miércoles, 3 de agosto de 2011

Capitulo 2, Eleven years



By Pame Cullen

"Casarte antes de los 30 & Tu novio de igual o mayor edad que tú & Tener todo tipo de comodidades… A mis 29 años cumplía con todos los supuestos requisitos para un futuro prometedor. Entonces ¿Qué hacía en la cama con un adolescente?

Capitulo 2



Be.-
...

Hoy era mi primer día de trabajo. Y sentía que estaba más nerviosa que la primera vez. Me desperté mucho antes que Derek y me sumergí en la ducha para tratar de controlar mis nervios. Lo cierto fue, que luego de un extenuante baño, seguía igual. Preparé el desayuno y apenas probé bocado. Sentí a Derek entrar a la ducha, así que lo esperé paciente en mi silla… durante 30 segundos, ya que los próximos 15 minutos los pasé dando vueltas de un extremo a otro.

- Si sigues así. Estoy seguro que tendremos que contratar a alguien que arregle el piso amor.- bromeó desde el umbral de la puerta

- Estoy nerviosa.- declaré. Mordiendo una uña desesperada

- Primero que todo. No acabes con tus hermosas uñas.- tomó mi mano y la quitó de mi boca.- Y segundo. Eres la mejor en todo y estoy más que convencido que harás un excelente trabajo preciosa.- me besó dulcemente

- ¿Y si no sirvo para reportear?.- dije al borde del colapso

- Bella. Estudiaste para esto.- habló calmadamente.- Quizás en primera instancia te cueste un poco adaptarte al cambio. Pero eso es normal.- intentó tranquilizarme

- No quiero fallar.- admití mi mayor miedo

- Mi amor.- tomó mis hombros.- La persona que no falla, nunca se convierte en el mejor. Si hicieras todo perfecto, estarías en el cielo.- apuntó el techo

- Gracias.- acerqué mis labios a los suyos

- Siempre estaré para apoyarte bebé. Siempre.- musitó sobre mi boca

Parecía que apenas me había subido al auto, ya habíamos aparcado fuera del edificio. Observé a mi alrededor como si el entorno me fuera a devorar. Cerré los ojos y coordine repetidas veces mi respiración. Sentí la mano de Derek en mi rodilla, apretándola en señal de confort.

- Todo irá bien.- susurró.- Y recuerda. Para aprender, hay que equivocarse

- ¿Te he dicho cuanto te amo hoy?.- abrí mis ojos y observé como hacia un exquisito puchero y negaba suavemente.- Te amo infinitamente

- Eso es quedarse corto.- dijo en forma petulante con una sonrisita.- Yo te amo infinitamente infinito

- Bien.- alisé mi falda.- Es hora de la verdad.- afirmé

- ¡Esa es mi prometida!.- gritó con júbilo, alzando su puño al aire.- Te veo en la noche amor
- Está bien. Suerte para ti también

Al subir al elevador, no pude evitar recordar la desagradable escena del día anterior con ese par de niños con complejo de grandes. Llegué al piso y me dirigí rápidamente al escritorio de Jessica para saber cual me asignarían o lo que debería realizar durante el día. Tomando en cuenta que Carlisle me había puesto sobre aviso que mis labores formales comenzarían la próxima semana.

- Hola Bella.- canturreo cuando me vio

- Hola Jessica.- le devolví el saludo.- ¿Sabes si las chicas con las que trabajaré ya se encuentran acá?

- Ángela no. Ha llamado para avisar su ausencia por el día. Creo que está un tanto delicada de salud. Lauren debería estar en su puesto, pero como de costumbre.- hizo una mueca.- Se le han pegado las sábanas. Y Tanya, estaba acá hace un momento. Debe haber salido, pero ya vuelve.- se levantó de su asiento y me señaló que la siguiera.- Éste será tu despacho Bella

Era una oficina amplia. Todo cuanto veía, estaba distribuido en tres. Así que al menos podía estar tranquila que no nos obstaculizaríamos al momento de trabajar.

