300
El instructor que ayudo a Gerard Butler a lograr su famoso six-pack Espartano en el filme “300″, fue el mismo que puso en forma a los lobos tambien. “Cuando no estábamos filmando estábamos con el” dice Chaske Spencer. “Además el nos dio tips para hacer ejercicio”

2.- ROB LE DIO EL ESTILO A SU FIGURA DE CERA
Sin bromear: “Yo lo vesti!” Pattinson le cuenta a US, sobre su estatua en el muso de Madame Tussauds en Londres. “El Esta usando una Chaqueta que conseguí por $30 en la Calle Carnaby”.

3.- ROB PREFIERE INGLATERRA
“El se siente como un bicho raro en Estados Unidos”, dice un amigo. “Londres es su Hogar” . De hecho el recientemente compro un modesto lugar de dos habitaciones cerca del distrito Sheperd Bush.

4.- EL EXTRAÑO HABITO DE BOCADILLOS QUE TIENE CHRISTIAN
Olvida los palillos de Zanahoria. El bocadillo favorito de Christian? “Me encanta el Pepino con chile en polvo” ella le cuenta a US. Suena, um, Sabroso!

5.- ASHLEY AMA "ENTREVISTA CON EL VAMPIRO"
Irónicamente Greene cuenta entre sus favoritas la película de Brad Pitt de 1994, y ella admitió a US “Ahora que vivo sola, me reuso a Mirar películas de miedo”

6.-KELLAN JUEGA EL BINGO DE "DRAG-QUEENS"
Lutz paso por el Legendario Bingo de “Drag-Queens” en West Hollywood el 14 de Abril del año pasado, junto con un grupo de amigos y su novia de entonces AnnaLynne McCord.

7.- KRISTEN ES PROTECTORA DE BILLY
Stewart no necesita a su padre en pantalla para defenderla en la vida real. “Ella es fuerte y sabia”, Burke nos dice. “siento como que ella puede protegerme a mi!”.

8.- NIKKI ES "ANTI-DIETA"
Para Reed , no Galletas Dietéticas! “La industria de dietas es la caída del mundo”, ella declara a US. “Esta simplemente mal poner aspartame y preservativos en tu cuerpo” . Un mejor cambio de estilo de vida? “Deje de fumar! Es la mejor cosa que he hecho. Cambio mi cuerpo tremendamente!”

9.- KELLAN CASI FUE INGENIERO QUÍMICO
“Mi mama Decía, -puedes haces $60,ooo al año!-” Dice Lutz. “Yo era como – OK- pero parecía tan aburrido”

10.- NIKKI FUE NIÑERA POR BRYCE
“Ella es como una segunda mamá!” Dallas Howard le dice a US de Reed, Quien Cuido a Theo de 3 años en el Set de Eclipse. ” El otro día el dijo -Extraño a Nikki- y yo estaba como -Cariño yo también la extraño!”.


11.- ROB PREFIERE CENAS CASUALES
Incluso si sus amigos insisten en ir a un restaurante de moda, Rob insisten en ir a Nando’s, una cadena de restaurantes de Pollo Portugues baratos, dice una fuente. El incluso llevo a Kristen ahi!

12.- EL DERROCHE DE ASHLEY
Con su primer cheque de pago por Twiligh “Pague mi Renta” ella dice a US. “Era una Actriz en lucha” y con segundo cheque? “Me compre un Audi!”.

13.- PETER AL PRINCIPIO DIJO QUE NO A TWILIGHT
“Pense que seria un filme “Gory” y Zombie” Facinelli le dice a US . Que Cambio su parecer? “Lei el libro! Lo ame, me recordo a los viejos filmes y la idea de los Vampiros como muy Sensuales”

14.- CHASKE TIENE SUEÑOS EXTRAÑOS CON ROBSTEN
Mientras Filmaban Eclipse, el guapo Lobo Spencer le djo a US que el tuvo “Un raro Sueño donde Rob estaba en un casa con el resto del Cast. Yo estaba afuera y luego miraba a Kristen en el bosque. No se lo que significa!

15.- STEPHENIE MEYER ELIGIO EL ESTILO DE CABELLO DE ESME

Sip, eso es obra de las manos de la autora! Una presencia frecuente en el set, Meyer pensó “El Cabello de Esme debería de ser suave, café y ondulado” nos contó Elizabeth REaser , y nosotros estábamos como ” Esta bien, hagamos lo que Stephenie Meyer dice!”


16.- ROB COMPRA EN SITIOS DE ROPA URBANA
“El aun va por jeans y Camisetas, el tiene los pies en la tierra” , nos dice una fuente interna.

17.- SUS MADRES SON AMIGAS
De Hecho, “ellas son amigas de la Iglesia”, Lutz le dice a US. Así que cuando Rathbone fue elegido como parte del cast la mama de Kellan le dijo: “Tienes un buen chico de Iglesia con quien pasar el rato”.

18.- "MI MADRE FUE MI MUSA" - Elizabeth
“Mi madre es la mujer mas buena del mundo” Elizabeth Reaser nos dice. “Pero cruzate en mi camino, y ella te derribara,Así es Esme!!”

19.- ELLOS AMARON AL DIRECTOR DE ECLIPSE
La primera Directora de Twilight, Catherine Hardwicke “Fue un poco Frenetica” dice Billy Burke. Pero el Director de Eclipse David Slade? “El sabe Exactamente que es lo Que Quiere”, Dice Julia Jones. “Para un Actor eso es un Alivio”.

20. ROB TURISTEA COMO NOSOTROS
En Budapest para Bel Ami, “el tenia un libro guia e hizo tiempo para visitar la ciudad” Dice una fuente.

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Hola chicas, soy alejandra.... sí, ya se.... les he dejado en el abandono, pero ee mi defensa dire q he pasado por varias cosas... entre ellas el asunto que mi lap al parcer no tiene la configuracion necesaria y ni me deja publicar nada, por lo que he recurrido a las computadoras de la oficina donde laboro....




Espero de verdad ponerme al corriente, ver que se ha publicado y en que vamos, les ppido paciencia, he estado feura de la jugada por varios dias y me tomara otros ver en que andan.




Les pido paciencia... a partir del lunes me pondre al corriente con los capis necesarios.




Dejo un beso como siempre, mi cariño y un enorme abrazo. ; )

miércoles, 15 de junio de 2011

Juntos de Nuevo


Capítulo 16: Juntos de nuevo



EDWARD PVO

El cúmulo de sensaciones que sentía en mi pecho no me dejaba pensar con claridad. Había recuperado a Bella, a mi pequeña... y le había pedido que se casara conmigo... y además... un hijo... una parte de mi y de Bella estaba en camino... nunca imaginé que el destino, que tan injusto había sido conmigo, ahora me regalara tanta felicidad.

Una vez llené dos maletas con mi ropa y efectos personales más necesarios, nos dirigimos al apartamento de Bella... bueno, ahora nuestro apartamento, provisionalmente hablando.

La sillita de Megan seguía en mi auto, no la había retirado en todo este tiempo. Mantuvimos una agradable conversación de camino a su casa, con nuestras manos permanentemente unidas en su vientre y miradas llenas de complicidad y cariño. Una vez llegamos a su casa solté las maletas en la puerta, mientras me encaminaba con paso lento hacia Bella, que tenía a Megan en brazos. Las rodeé fuertemente con mis brazos, mientras ella escondía la cara en el hueco de mi cuello, suspirando lentamente.