- ¡Oh! Mira allí viene Tanya.- indicó Jessica

Una mujer alta, delgada, cabello rubio con destellos rojizos. Hizo su aparición por una puerta lateral. Sonreía amablemente a todo el mundo. Y se dirigió hacia donde estábamos.

- Tanya.- llamó Jessica.- Ella es Bella Swan

- Hola Bella.- saludó ella, muy amablemente

- Hola Tanya. Un placer conocerte.- secundé

Jessica se retiró y nos dejó a ambas en la oficina. El móvil de Tanya sonó, por lo que se disculpó para contestar. Me dirigí a la ventana y me quedé allí observando la majestuosidad que se vislumbraba desde el piso 20, donde estábamos ubicados. Mis nervios aún seguían a flor de piel, sobre todo oyendo de paso, la conversación de Tanya. Se notaba una mujer fuerte y directa. Pensé en las palabras de mi prometido e intenté relegar mis nervios

- ¿Nervios?.- me giré al oír la voz de Tanya

- Mentiría si dijera que no.- sonreí

- Es normal. No te preocupes, pero estoy segura que lo harás bien.- su seguridad podía aplacar un poco mi desesperación.- Vamos a tomarnos un café para ponernos al día

Nos dirigimos unos pisos más abajo. En el cual se encontraba una acogedora cafetería.

- Bien Bella. Lo primero que tienes que saber, es que debes poner límites con Lauren y Ángela desde el comienzo.- la miré sin entender a que se refería, aunque sus palabras me recordaban a lo mencionado por Jessica

- No entiendo.- musité

- Digamos que somos un grupo de trabajo, pero tú pasas a ser la pieza fundamental.- explicó.- Así que en cuanto ellas aparezcan, debes poner las cosas claras

- Pero yo no tengo el título de jefa.- rebatí

- Explícitamente no, pero siendo tú la de mayor rango que nosotras. Eres nuestra jefa.- se encogió de hombros

- No creo que puede llevar a cabo ese papel.- dije sinceramente. No me sentía preparada para dar órdenes o algo similar

- Bella.- me dijo seriamente.- Tendrás que hacerlo. Lauren tiene…cierta personalidad avasalladora y no puedes dejar que te domine, tú en rigor eres su jefa. Y Ángela, tiene a tomarse atribuciones que no le corresponden

Recordé que Carlisle me había relatado un ambiente muy diferente al que me estaba planteando Tanya. El tema quedó allí y pasamos a conversar sobre el trabajo realizado. Al cabo de unos minutos, podía decir que me estaba sintiendo gratamente complacida con la relación que estábamos adoptando ambas. Se me figuraba que en ella, tendría un gran apoyo para realizar mejor mi labor.

- ¡Ah! Aquí estabas.- habló una chica rubia con cara de pocos amigos

- Si llegaras a la hora, podrías habernos encontrado muchísimo antes. Lauren.- le respondió Tanya, sin girarse hacia ella.- Te presento a tu nueva jefa. Isabella Swan

- ¿Tú eres la maravilla de la que se habla? Isabella.- su tono de voz agrio y la mirada de advertencia que me envió Tanya, me dieron las agallas para contestar de igual forma

- Lamentablemente, no puedo decir lo mismo.- expresé con una sonrisa irónica.- Buenos días Señorita Mallory.- me miró como si quisiera saltar encima mío ¡Perfecto! Mi primer día y ya tenía enemigos acérrimos

- Buenos días Señora Swan.- escupió furiosa

- Señorita.- le corregí.

Se dio media vuelta y con un contoneo bastante vulgar, cabe destacar, se retiró del lugar. La carcajada que emitió Tanya, me hizo situar mi mirada en ella.