-¿Estás cansada cielo?- le pregunté con cariño. Ella asintió lentamente con la cabeza.

-Cansada... pero feliz, cómo nunca lo había sido- me confesó emocionada. Besé su frente, mientras cogía a Megan en brazos.

-Yo la baño, y pide algo de cenar, así descansas, ¿te parece?- ella asintió con una sonrisa, pasándome a la niña.

-Bien señorita, hora del baño- le dije mientras la besaba la sonrosada mejilla. Ella protestó un poco, no debía tener ganas. Conseguí engatusarla, y finalmente pude meterla en la bañera. Iniciamos una pequeña guerra con el agua, entre risas y cosquillas. Después de secarla y de ponerle el pijamita, me dirigí a la cocina, dónde Bella acababa de prepararle el biberón.

Una vez en nuestra habitación, Bella le daba la cena, mientras yo empezaba a deshacer las maletas.

-Te he hecho sitio en el armario- me indicó con una sonrisa, señalando parte de la barra y de los cajones, que ya había dejado libre.

Mientras yo ordenaba la ropa en el armario, empezamos a hablar.

-¿Vas a vender el apartamento con los muebles?- me preguntó con curiosidad. Me rasqué la nuca, pensativo.

-Creo que será lo mejor... el sábado iré con Emmet y recogeré libros, los utensilios de cocina y otras cosas así... lo guardaré en casa de mis padres hasta que encontremos nuestra casa- la expliqué. Ella asintió, pensativa. Una vez terminó la niña de cenar, Bella la llevó a su habitación. Entre los dos la metimos en la cuna, mirándola con cariño.

-Buenas noches chiquitina- le dijo Bella con una sonrisa.

-Menas oches- balbuceó con su vocecilla. En ese momento llamaron al timbre, y Bella fue a abrir.

-Papá, men- dijo mi niña.

-¿Qué pasa cariño?- me acerqué de nuevo a la cuna, acariciándole el pelo.

-Tete- pidió rascándose los ojitos. Le acerqué su chupete, y ella misma lo cogió. Lentamente cerraba los párpados. Le di un pequeño beso en la frente y salí, entornando la puerta.

Bella ya sacaba la comida y estaba poniendo la mesa. Me acerqué a ella, rodeándola con mis brazos y dejando un beso en su cabeza. Miré por encima de su hombro.

-¿Comida china?... ¿un antojo?- pregunté con una sonrisa. Ella asintió.

-Voy a ponerme el pijama- dijo. La seguí hasta la habitación, para ponerme yo también algo cómodo.

Disimuladamente, observé a Bella mientras nos cambiábamos. Físicamente todavía no se le notaba nada... pero tenía un brillo especial en los ojos, y para mi estaba mucho más guapa.

Cenamos tranquilamente, y una vez recogimos todo, nos tumbamos en la cama, teníamos muchas cosas que hablar.

Me recosté un poco sobre las almohadas, y Bella se acurrucó en mi pecho, con una de sus manos pasando por mi cintura.

-Te he echado mucho de menos- me confesó bajito.

-Y yo cariño... a las dos... pero ya no nos vamos a separar nunca- le dije, mientras besaba su cabeza. Mi mano reposaba en su vientre, dándole pequeñas caricias.

-Es increíble- susurré para mi mismo, pero Bella me escuchó.

-¿Qué es increíble?-.

-Todo lo que ha pasado en las últimas horas... en la suerte qué tengo... a veces creo que no me la merezco- murmuré. Ella me miraba extrañada.

-Bella... me ha costado darme cuenta... pero te he amado desde el primer momento en que te tuve frente a mis ojos... y te he hecho sufrir tanto, creo que jamás podré perdonármelo- dije con una mueca de pena y desviando mi mirada de la suya. Ella giró mi cara de nuevo.

-Edward... no quiero que vuelvas a pensar en eso... ya todo ha pasado, estamos aquí, juntos... y vamos a casarnos- añadió con una preciosa sonrisa.

-Ese asunto me traía de cabeza...- le confesé. Ella arqueó una ceja.

-Si, bueno... nunca habíamos hablado del tema, no sabía qué pensabas al respecto... y no me podía imaginar que esta tarde me dijeras si- le expliqué.

Ella me abrazó con cariño.

-Pues estabas muy equivocado- me rebatió con una preciosa sonrisa, mirando el anillo.

-¿Te gusta?- interrogué interesado.

-Es precioso... ¿cómo sabías que este modelo me encanta?- me preguntó curiosa. Sonreí, negando con la cabeza.

-No te voy a desvelar mis fuentes-. Ella rió conmigo. La estreché un poco más entre mis brazos, dispuesto a hacerle una pregunta delicada.

-Bella... quisiera pedirte algo. Ella me miró, esperando a que hablara.

-Quiero adoptar a Megan... y darle mi apellido... quisiera ser su padre- balbuceé.

-Edward... puede que no te hayas dado cuenta... pero siempre has sido el padre de Megan, eres su referente; tú me has ayudado a cuidarla y criarla esto últimos meses- suspiró, haciendo una pausa -un padre no es simplemente quién lo engendra... aparte de eso, es el que está día a día, dando amor y protegiendo a sus hijos... y tú lo has hecho- me terminó de explicar -y por supuesto, me encantaría que la niña llevara tu apellido- repuso emocionada.

No pude hacer otra cosa que abrazarla, dándole las gracias con un cariñoso beso. Al sentir que se le aceleraba la respiración, me separé de ella.

-Nuestro pequeñín se va a alterar- repuse con una sonrisa, acariciando de nuevo su todavía inexistente barriguita.

-O pequeñina- contraatacó ella.

-Todavía no puedo creerlo- murmuré sin despegar la vista de mi mano, todavía en su vientre.

-Pues empieza... porque todo este tiempo pasará deprisa y enseguida lo tendrás en tus brazos- me explicó.

Lentamente la tumbé en la cama, mientras apoyaba mi cabeza en su regazo.

-¿Qué prefieres?- me preguntó Bella acariciándome el pelo.

-Pues... ya tenemos una niña, no estaría mal un niño... pero si es otra mini Bella no tendría problema alguno... con tal de que venga sano y bien- aclaré... y de repente caí en algo que aún no le había preguntado... menudo padre estaba hecho, bufé para mis adentros.

-¿De cuánto estás?... con todo lo sucedido esta tarde, se me ha olvidado- murmuré con vergüenza.

-Según mis cuentas, y los análisis, de una seis de semanas... pero el doctor Simmons nos sacará de dudas... el próximo viernes la primera ecografía- me explicó.

-Eso quiere decir... -hice cuentas en silencio- pero Bella se me adelantó.

-Que si todo va bien, pasaremos las navidades los cuatro juntos- exclamó contenta.

-Principios de diciembre- confirmé con una sonrisa -¿no tienes nauseas, ni vómitos... ?- pregunté con curiosidad. Ella negó con la cabeza.

-Nada... sólo los cambios de humor... y el hambre, igual que con Megan; me di cuenta ayer, me comí dos trozos de tarta de chocolate- me dijo.

-¿Chocolate?; lo odias... -pregunté.

-Sí... pero con Megan también me ocurrió; con todo lo que había pasado las últimas semanas de lo que menos de acordé fue de mi periodo- murmuró pensativa.

-Mi madre dice que a las mujeres embarazadas se les pone un brillo especial en los ojos, y que están mucho más guapas... y tú estás mucho mas hermosa... me he fijado cuándo nos cambiábamos- le confesé. Ella rodó los ojos.

-Verás en cuánto tu hijo o hija empiece a crecer... me voy a poner como una bola- refunfuñó. Levanté la cabeza de su tripa, poniéndome encima de ella, con cuidado de no aplastarla.

-Seguro que en el embarazo de Megan estabas preciosa, y en éste también será así... además, es difícil que seas más bonita de lo que ya eres, susurré en sus labios, para besarla con cariño... pero Bella atacó mi boca literalmente hablando, haciendo el beso mucho más profundo y apasionado. Y no tardé en seguirla, demasiados días sin poder tocarnos, nis amarnos...


No podía parar de besarlo, parecía que una extraña fuerza se había apoderado de mi... anhelaba sus besos, sus caricias... todo.

Lentamente fuimos desnudándonos el uno al otro, quedando tumbados del todo en la cama. Pude notar como cierta zona de Edward crecía y se endurecía más con cada roce y caricia. Sus labios pasaron a mi cuello, donde dejaron un camino de besos y succiones hasta mi clavícula, recorrida de arriba a abajo a la vez con sus labios y sus finos y delgados dedos.

Mis jadeos y gemidos se fueron intensificando por momentos, llenando la habitación. Edward bajó sus labios hasta el nacimiento de mis pechos. Un escalofrío me sacudió la piel, ya que los tenía muy hinchados y sensibles, debido al embarazo. Pronto uno de mis pezones fue acariciado suavemente, primero con sus dedos y después con su lengua. Un doloroso pero a la vez dulce calambre hizo que mi espalda se arqueara, enredando mis dedos en su pelo, sin poder parar de susurrar su nombre.

-Ed...Edward- conseguí murmurar.

-¿Qué?- preguntó escuetamente, sin dejar sus caricias sobre mis pechos.

-Voy a volverme loca- le dije, elevando un poco la cabeza.

-Eso pretendo, que disfrutes... ¿acaso no te gusta?- ronroneó sobre mi pecho, haciéndome cosquillas .

-Sabes que si...aahhh... adoro lo que me haces- suspiré, bajando de nuevo la cabeza a las almohadas.

No dijo nada más, simplemente intensificó sus caricias. Su lengua pasó a mi otro seno, llegando a morderlo con delicadeza.

Poco a poco, fue dejando mis pechos, bajando por todo mi cuerpo. Sus manos y sus labios dejaban un rastro de besos y caricias tanto pasionales como cariñosas. Se detuvo en el lugar dónde descansaba nuestro pequeño, besando mis vientre por un buen rato, susurrándole palabras de cariño.

Mis lágrimas no tardaron en aparecer, jamás había visto tanta emoción y ternura.

Al llegar a cierta parte íntima, un jadeo se escapó de mis labios... pude sentir su pequeña sonrisa. Besando cada punto de mi cadera y muslos, finalmente llegó a ese punto pequeño y caliente.

Sus manos y boca dejaron sobre mí excitantes caricias... terminé por perder la poca cordura que me quedaba moviendo mis caderas en torno a su boca, marcando el ritmo que quería, para llegar a uno de los mejores orgasmos de mi vida.

Lentamente volvió subir por mi cuerpo, nuestros labios se unieron ansiosos, en un beso fogoso y pasional.

Con un pequeño empujón, logré que se tumbara en la cama, invirtiendo nuestras posiciones. No dejé de besarlo, mientras mis manos paseaban por sus músculos, llegando a su bien erguido miembro. Lo tomé con mis manos, intentado que ahora disfrutase tanto cómo lo había hecho yo. Lamí el principio de su masculinidad, y eso fue todo lo que necesitó para qué hacer que empezara a respirar agitadamente, jadeando mi nombre.

Sentí que se estremecía, y me retiré, para sentarme sobre el y lentamente fundirnos en una sola persona. Con un movimiento lento al principio, se incorporó para quedar ambos abrazados. Mis endurecidos y excitados pezones rozaban con su pecho, dándome si cabe más placer.

-Bella... ummmm... dios... no sabes lo bien que se siente ésto- gimió en mi oído. Le dediqué una sonrisa, apoyando mis manos en sus hombros para poder coger impulso.

Cada vez el movimiento era más frenético, y sentí cómo mis paredes se estrechaban en torno a él.

Una ola de fuego me recorrió de la cabeza a los pies, a la vez que Edward ahogaba un gemido en mi cuello. Me quedé inmóvil, abrazada fuertemente a él, cómo si mi vida dependiera de ello. Estaba tan abrumada por todo lo acontecido en el día, que mis lágrimas volvieron a hacer acto de presencia. Sollocé en silencio, escondiendo mi cara en su pecho. Al notar las lágrimas, Edward se preocupó.

-¿Qué pasa?... ¿Bella qué tienes?- preguntó, separándose de mi con cuidado y cogiendo mi cara entre sus manos.

-Na... nada... es que soy tan feliz... supongo que las hormonas me juegan malas pasadas- hipé con un tierno puchero. Sonrió, besándome con cariño y acomodándonos a ambos en la cama; no tardé en caer rendida en un profundo sueño.

Unos besos dulces me despertaron en vez de mi ruidoso despertador. Abrí lentamente los ojos, para encontrarme con Edward, con una toalla enrollada en su cadera y su cuerpo y pelo húmedo.

-Buenos días cariño, ¿cómo te encuentras?- susurró mientras se sentaba a mi lado en la cama. Me estiré, elevando los brazos por encima de mi cabeza.

-Bien... ¿Megan?- pregunté mientras bostezaba y me incorporaba a la vez.

-Sigue dormida, ¿quieres desayunar?- me preguntó.

Asentí con la cabeza enérgicamente.

-Me muero de hambre- dije. Edward me miró serio, pero a la vez divertido.

-Ahora ya sabes qué no puedes tomar tanto café... - me aconsejó, medio burlón. Afirmé con una mueca.

-¿Ahora qué voy a hacer en las guardias de noche?- refunfuñé para mi. Me levanté para ir a darme una ducha, mientras él se vestía y preparaba el desayuno.

Salí de la habitación ya completamente vestida. Fui a la habitación de la pequeña, que seguía sumida en su sueño. Un olor a tostadas me llegó, y mi estómago se revolvió inquieto.

Edward ya había puesto la mesa, y me esperaba con una sonrisa. Me acerqué para besarle en agradecimiento.

-Gracias, tiene una pinta estupenda-.

-Ahora tengo a alguien más a quién cuidar- explicó contento. Enrollé mis brazos alrededor de su cuello, besándole profundamente. Correspondió a mi beso, sujetando mis caderas con una mano y la otra acariciando mis cabellos. Perdimos totalmente la noción del tiempo, hasta que sentimos que alguien se aclaraba la garganta. Al girarnos, nos encontramos con mi hermano y Leah. Jake estaba sorprendido, mirándonos alternativamente, mientras que Leah disimulaba una sonrisa.

-Buenos días- saludé, aún en brazos de mi prometido.

-Hola... no sabíamos que estabas acompañada- sonrió mi cuñada con malicia. Me puse roja de vergüenza, mientras mi hermano empezaba a reírse. Me alejé de Edward para saludarles; el también se adelantó un paso para dar un beso a Leah y saludar a Jake.

-Creo que no hace falta preguntar... me alegro mucho- nos dijo ésta, guiñándonos un ojo.