- Tranquila Bella.- continuó riendo.- Se disfraza de leona, pero con lo que haz hecho. No será más que una gatita roñosa

- Creí que ustedes tenían un clima laboral sin problema alguno
- Lo es.- respondió, tomando de su café.- Pero siempre y cuando los límites queden impuestos desde el primer minuto.

...

Seguimos tomando nuestro café en silencio. Varias personas hicieron ingreso al lugar y Tanya me presentó a todos y cada uno. Volvimos a la oficina y nos enfrascamos en revisar el material disponible para adentrarme bien en el estilo de trabajo que tenían. En ocasiones compartíamos ideas, pero la mayor parte del tiempo estuvimos concentradas en revisar nuestro trabajo mutuamente en forma silenciosa.

- Tengo hambre.- dijo de pronto.- Voy por un sándwich ¿Quieres algo?

- Una soda estaría bien. Gracias

Seguí ensimismada en mi trabajo, cuando el teléfono del escritorio de Tanya comenzó a sonar insistentemente. Tuve la intención de cogerlo, pero esperé por si ella volvía. Cuando volvió a su insistente labor de perturbar mi concentración y tranquilidad, me levanté a cogerlo

- Bueno.-

- ¡Ey. Mujer de hielo! Necesito de tu ayuda urgente.- fruncí el ceño. La voz se me hacía vagamente familiar, más no pude reconocerla del todo

- Yo…- intenté decirle a mi interlocutor que no era Tanya, pero él habló nuevamente

- Tanya ¡Por favor! ¿Si? Tu esposo me tiene en la mira. Me comprometo a no intentar ligar con ninguna chica en su clase, pero habla con él que me devuelva mi móvil ¿Si?.- toda perdida por la información que la persona había compartido conmigo y sin saber qué decir. Me quedé totalmente muda.- ¿Tanya? ¿Estás ahí? Juro portarme bien ¿Ok?.- reaccioné ante las súplicas oídas

- ¿Eh? ¡Oh. No! No soy Tanya. Ella ha salido un momento y luego vuelve.- expliqué, sintiendo mi cara arder por la vergüenza de haber oído toda su confesión sin saber quien era

- ¿Lauren?.- arrugué mi frente por el cambio en el tono de voz. Mmm…¿Coqueto?

- No. Habla…- justo en ese momento Tanya apareció en mi campo de visión.- Te paso con Tanya.- dije rápidamente.

Le entregué el auricular a la chica y volví a mi asiento. Escuché como ella se refería al chico como "mini playboy" y no pude evitar sonreír. Se notaba por su voz, que no se trataba de un hombre mayor; sino más bien como un adolescente. Veía como Tanya reía abiertamente, lo regañaba otras y rodaba los ojos con mayor frecuencia.

- ¿Por qué quieres saber con quien hablabas?.- preguntó ella de repente y la observé guiñarme un ojo.- No.- decía divertida.- ¡Ey! Mira mini-playboy, recién te estás comprometiendo a comportarte y ya estás buscando carne fresca ¡Eres todo un caso!

Decidí seguir con lo mío, pero aunque intentara no prestar atención a su conversación. Era imposible, sobre todo teniendo la seguridad que la aludida en el tema, era yo. Tanya terminó la charla destellando diversión. Sin querer, me vi riendo de sus carcajadas.

- ¿Te ha dicho algo el mini-playboy?.- consultó aun divertida

- Sólo me ha dado un corto entendimiento que está en problemas.- la vi asentir y secar las lágrimas que había derramado por su ataque de risa

- Mi esposo es docente en el instituto que estudia Edward.- explicó

- ¿Quién es Edward? ¿Tu hermano?.- cuestioné tomando mi soda y sentándome frente a ella. Tanya se levantó y cerró la puerta de la oficina, al parecer por Lauren

- Edward es el hijo de Carlisle. El hermano menor de Jasper.- ahí recordé sobre la conversación de la otra noche en casa de mi hermano

- ¡Oh! Recuerdo haber escuchado de él. Jasper es amigo de mi hermano. Hemos compartido un par de veces, así que no tenía idea que tenía un hermano menor. Aunque no pensé que tan menor como para ir al instituto todavía.- Tanya negó divertida

- Ese soquete debió salir hace dos años de la secundaria. Según él, está tan ambientado ahí que le apena irse.- bufó.- No es mal alumno, de hecho sus calificaciones durante el año son excelentes. Pero curiosamente en los últimos exámenes su cabeza sufre una amnesia temporal. Junto a su amigo Jacob- reí a mandíbula batiente con ella. Nunca había oído un caso igual

- Al parecer, el tal Edward es único en su especie.- comenté

- ¡Créeme! ¡Lo es!.- confirmó

- Y por lo que oí, sin querer ¿Todo un Don Juan?

- Lo he bautizado como mini-playboy.- confió.- Estoy segura que Edward y Jasper le han dado más dolores de cabeza a Carlisle aquí en la oficina, que todos los relacionados con el trabajo directo
- ¿Jasper también?.- inquirí sorprendida por esa confesión

- Antes.- se apresuró a aclarar.- Luego de conocer a Alice, le ha dejado su legado de conquistador a su hermano menor

- El tal Edward tiene 19 ¿Verdad?.- asintió.- ¿No es muy menor para andar ligando aquí? Por lo que he visto, no hay chicas demasiado jóvenes en el piso

- ¡Ey! No soy tan vieja.- expresó con indignación. Iba a retractarme, pero ella me detuvo.- Tranquila Bella, sólo estoy bromeando.- aclaró para mi calma.- Tienes razón. Aquí no hay chicas de la edad de él. Pero te lo aseguró.- apuntó con su dedo.- Es el menor problema para Edward

- ¡Wow!.- exclamé. Al parecer el chico debía tener su encanto

- Aquí ha tenido varios problemas de faldas.- su barbilla indicó hacia fuera.- Lauren, es capaz de tirarse de bruces al piso cuando él aparece

- ¿No es un tanto joven para ella?.- pues Lauren debería andar por mi misma edad

- A Lauren no le importaría, aunque Edward tuviera 10 años.- puso sus ojos en blanco.- Según Edward nunca ha pasado nada con ella, pero no estoy muy segura.- dijo dubitativa

- ¿Y contigo?.- reí abiertamente. Esta chica era agradable

- Lo intentó en su momento, pero ya pasa a ser broma. Tengo 31 años y lo conozco de cuando Edward tenía como 9 años. Lo veo como un hermano pequeño. Tenemos bastante confianza


La tarde transcurrió sin más. Tanya me mostró varios proyectos que tenía en mente para comenzar a trabajar en ellos. Y la verdad era que al parecer, nuestras ideas seguían un mismo curso. Porque ya teníamos mas menos organizado varios trabajos a futuro.

- Hola. Hola.- saludó Carlisle, entrando a la oficina.- ¿Cómo te haz sentido en tu primer día Bella?

- Muy bien. La verdad es que hemos estado compartiendo ideas con Tanya y me he podido dar cuenta que tenemos plus para trabajar juntas.- a lo que observé a Tanya dándome una sonrisa cómplice

- Me alegra saber eso.- dio un aplauso.- ¿Y tu que tal Tanya?.- se giró hacia ella

- Creo que no me pudiste escoger mejor compañera.- expresó alegre.- Sabe mucho y me apetece involucrarme en sus conocimientos.- me sentí halagada por sus palabras

- Eso es genial. No hay mejor forma para realizar un buen equipo que la mutua colaboración y aprendizaje.- finalizó.- Muy bien chicas. Nos vemos mañana y que tengan buena tarde

- Hasta mañana.- exclamamos las dos a tiempo

- Bien. Media hora más y a la casa.- suspiró y se tendió en su silla

- Si. La verdad es que no ha sido un día agotador, pero con los nervios que traía, mis músculos necesitan de un masaje y una buena cama

- Chica. Puedes combinar todo eso y te sentirás mucho mejor mañana.- me guiñó pícaramente por su doble sentido. Ambas reímos.- ¿Te vendrán a buscar o traes auto?