Una vez sentados a la mesa, tomé aire para contarles las nuevas noticias, pero Jake se me adelantó.

-¿Esto significa que vuelves a ser mi cuñado?- preguntó a Edward. Ambos nos miramos con una sonrisa, y me giré hacia ellos mostrando mi mano, dónde relucía el anillo. Leah me miraba emocionada, y Jake alzaba una ceja.

-Edward me ha pedido que me case con él... y yo le he dicho que sí- les expliqué.

Leah ahogó un gritito de alegría mientras se levantaba y me abrazaba emocionada, a la vez que Jake respiraba tranquilo y estrechaba la mano de Edward y a la vez le daba un apretón en el hombro.

-Y aun hay más... estoy embarazada- preferí soltarlo todo de golpe; Leah me seguía mirando emocionada, y en la cara de mi hermano se formó una gran sonrisa.

-Enhorabuena, es fantástico, me alegro mucho... otro sobrino, cielo santo- exclamó con alegría mientras abrazaba a Edward -espero que sea un chico, me muero por criar a otro fanático del baloncesto- repuso.

-Eso dalo por hecho... aunque a mi no me importaría otra niña, la verdad- le pinchó Edward.

Estuvimos hablando hasta que se hizo la hora de irnos al hospital, sobre la futura boda y ellos le contaron a Edward lo de Mailin.

-Bien, se os va a hacer tarde... nos vemos luego- dijo Leah levantándose y poniendo la taza en el fregadero.

-A la tarde no os veré, tengo que ir a hablar con algunos proveedores; pero el sábado os ayudaré a recoger tu apartamento, y recuerda que a la noche hay partido- le recordó a Edward. Éste asintió, chocando las manos y riendo.

-Aquí como siempre, Emmet vendrá también- le dijo.

Nos despedimos y nos dirigimos al coche. El tráfico hoy estaba muy tranquilo, cosa rara.

-¿Qué tienes programado?- le pregunté. El negó con la cabeza, sonriendo con malicia.

-¿Ya no te lees los cuadrantes?; hoy tenemos una laparotomía exploratoria, pero empieza a las nueve y media- me explicó.

-Vaya... de modo que volvemos a operar juntos... - musité.

-Sí...hoy Emmet libra; he pensado que podríamos ir a cenar a dónde mis padres, y así darles una sorpresa- me ofreció.

-Claro que sí, tengo ganas de ver a Esme... se van a sorprender mucho- contesté contenta.

Afirmó mientras sorteaba el mínimo tráfico; al aparcar en el hospital, me acordé de una cosa.

-¿Vamos a dar aquí la noticia?- interrogué.

-Cómo quieras... ¿prefieres decírselo primero a mis padres?- me preguntó. Asentí, me parecía más apropiado. Por lo menos los padres de Edward estarían contentos... pero había que hablar de lo que haríamos con los míos.

La mañana pasó tranquila; en el ascensor coincidimos con Jasper y Alice, que también llegaban en ese momento, no dijeron nada, pero pude entrever una sonrisa maliciosa en la boca de Alice... no se le escapaba ninguna. La operación fue bien, y finalizó antes de lo previsto, de modo que desde las doce hasta la salida estuve tranquila, revisando informes y firmando preoperatorios que había ordenado realizar esos días. Una vez los tuve todos listos, decidí bajar yo misma a cirugía para dejarlos allí, y de paso ver a Edward.

Al llegar allí, me quedé en la puerta, ya que se oían voces nada agradables desde dentro. Asomé la cabeza. Edward estaba de brazos cruzados, muy serio, apoyado en una mesa, y y Mark parecía estar echando la bronca a uno de los residentes. Era alto y rubio, con el pelo recogido en una coleta. Debía ser el famoso Cam del que había oído hablar, nada bien por cierto, por el hospital estos últimos días.

-Lo que has hecho se sale de las normas... no puedes robar un historial sin el permiso del adjunto correspondiente... y más si el paciente no es de cirugía- decía Mark muy serio.

-Pero creí que debía revisarlo... es más, incluso el paciente debería pasar a cirugía- respondió con voz altiva, muy ofendido.

-No es competencia tuya decidir eso...- pronunció Edward bastante enojado.

-Pero...- James protestó, pero Mark lo cortó de nuevo.

-Pero nada, esperamos que no se vuelva a repetir... y ahora sígueme, te voy a mandar algunas cosas- le dijo empezando a salir de la habitación.

-Hola Bella- me saludó suspirando de frustración.

-Mark, venía a dejaros lo preoperatorios de la semana que viene- le dije, elevando los informes.

-Dáselos a Edward, está ahí dentro- me indicó.

Asentí, para después entrar, no sin antes ganarme una mirada de suficiencia y altanería por parte del residente... este tío era un poco raro.

-Hola- saludé con una sonrisa. Mi novio de dio la vuelta, esbozando una sonrisa y acercándose a mi.

-Hola cariño, ¿cómo estás?- me saludó con un pequeño besito y acariciando mi tripa, ya que estábamos solos.

-Bien, te traigo los preoperatorios- le dije. El los cogió mientras yo me sentaba un rato, la verdad es que estaba cansada.

Se sentó conmigo para ojearlos. Apoyé mi cabeza en su hombro, suspirando.

-¿Estás cansada?- preguntó sin levantar la vista de los papeles.

-Ajá... pero más que cansancio tengo hambre- murmuré. El rió, besando mi frente.

-Ya enseguida nos vamos, ¿la señora Louis sigue estable?- me preguntó.

-Si, desde que la subieron no ha habido cambios, las contantes siguen estables, al igual que el nivel de saturación- le expliqué.

-Mañana pasaré a verla, pero ya viste en el quirófano que no hubo ninguna complicación- me dijo.

-De acuerdo... por cierto, tenemos que ir al súper- le recordé.

-Tranquila, me acuerdo perfectamente... iremos pronto, así llegaremos a tiempo a casa de mis padres- me dijo.

Asentí mientras me quedaba apoyada en el unos minutos, con los aojos cerrados, disfrutando de su compañía.

Una vez terminamos nuestro turno, por fin llegamos a casa, Leah se quedó a comer con nosotros y después se fue a trabajar. Mientras Megan dormía, aproveché para poner la ropa a lavar y otras cosas de la casa... con la consecuente regañina cariñosa de Edward, que no quería dejarme hacer nada.

Casi cuatro horas después, habíamos hecho la compra y ahora íbamos en el coche de nuevo, camino de casa de Esme y Carlisle. Estaba hecha un flan. Edward me tomó de la mano, besando mis nudillos.

-Tranquila cielo, todo irá bien- me reconfortó.


EDWARD PVO

A eso de las nueve y cuarto llegamos a casa de mis padres. Bella salió del coche, y yo cogí a la niña. Iba muy graciosa, con dos coletas a los lados y un vestido y leotardos en verde y blanco.

Mi novia se mordía el labio inferior, signo de que estaba histérica. Llevaba una falda negra por debajo de la rodilla, con botas altas sin tacón, también planas, y un jersey en tonos marrones, estaba muy guapa. Toqué al timbre, y enseguida oí pasos que se acercaban a la puerta. Rodeé la cintura de Bella con mi mano libre. Mi padre abrió la puerta.

-Edward, Bella...- dijo extrañado y sorprendido.

-¿Podemos pasar?- pregunté con una sonrisa.