- Aun no consigo tiempo para la búsqueda de un auto. Y Derek, mi prometido trabaja hasta tarde. Así que tomo un taxi

- Eso no es problema. Yo te llevo.- iba a replicar para que no se molestara, pero ella habló inmediatamente.- ¿Tienes prometido? ¿Vas a casarte?

- Ajá.- mi sonrisa se amplió desmesuradamente.- Dentro de unos seis meses más.- acoté recordando las palabras de Derek, pues no habíamos aludido una fecha en particular

En ese momento nuestra charla fue interrumpida por unos suaves golpes. Lauren asomó su frondosa cabellera rubia, y con una sonrisa anchísima que hasta ahora no le conocía se integró en la oficina.

- Tanya.- dijo en tono meloso.- Edward está aquí y necesita hablar contigo. No quise hacerlo pasar...- me miró de soslayo.- Pues no sabía si había autorización.- quise dedicarle mi más gélida mirada, pero ella nunca volteó ¡Chica lista!

- ¡Pff…! Lauren estamos hablando del hijo de nuestro jefe ¿Te molesta que lo atienda aquí Bella?.

- Claro que no.- miré a Lauren y le obsequié gratis una mirada envenenada

- Ok. Dile que pase.- apuntó Tanya

Quise reírme abiertamente y sin tapujos, cuando vi a Lauren arreglar su vestimenta antes de salir. Además de abrir un poco más su escote y deslizar su falda unos centímetros más arriba. Tanya sólo negó con la cabeza y me miró jocosa.

- Te lo digo. Poco falta para que le salte encima.- susurró.- No conocías a Edward ¿Verdad?.-

- No.-

- Bueno. Ahora conocerás al mini-playboy.- se levantó de su silla y fue hasta la puerta.- ¡Ey! Galán ¿A qué debo el honor de tu visita?.- por la posición en que me encontraba, no lograba observar al nombrado chico

- Hola mujer de hielo.- me envaré cuando oí esa voz.- Vine a rogarte personalmente que hables con Marcos

- ¡Claaaro! Te creo.- el tono de voz de Tanya dejaba en claro que no lo decía verdaderamente.- Pasa

Fijé mi vista en el ordenador, dando la espalda hacia la puerta. En un arranque bastante infantil debo decir, tomé mi móvil rápidamente y lo silencié. Fingiendo estar discando un número me quedé allí sin voltear a ver la nueva visita. Que ¿De nueva? ¡No tenía nada! Si su voz se me había hecho familiar a través del teléfono. En persona estaba segura de quien se trataba y confirmado me quedaba, al observar su reflejo en la pantalla de mi computador ¡Mierda! El muy idiota chiquillo del día anterior, no era nada más y nada menos, que el hermano de Jasper y el hijo de Carlisle ¡Buena Suerte la mía!

...

Cuando ya no pude extender más mi farsa. Tuve que dejar el móvil sobre la mesa y con una lentitud envidiable por una tortuga, me fui girando…hasta quedar frente a ellos que conversaban animadamente ¡No tenía idea de qué! Estando en la misma oficina, con el gran descubrimiento, no había prestado atención…

- Bella. Te presento a Edward Cullen. El es el famoso mini-playboy.- el odioso chico no quitaba ni por asomo esa sonrisita petulante.- Edward. Ella es Isabella Swan. Nuestra nueva reportera estrella.- elogió

- Un gusto.- proferí demasiado forzada. Sin moverme de mí asiento

- Igualmente.- y como si estuviera leyendo mi mente y quisiera llevar mi contra, se acercó a darme un beso en la mejilla. Su boca tuvo la osadía de encaminarse hacia la comisura de mis labios

¡¿Es que a este idiota no le habían enseñado a respetar a sus mayores? ¡Urgh! La rabia bullía por todo mi cuerpo ¿De cuando acá los niñitos eran tan osados? Retiré mi cara lo más rápido que pude. Y usando su cuerpo como escudo de Tanya, lo acribillé con la mirada. Más él ni se inmutó. Ni siquiera fue capaz de disimular su patético intento de seducción, ya que retrocedió a su lugar, sin siquiera doblar su cuerpo. Y sus penetrantes ojos, jamás abandonaron mi figura.

- Bien. Habla rápido, que ya estábamos por irnos.- apremió Tanya, observando su reloj

- Necesito que Marcos me devuelve mi móvil. Tengo…unos asuntos el fin de semana y…están ahí.- sin mirarlo notaba que omitía detalles ¡Como si a mi me importara su cháchara!

- Déjame adivinar.- miré a Tanya poner su mano sobre su barbilla en posición pensante. Me arrepentí en seguida de mirar. El adolescente hormonal, no quitaba sus ojos de mí.- Tienes unas cuantas citas y en tu móvil está el diccionario alfabético.- reí junto a Tanya. A lo menos esperaba que el niñito, cayera un poco de su nube

- No exactamente.- de soslayo lo vi caminar alrededor de la oficina.- Digamos que lo necesito para guardar nuevos…- exclamó en tono sugerente. Y sin mirarlo, advertí que ese juego iba dirigido a mí ¡Iluso!

- Veré que puedo hacer.- dictaminó Tanya.- Pero tienes que terminar con la revolución de tus hormonas saltarinas Edward. No puede ser que cada vez que tienes clases con Marcos, el te pille en situaciones sexualmente incómodas con tus compañeritas

Si antes había encontrado directa a Tanya, es que ahora lo corroboraba y aplaudía. Levanté mi barbilla desafiante, al chico que en estos momentos adquiría una tonalidad rosácea en su rostro. Negué divertida en su dirección. Así mismo como lo haría cualquier adulto, al ver una situación divertida y estúpida por parte de un chiquito bebé.

- No tengo culpa que nadie se resista a mí.- expuso con su mejor sonrisa de conquistador. Y con sus orbes verdes, inyectadas en mí, de arriba abajo.

- Algún día, tropezaras con una piedra Edward ¿Qué harás ahí?.- el chico se encogió de hombros, dando a entender que no creía que alguna mujer se rehusara a él.- Bien. Hablare con él. Ahora si me disculpas ¿Nos vamos Bella?

- Claro.- tomé mis cosas rápidamente y me adelanté a salir

Tanya al estar recogiendo sus cosas, no tuvo el honor de ver la última hazaña que profirió el muchachito. Me iba acercando a la puerta con mis cosas acumuladas en mis manos, y el muy engreído se atravesó en mi camino con una postura bastante narcisista. Intenté pasar por su lado y en el intento, mi brazo chocó con su cuerpo, haciendo que mis pertenencias quedaran regadas por el piso.

- ¿Qué pasó?.- preguntó Tanya al oír mis cosas caer.- Edward. Mueve tu trasero y ayuda a Bella

- Encantado.- bisbiseo acuclillándose a mi lado.- Toma

Me extendió algunas cosas. Me apresuré a tomarlas y el muy sinvergüenza tuvo el descaro de rozar sus manos con la mía. La quité como si su tacto me quemara. En mi misma posición alcé mi rostro y con todas mis fuerzas, aguardé las ganas de darle una bofetada y gritarle un par de insultos para nada decentes y cariñosos. En lugar de eso, me incorporé deprisa y cuando tuve todo en mi poder, le brindé un agradecimiento notable

- Gracias.- esbocé mi sonrisa más irónica.- Eres un muchachito muy atento. Ojala y todos los niñitos fueran como tú

- Vamos.- instó Tanya. Por lo que el medio galán quedó con sus palabras atascadas