.Por supuesto, por favor... me alegro mucho de verte Bella... y a ti también- le dijo a la niña. Ésta se inclinó hacia él, extendiendo los bracitos.

-Abelo- la sonrisa de mi padre no podía ser más ancha cuándo la cogió en brazos, y nos indicó que pasáramos a la cocina a saludar a Esme.

-Querida, mira quién ha venido a vernos- mi madre se dio la vuelta, quedándose con los ojos abiertos de par en par.

-Oh, por dios, Megan...- dijo mi madre, acercándose a la niña. Mis padres estaban entretenidos con Megan, hasta que por fin decidí llamar su atención.

Mi madre saludó a Bella con un gran abrazo, y después de darme un beso, nos preguntó.

-¿Todo va bien?-.

Rodeé a Bella por los hombros, mientras ella me miraba con una bonita sonrisa.

-Pues, veníamos a contaros alg...- no pude seguir hablando, ya que entró mi hermano en la cocina.

-Vaya... que bien volverte a verte por aquí Bella- dijo con una pequeña sonrisa. Los tres nos miraban expectantes.

-Suponemos que habéis arreglado las cosas- dijo mi madre con cautela.

-Bueno... digamos que sí... Bella y yo vamos a casarnos- solté sin más preámbulos.

-¡Edward, hijo!- mi madre corrió hacia mi para abrazarme.

-No sabes lo que me alegro por ti... por vosotros, Bella hija, muchas felicidades- dijo una vez me libró de sus brazos.

-Gracias Esme, os he echado de menos- respondió.

-Y nosotros, a las dos- le contestó.

-Me alegro mucho hijo, por los dos- dijo mi padre acercándose para felicitarnos, al igual que Emmet, que empezó a danzar con Bella entre sus brazos.

-Gracias Bella, has devuelto la alegría de vivir a este solitario refunfuñón- le dijo, pero Bella empezaba a ponerse verde del mareo.

-Emmet... me estoy mareando- dijo ella entre risas. Una vez la soltó, cogió a la niña.

-De modo que por fin vas a ser mi sobrina oficialmente... verás que bien te lo pasas con el tío oso- le decía mientras Megan le miraba con el ceño fruncido y haciendo un puchero.

-¿Tío oso?- le pregunté a Bella. Ella se encogió de hombros, de modo que seguimos con las noticias.

-Veréis, me alegra que estéis los tres... quiero adoptar a Megan, y me gustaría que llevara el apellido Cullen, y eso es algo de debo consultaros- expliqué, mirando a mi padre.

-Edward, por supuesto que nos gustaría, es toda una prueba de amor por tu parte -dijo mirando a Bella con una sonrisa, para después volverse a mi madre -Esme, querida, seremos oficialmente abuelos- les brillaban los ojos a ambos.

-Yo ya me consideraba su abuela, ¿verdad cariño?- dijo, cogiendo a Megan de los brazos de mi hermano.

-Y volveréis a ser abuelos... en diciembre- dijo Bella con una sonrisa. Las lágrimas aparecieron en la cara de mi madre y de mi padre.

-Oh, por dios... Edward... ¡vas a ser padre!- chilló mi madre emocionada, abrazando a Bella y después a mi.

-Esto se merece una gran celebración- dijo mi padre, una vez nos felicitaron los tres.

-A la mesa, la cena estará enseguida- exclamó mi madre contenta.

Bella y ella se quedaron en la cocina para preparar el biberón de la niña. Escuchaba su animada conversación.

Una vez Megan cenó, la pusimos a nuestro lado en una sillita y con algunos juguetes para entretenerla.

-Bien... ¿dónde vais a vivir?- interrogó mi madre.

-Pues -terminé de tragar lo que tenía en la boca -voy a vender mi apartamento, esperaba que el sábado Emmet me ayudara a recoger algunas cosas y poder guardarlas aquí, en casa de Bella no caben- expliqué.

Mi hermano asintió, y mi padre se ofreció también para ayudarnos.

-Y tendremos que empezar a mirar casas... nos gustaría algo amplio, con jardín- expliqué mirando a Bella con una sonrisa.

-¿Cerca?- preguntó mi madre, mirando a la niña.

-A mi me gustaría algo por esta zona... - dijo Bella tímidamente -así estaría cerca de mi hermano y de vosotros- terminó de explicar. Asentí con una sonrisa.

-Además, me gustaría cuidar de Megan, yo no tengo nada que hacer, y tu hermano y Leah tendrán trabajo cuándo llegue su niña- dijo Esme, ya que Bella le había comentado la adopción de Mailin.

-¿Y casaros, dónde?- preguntó mi hermano.

-No lo hemos pensado- respondí.

-Queremos algo pequeño e íntimo... lo más seguro en verano; mi hermano viaja en junio para ir a buscar a la niña; nuestros amigos íntimos y la familia- contó Bella.

-¿No quieres casarte en Forks?- preguntó mi padre con cautela.

-No- dijo ella con la mirada triste -aunque obviamente tendré que hablar con mis padres- dijo ella tensándose. Acaricié su mano con mi pulgar, intentando tranquilizarla.

Mi padre me miró preocupado; todos conocían la difícil relación de Bella y su hermano con sus padres.

Por suerte, mi madre cambió de tema. La cena transcurrió tranquila, mi padre, después del postre, descorchó una botella de champagne.

-Por vosotros hijos, que seáis muy felices; Bella, Megan... bienvenidas a la familia, salud- dijo alzando su copa.

Las lágrimas volvieron a hacer acto de presencia en la cara de Bella. Le di un beso en la mejilla, para reconfortarla.

-Ainsss... esas hormonas... te veo en unos meses saliendo a las tres de la mañana a buscar antojos- dijo Emmet entre risas.

Todos rieron por el comentario, hasta Megan parecía darse cuenta de la alegría que había en casa.

Una vez ya en nuestra casa, y con Megan ya en su cuna, le pregunté a Bella mientras me metía en la cama.

-No te lo había preguntado... ¿dónde quieres casarte?-.

Ella se abrazó a mi, mientras meditaba.

-Pues no lo he pensado hasta que tu hermano lo mencionó... pero se me ha ocurrido un sitio- dijo ella. La animé a que continuara.

-¿Recuerdas el viaje que hicimos en navidades, esa capilla que vimos al lado del mar?- me contó con una sonrisa. Asentí.

-Si, es cierto... es muy bonita y pequeña... -concordé con ella.

-Es perfecta para nosotros- dijo mirándome con una sonrisa.

-Entonces allí será... y será perfecta porque tu eres la novia- le susurré, para besarla con cariño.

Destino. sueño o Reealidad: Postre

Bella

Me abrazo por detrás, pasando sus brazos por mi cintura y deposito su nariz detrás de mi oreja.