Llegamos al estacionamiento los tres. Rogaba internamente una y otra vez, que el chico encontrara una diversión por el camino o que alguien lo urgiera. Y se marchara de una condenada vez ¡Su sola presencia me incomodaba! Pero como al parecer, en el cielo no tengo aliados…

- Tanya ¿Podrías llevarme?.- pidió muy meloso el idiota.- No traje mi auto y Carlisle ya no estaba cuando llegué a la oficina

- Seguro.- contestó la última, sin advertir mi cara de horror por tener que soportarlo mas tiempo del que hubiera querido

- Yo puedo irme en taxi Tanya. No es necesario que me lleves.- intenté zafarme

- ¡Oh! No te preocupes Bella. Además debo pasar cerca de tu casa.- gemí para mi interior. Esto estaba comenzando a amargarme

Durante el maldito viaje. Tuve que bancarme la cara sonriente del muchacho a través del espejo lateral del auto de Tanya. Conversé lo justo y necesario. Mientras ellos hablaban animadamente. Un suspiro de alivio, escapó ruidosamente de mis labios cuando divisé las casas ubicadas a metros de la mía. Le indiqué a Tanya específicamente mi casa, lo cual me arrepentí inmediatamente al percatarme la mirada escudriñada que el pasajero trasero estaba haciendo.

- En su hogar. Sana y salva Bella Swan.- anunció Tanya fuera de mi casa.- Muy hermosa tu casa además

- Gracias. Cuando quieras, cualquier otro día te invito un café.- explayé dejando claro que la invitación era sólo para ella y en cualquier otro momento que no tuviéramos un mal tercio entre nosotras.- Nos vemos mañana. Adiós.-

Fui a tomar la manija de puerta. Cuando mágicamente se abrió. La magia se convirtió en hechizo demoniaco, cuando vi a mi pesadilla juvenil de pie fuera de mi puerta, manteniéndola abierta para mí. Miré de reojo a Tanya, que observaba divertida la escena. Al parecer, el actuar del chico no era un suceso nuevo para ella.

- Gracias.- mascullé

- De nada. Bella.- susurró mi nombre en forma sensual, o al menos eso quiso intentar

- Adiós.- me despedí y pasé por su lado

- ¿Bella?.- cerré mis ojos y me mordí la lengua. Giré con la mayor cara de enfado que podía tener hacia él.

Ahí estaba él, con esa sonrisa torcida y sus ojos chispeantes. La ubicación del sol al atardecer, daba de lleno en sus ojos, dándole una tonalidad cautivante. Sin embargo, recordando que era él…todo encanto desaparecía

- Dime.- quité mi vista de él, poniendo mi atención en la búsqueda de mis llaves

- Respecto a tu comentario de la oficina…- comentó despacio.- No te dejes llevar por la edad. Niño, es lo menos que soy. Cuando quieras lo demuestro.- y sin esperar respuesta, se subió sonriente al auto

Tarde en reaccionar, más cuando lo hice…envié mi grito de furia hacia el interior de mi garganta ¿Es que acaso iba a tener esa pesadilla constante cerca de mí? ¿Cómo podía ser tan lanzado? ¿Tanto habían cambiado los tiempos? Recordaba cuando estaba en el mismo año que él, y los chicos no eran así de directos y petulantes en sus insinuaciones.

Decidí dejar todo lo malo del día a un lado. Tomé mis llaves y me dirigí a la puerta de casa. Iba a deslizarla por el cerrojo, cuando la misma se abrió de inmediato. Derek estaba de pié, a un lado a ella.

- Hola amor.- saludó acercándose

- Hola.- dije sorprendida.- ¿Tan temprano en casa?