Tu aroma, es…. Inexplicablemente adictivo coco, vainilla, eres un postre, me vuelves loco, ya sé porque me dijiste que seducías oliendo apetitoso, tengo hambre de ti _dijo con voz ronca_

Toma lo que quieras, prueba lo que quieras, pero aquí y así, quiero mirarte _le dije, vi como su cara se transfiguro de deseo, quise ver su reacción, ante mi propuesta, si tenía templanza o se acobardaría ante mí, a estas alturas el debía saber que yo no era una niña y que le sobrepasaba en edad, pero no lo hizo, su deseo por mi era latente, como el mío hacia el_

Sus manos recorrieron mis brazos, desde mis muñecas hasta mis hombros, una de sus manos llego a mi coleta soltando mi cabello suavemente aspirando el perfume proveniente de mi shampoo, mientras la otra recorría el camino de mi columna hasta su final, sus caricias eran una tortura celestial, rodo sus manos a cada lado de mis caderas rozando primero mis muslos, hasta el final del vestido, tomo el orillo y lo fue levantando suavemente hasta sacarlo por arriba, yo lo miraba extasiada por el espejo del lavabo, mis senos quedaron descubiertos, me miraba a través del espejo, sus ojos se llenaron de fuego, mientras abría y dejaba caer su camisa, se apretó contra mí, la sensación de la piel de su pecho en mi espalda, me hizo arquear y mis nalgas se pegaron a su miembro, su bulto se apretaba dentro de sus pantalones, tome sus nalgas con mis manos apretándolo más a mí, jadeo en mi oído, sentirlo así vulnerable contra mí, era único, sus manos rodearon mi cuerpo masajeando mis senos, mientras besaba mi nuca, el lóbulo de mi oreja.

Desnúdate _le dije en un jadeo, sonrió para mi, tan sexy que sentí palpitar mi corazón_

Zafo su pantalón dejándolo caer, bajo su bóxer y los saco ambos con los pies, antes de levantarse, tomo mi Bragas y las bajo de un solo tirón, lo vi mirando mis glúteos, los tomo entre sus manos y fue rodando sus manos hasta mi vientre, se acerco a mi oído, dándome besitos y mordiscos tiernos.

Me gustas mucho, te deseo tanto, te necesito, eres hermosa _dijo con voz áspera de la excitación_

Me estas enloqueciendo, estoy desesperada, tómame _le regrese_

Sus manos siguieron bajando por mi vientre, hasta mi entrepierna.

Abre tus piernas para mi Bella.

Lo obedecí, uno de sus dedos rozo mi clítoris, sentí mojarme más a su contacto, jadeo en mí oído al sentirme temblar.

Dime que te gusta _ordeno entrecortado_

Me gustas tú, todo lo que me haces y provocas en mi _ le regrese dificultosamente, sentí su erección palpitar en mis nalgas ante mi respuesta_

Llevo su dedo a mi anhelante entrada, que se contraía ante cualquier roce, lo introdujo haciéndome temblar nuevamente, me estaba llevando al límite, con cada movimiento, con cada beso en mi cuello, en mi espalda, con el roce de su otra mano en mis pezones, cada vez que introducía y sacaba su dedo me torturaba de placer, de pronto lo sentí jadear, y la presión en mi cuando introdujo otro dedo.

Eres deliciosa, eres mi postre de coco, tu olor, tu centro, estas tan mojada _dijo pegado a mi_

Yo había comenzado a moverme al ritmo de sus dedos, tratando de que llegaran más profundos en mí, acariciaba sus brazos con mis manos, su cuello, tomaba su cabello, metía mi mano entre nosotros y apretaba su fogosa erección, mientas miraba a través del espejo su rostro hermoso lleno de deseo.

Cuando estaba al borde del orgasmo, empecé a contraerme.

Un poco más _le dije_

Saco sus dedos de mi, dejándome pasmada, de pronto lo sentí separarme más las piernas empujo mi espalda hacia delante, ya no lograba verlo se coloco en cuclillas detrás de mí, pasando su lengua desde el clítoris hasta mi entrada, una dos, tres veces, Dios era increíble, se levanto y me penetro con fuerza, haciéndome gritar de pasión y satisfacción, mi frente se pego al espejo, con cada estocada.

Que rico…. Eres deliciosa _susurraba jadeante_ así como hueles, sabes. _ Lo vi saborearse y eso me excito aun más, con una mano, me sostenía por el vientre halándome hacia el, cada vez que me penetraba y con la otra masajeaba mi clítoris enloqueciéndome de placer.

Era lo más erótico que me habían dicho nunca, era mi primera vez en muchas cosas a mis 32 años y con él, un niño desde mi punto de vista, mi primera vez por teléfono, mi primera vez de pie, mi primera vez sin besar al hacer el amor, mi primera vez en esta posición, donde había aprendido este niño todo lo que sabe.

Ya no puedo más _le dije_

Regálate a mi Bella, se mía _me dijo, hundiéndose más en mi, con más fuerza_ yo te seguiré adonde vayas.

Dos estocadas mas y toque el cielo, volando con sus alas, con las alas de este ángel erótico, comencé a convulsionar, me sentía apretarme alrededor de su erección, succionándolo dentro de mí, con este movimiento, el se tenso detrás de mí, lo sentí acercar su pecho a mi espalda y apretarse contra mí, sin dejar de hacer círculos en mi botón, moviéndose, temblando para terminar de derramarse en mi.

Cuando se normalizaron nuestras respiraciones, nos incorporamos y salió de mí.

Lo siento _me dijo, acaso se había arrepentido_

De que hablas _le pregunte con mala cara_

Si te hice daño, o te maltrate _me aclaro_ es que te tenía tantas ganas, no he dejado de pensarte desde lo del teléfono y me había imaginado esto en miles de formas, pero la realidad me supero.

Yo sonreí ante su comentario, todavía estaba abrazándome desde mi espalda, tenía un brazo por encima de mis senos y otro alrededor de la cintura.

Me giro a él sin soltarme, me miro de pies a cabeza cuando estuve de frente a él, sus ojos brillaban de deseo nuevamente, tomo mi rostro en sus manos y me beso con pasión, introdujo su lengua en mi boca, profundizando aun más el beso, me sentía flotar. Me tomo de la mano me halo caminando hacia la tina.

Te gustaría bañarte conmigo _me pregunto, con una sonrisa inocente_

Pero solo ducharnos _le conteste irónicamente_

Sonrió con malicia abriendo las llaves de la tina, agrego sales relajantes y salió pidiéndome que lo esperara, como si quisiera irme a algún lado; me metí en la tina, el regreso al cabo de unos minutos con dos copas de champagne y una rosa.

Sé que no quieres mas alcohol, pero yo estoy feliz y quiero brindar por este encuentro, por hacer realidad nuestra ficción y por haber probado el postre mas delicioso que he tenido en frente _dijo entregándome la rosa y sumergiéndose en la tina conmigo_

Edward se acomodo detrás de mí, yo estaba entre sus piernas, me abrazaba la cintura, me pasaba una esponja con jabón liquido por la espalda los brazos, en realidad era muy tierno y romántico, me sentía tranquila, feliz, consentida y muy mimada.

Yo sé que no ha sido la mejor forma de conocernos, vernos y hacer el amor no es convencional, pero después de todo creo que esa era una de tus fantasías, si mal no recuerdo _me dijo_ y me encanto ser yo quien te la cumpliera.

Tienes buena memoria _le replique_

Solo con lo que me interesa –me regreso_ pero creo que es hora de conocernos en realidad.

Si eso creo _le dije_ ya es hora de sacar toda esa información que me ocultaste _le dije riendo_

No te oculte nada, simplemente fui un poco discreto en cuanto a mi carrera y en cuanto a mi nombre tú fuiste quien puso las reglas _me regaño_

Bueno está bien, perdón _le dije riendo nuevamente_ te entiendo, al principio de nuestras conversaciones, yo también estaba reacia a dar información, tú tienes tus razones y yo las mías.

Me encantaría conocer todas tus razones _me dijo interesado_ si quieres contármelas, las mías creo que son obvias, el acoso de los paparazzis y las fans. Es más todavía me sorprendo de haberte aceptado la invitación en el Blackberry, creo que había fuerzas superiores en esto, era nuestro Destino conocernos.

Yo se que actuado raro en ciertas cosas, pero todo lo he hecho por autoprotección como lo has hecho tu, con la diferencia que tu eres una figura pública. _le regrese_

Como veo que no me vas a contar con detalles, empecemos entonces por lo fácil _finalizo_

Te llamas Bella, o es un diminutivo _pregunto_

Me llamo Isabella Swan, pero me gusta Bella, es más informal y juvenil _le dije como en secreto_

Te preocupa mucho tu edad, a caso tienes 50 o que _me dijo como malhumorado_ lo importante es que no eres una niña, así que no estoy cometiendo un delito _dijo_

La que estaba cometiendo un delito era yo, mi cerebro comenzó a conectarse y yo luchaba para no hacerlo.

Edward, tengo 32 años _le solté sin más preámbulos_

No me importa _afirmo_ me gustas tú, tu forma de ser, de pensar, de hablar, de reír, de oler, de dejarte amar, no me importaría si tuvieras 20 o 40, yo no mido a las personas por su edad, a demás eres hermosísima más que muchas jóvenes y adolescentes.

Se levanto abruptamente, escurriendo agua por todos lados, salió de la tina y tomo una toalla.

Pero si a ti, te importa, dímelo _agrego_

Sus palabras fueron duras, en realidad si me importaba, si no estaba mal, según las revistas y las noticias del entretenimiento el tenia solo 22 o 23 años, la diferencia eran Diez, cuando él era un bebe recién nacido yo ya salía de la escuela primaria.

No lo tomes así _le dije, levantándome, el me ofreció su mano para salir de la bañera; tomo una toalla y se acerco a mí._

Bella, cuando comenzamos a hablar, que sentiste, que pensaste. _pregunto, ya calmado y su mirada mostraba interés_

Comenzó a secar mi cuerpo, suavemente y mirándome fijamente a los ojos.

Pensé que eras un hombre interesante, culto, divertido, que teníamos mucho en común, que tu voz era hermosa y muy varonil. Sentí al principio mucha curiosidad, y a medida que te conocía mas, me interesaba más en ti, en conocerte a fondo, y después del “experimento”, mucho deseo de hacerlo realidad.

En algún momento pensaste en la edad _pregunto nuevamente_

No, en realidad no se me paso por la mente _le regrese_ tu forma de hablar, de pensar y tus gustos, me parecieron de una madurez suficiente.

Y aun así, te interesaste en mi _ finalizo, sonriente_ eso quiere decir que tu interés y tu deseo estaban por encima del raciocinio.

Sí, creo que si _le conteste_

Creo que había dado en el clavo, era muy perspicaz y persuasivo, aunque en realidad no necesitaba mucho esfuerzo para convencerme.

Allí, de pie frente a él, pude ver marcas de cansancio debajo de sus ojos.

Me dijiste que habías llegado hoy _le pregunte_

Si a las 5 pm llegue aquí _respondió_

Ya son las 2 am, debes estar agotado, entre las horas de viaje, la espera del vuelo y salir conmigo, y el ejercicio de hace un rato, creo que debes descansar ya se te nota en los ojos _le dije_ me voy a vestir y pido un taxi _finalice_

Que te vas, estas demente, no te voy a dejar ir, todavía tenemos mucho de qué hablar, y si será mañana, entonces tendrás que dormir conmigo, no te voy a dejar ir, después que me vine de Alemania como un loco por ti _finalizo empujándome a su cama_

Su último comentario me aturdió, por que venirse de Alemania, y no ir a ver su familia por mí, estuve tentada a preguntar, pero sería mañana, yo también estaba agotada, también había llegado hoy de Seattle y se sumaba el ejercicio de pie en el baño de mi ángel.

Levanto el edredón, se metió entre las cobijas halándome con él.

Esta cama es tuya, acomódate como quieras _dijo sonriendo_

Me acosté de lado acomodando mi cabello sobre la almohada, lo sentí pegarse a mí, pasando su brazo por mi cintura.

Te molesta _pregunto_

No para nada _le dije, posando mi brazo sobre el suyo, y me ofreció su mano entrelazando mis dedos con los suyos.

Era una sensación realmente placentera y agradable, me embargo hasta inducirme en un profundo sueño.

Capitulo 13.- Primera cita ¿grupal?















Edward pov

Fue tal el dolor reflejado en su rostro al darse la vuelta que todos nos miramos entre nosotros. No podíamos dejarla así.

-espera, llévate el mío- dije sin pensar, con tal que su expresión cambiara, que esa mueca de dolor se borrara de su rostro.

Me miro confundida.

-¿me das tu auto para salir con otro chico?- me pregunto a mitad de la escalera mientras todos me miraban en espera de mi respuesta.

Sus pensamientos me enloquecían. Y eso que trataba de no prestar atención, ignorarlos lo más posible, con lo que leyera cuando baje era más que suficiente. Al menos papa pensaba que yo era el adecuado. Debí suponer que mama no se tragaría el cuento.

¿Desde cuándo era amargado de nuevo?

Decidí ignorar todo de nuevo y concentrarme en la pregunta de Bella, quien aun esperaba mi respuesta.

-no, te doy el auto para que salgas a divertirte con TU AMIGO y tus hermanas- dije al tiempo que miraba a las chicas.

-salida grupal, vamos Rosalie, debemos arreglarnos- grito Alice jalando a mi hermana y pasando como el viento junto a Bella.

-eso me agrada mas, vamos Jasper, demostremos que podemos ser más rápidos que las chicas- grito a su vez Emmet corriendo escaleras arriba.

-en otras palabras me mandaras con 4 chaperones, ¿a menos que también tú quieras venir?- pregunto cruzando los brazos.

El sarcasmo se pintaba solo.

-esa es una excelente idea, hace mucho que no sales con tus hermanos Edward, seguro que se la pasan bien, además Carlisle y yo…. Necesitamos tiempo a solas- intervino Esme mientras pensaba en cómo llevar a Carlisle a la cocina y después…

-ok, ya entendí, me voy, solo no hagas o mejor dicho no hagan nada en la mesa, se romperá- dije mientras intentaba olvidar sus pensamientos.

Lo hacía a propósito. Madres. Carlisle solo se reía. Padres. Agh.

-quizá quieras cambiarte de ropa cariño, si el humano te pone mucha atención, Emmet le arrancara la cabeza- sonrió Esme guiando a Bella a su recamara.

-“Sí Emmet no lo hace, lo hare yo, no creas que me separare de ti, eres mía, ¿recuerdas?”- pensé mientras camina detrás de ellas.

-“¿y Melisa?”-

Demonios, una sola palabra y me dejaba sin argumentos.

Y así, 10 minutos después todos estábamos de nuevo en la sala, Bella bajo con unos jean azules y una blusa rosa tranparente con un top blanco debajo, aun se veía deslumbrante, pero su atuendo y compañía decía SOLO AMIGOS, nos montamos en los coches, por supuesto Bella se fue con Emmet y Rosalie, Alice y Jasper conmigo.

Unos minutos después llegábamos a la universidad y ahí estaba el molesto humano esperándola. Se asombro de ver los coches llenos de gente.

-lo siento, por más que trate de escabullirme, mis guardaespaldas no me lo permitieron, vamos, sube, tratare que se comporten- dijo mientras Ty, se montaba en el Jeep junto a ella.

-te ves muy hermosa ¿y a donde me llevan?- mirándola detenidamente.

-“Dios como se parece a mi Bella, si no creyera que es imposible diría que es la misma, pero no, esta chica tiene hermanos, hasta se parece a ellos, hum, ya no recuerdo bien como era Bella antes de enfermar, quizá era así, como la extraño, si esta Bella no estuviera enamorada de Edward, podría tratar de conquistarla, pero no hay manera, ¿Qué estará esperando Edward?” -

Leí en sus pensamientos.

Tan obvio era nuestro amor, si un humano lo veía, Melisa no tardaría nada de saberlo. Carajo.

-hay un lugar para comer a las afueras del pueblo, sirven pizza y otras cosas, solo en caso de que tengas hambre, pero está muy tranquilo el sitio y se puede platicar, te gustara- Contesto Emmet refiriéndose al comedor publico junto al rio.

15 minutos después llegamos. Todos bajamos de los coches, vi como Ty tomaba de la cintura a Bella y la bajaba, reteniéndola un poco más de lo necesario, mientras ella le sonreía. Sentí celos y al instante la calma de Jasper, lo mire y sonreí. Que oportuno mi hermano.

Pero ¿Y si Bella decidía enamorarlo?, no tardaría nada en conseguirlo, después de todo ¿por qué no?, yo mismo me había enamorado de Melisa cuando aún era humana, ella podría hacer lo mismo, nada la retenía a mi lado, yo no era libre y ella sí.

La calma de Jasper se intensifico haciendo que todos los vampiros se dieran cuenta, Bella se separo suavemente de él.

-entonces ¿comeremos algo o todos están a dieta?- comento Ty, mirándonos a todos

-“¿tendré que invitarlos a todos o solo Bella?”- Sonreí.

-como esta es tu primera salida con los Cullen, nosotros te invitamos así que pide lo que quieras de comer, para mí solo un soda, no como de noche- comente mientras miraba a los chicos, entendieron de inmediato.

-yo quiero costillas y soda- dijo Emmet, lo miramos raro.

-yo quiero un hamburguesa con papas y soda- contesto Rosalie, mientras le sonreía a su hombre mono.

-Nosotros queremos pizza- respondió Alice – de carnes y sodas- agrego.

-yo también quiero, pero de 4 quesos- pidió Bella.

-ok, a ver hamburguesas, costillas, pizzas de carne y queso, sodas, papas, bien creo que lo tengo todo, hare el pedido – dijo Ty dirigiéndose al mostrador.

-espera te acompañamos, no vayas a olvidar algo, además creo que agregare aros de cebolla y helado, a Rosalie le encanta el helado de fresa- decía Emmet mientras nos hacia una seña a Jasper y a mí.

-huy le van a leer la cartilla al pobre Ty- dijo Rosalie quien estaba sentada junto a Bella y Alice frente a ellas.

-esta es la cosa Ty, Bella es la más pequeña de nosotros, no solo en edad, sino en ingresar a la familia, así que el asunto es así:- dijo Emmet, jalando a Ty hacia un árbol después de pedir la comida, rodeamos al humano en posición de hermanos protectores.

Con brazos cruzados y cara de pocos amigos.

-mantén tus pantalones y el cierre arriba y vivirás- continúo Jasper.

Ante la cara de asombro del chico quien esperaba que Emmet fuera quien amenazara.

-porque de lo contrario, ni el infierno te salva –agregue dando un paso hacia él, éramos casi del mismo tamaño, apenas le sacaba 5 cm.

-¿me estas amenazando Edward?- pregunto mirándome directamente.

Apunte con el índice a Emmet, quien ahora daba un paso hacia Ty y se ponía derecho sacando el enorme percho de oso que tenia.

-él no, yo sí, veras Bella es mi hermanita y si me entero que le hiciste daño, te parto en dos, mantén tus intensiones muy claras, nunca le mientas o le hagas llorar, porque serás hombre muerto- Termino Emmet.

-ahora que todo está claro, vayamos a comer- dijo Jasper tranquilamente mientras nos dábamos vuelta.

-esperen, ya hablaron ustedes, me toca a mí- dijo Ty, sonreí, esperaba esto desde que las palabras su formaron en su mente.

-entiendo que hagan esto por ella, pero deben saber que no tengo intensiones románticas, Bella me atrae y mucho, no son ciegos, ella es hermosa a más no poder, pero yo sigo enamorado de mi prometida, bueno ex, no tengo intensiones de enamorar a Bella, al menos no todavía, además creo que todos aquí sabemos que ella te ama a ti- dijo apuntándome- y es obvio hasta para mí que es correspondida, lo que no entiendo es que esperas, pero bueno eso será cosa tuya- finalizo pasando por nuestro lado como si nada se hubiera dicho.

Nos dejos asombrados, se requería valor para enfrentarnos y lo hizo sin mucho esfuerzo.

Regresamos con la comida a donde estaban las chicas, Emmet se sentó atrás de Rosalie y Jasper junto a Alice, Ty con Bella y yo me quede junto a Jasper, no quería sentir la proximidad del amor de mi vida mientras esta platicaba con otro, además seguro me ignoraría como siempre.

Para que arriesgarme.

-bueno, ya que somos casi amigos, me cuentan que rollo con ustedes, digo, según sé, son hermanos pero no todos se ven así, bueno digo… ay olvídenlo ustedes son tan complicados que me dan dolor de cabeza- dijo riendo el tipo.

Era agradable.

Carajo.

-bienvenido a mi mundo- exprese - vivir con ellos es peor de lo que te imaginas- agregue.

-te explico, todos somos hijos adoptivos, excepto Jasper y Rosalie que sí son hermanos- explico Alice, esa era la mentira oficial de este periodo en nuestra casi interminable existencia -No fuimos adoptados al mismo tiempo, Edward fue el primero, luego Rosalie, después Emmet, le seguimos Jasper y yo, después llego Melisa, Vanessa y Jacob, pero Jacob no es un Cullen, aunque si lo consideramos parte de la familia- terminó mi hermanita.

-ok, ¿cómo es que Rosalie y Jasper no fueron adoptados juntos? y ¿quiénes son Melisa, Vanessa y Jacob?- pregunto, hum, bien, escucha con atención, la mayoría no nota esas cosas.

-cuando nuestros padres murieron nos separaron, cuando Carlisle se entero de la existencia de Jasper, lo busco hasta que lo encontró y lo adopto, ahí encontramos a Alice. Ellos ya estaban juntos… es decir en el mismo orfanato- completo Rosalie.

-Melisa es la novia de Edward, Vanessa su hermana y Jacob el novio de Nessie- dijo Bella en un tono apenas apreciable para Ty.

-“Y por eso no están juntos, vaya, eso si no lo esperaba, entonces quizá si tengo una oportunidad, si Edward quisiera algo con Bella, habría dejado a su novia”-

Carajo, hasta él entendía eso, pero no había manera de que fuera tan fácil.

-Melisa esta con su hermana y cuñado en Europa, se fueron a los pocos días que llego Bella- explique a modo de comentario casual.

-“así que su novia no sabe que está enamorado de la nueva Cullen, al diablo con mis planes de conquista, o quizá no… nunca se sabe, quizá no deje a su novia”-

Demonios.

Insistiría.