- Aham. Pedí algunos casos y vine a terminarlos a casa. Creo que pesqué un resfrío, porque la cabeza se me parte.- lo miré detenidamente y sus ojos estaban un tanto rojos

- Te voy a preparar un remedio casero.- dije, dirigiéndome a la cocina.- Deberías recostarte.- le sugerí

- Lo iba hacer, pero pensé en ir a buscarte y pasar por una farmacia a comprar algo. Pero creí que estarías ocupada, al no responder mis llamados.- fruncí el ceño, no había recibido llamada alguna de él

.- ¿A qué hora me llamaste? No he recibido ninguna llamada.-

- Desde hace más de media hora que he estado marcando tu número.- informó sentándose frente a mi. Entonces recordé que mi móvil había quedado en silencio, luego de mi infantil actuación

- Debo haberlo dejado en silencio. Tuve una reunión informal.- no quise dar detalles de lo ocurrido

- Me imaginé que estabas ocupada cuando cortaste mi llamado.- comentó, incrementando nuevamente mi confusión.- Voy a recostarme bebé. Me siento mal

- Intenta dormir cariño.- besé sus labios y pude notar la temperatura elevada de los mismos.- Te llevaré todo cuando esté listo

Mientras lo veía alejarse. Partí frenética en búsqueda de mi bolso. Lo vacié sobre la mesa y comencé a buscar mi móvil. El cual no apareció por ningún lugar. Sin querer entrar en conjeturas erradas, comencé a rememorar mis acciones para indagar donde podía haber quedado… Sin embargo, al cabo de media hora, tuve que despotricar insultos ahogados por la rabia contenida que estaba haciendo mella en mí. Cuando había caído mi bolso, debía haber arrastrado mi móvil… Y aunque no quisiera pensar mal, estaba absolutamente segura que quien había cortado las llamadas, no era nadie más que mi maldita pesadilla con 19 años ¡Niño imbécil! ¡Adolescente hormonal patético! ¡Ahhh. Que rabia!...

Pero esto no se iba a quedar así. El mocoso engreído, odioso, bruto, agrandado… Iba a saber que yo no era como sus amiguitas de su edad. Aunque me costara el puesto, pondría en su lugar a ese crío mal enseñado…
...

Continuará...

___________________________________
Ok... yo tengo 30.... y muueeeerro por un Edward de 19! jajaja aunque sea odioso, arrogante y mujeriego... yo lo amoldo. Besoooossss, Lullaby.

7 comentarios:

maRi D´cullen dijo...

O_o.. tambien kiero un edward asi... ya empieza este niño con sus travesuras jajaja ke bueno ke a bella le fue bien su primer dia de trabajo y esta tanya amiga de bella me agrada...
muy buen capii ia ya kiero mas!!!!!!!

saludoss!!

maRi D´cullen dijo...

O_o.. tambien kiero un edward asi... ya empieza este niño con sus travesuras jajaja ke bueno ke a bella le fue bien su primer dia de trabajo y esta tanya amiga de bella me agrada...
muy buen capii ia ya kiero mas!!!!!!!

saludoss!!

Romina dijo...

ME ENCANTA,ME ENCANTA Y ME ENCANTA!!Una idea genial para un nuevo fic!!Lo adoro yaaaa!!!y ese Edward juguetón!! mmmmmm,aunque sea odioso,yo me lo quedaría igualmente :P Espero con unas ansias increíbles el próximo capi!!!Yo el diría a ese Edward qué tan travieso puede llegar a ser jajajajaja :D os quiero chicas,muchos besos chaoooo!!

Anónimo dijo...

increible fic!!! quiero que ya esten juntos, creo que es una historia diferente y atrapante, gracias chicas.

Jocelynne Ulloa dijo...

Me fascinó el fic!!!
La presentación de Edward es totalmente distinta a tooooodos los muchos fic que he leído, está muy entreteeeee.... y siiiiii realmente dan ganas de tener un Edward así, aunq me quedo con Rob ja! ahí la diferencia serían sólo 5 añitos jejeje....

A esperar el siguiente capi.
xoxo

nydia dijo...

adoro esta nueva historia y dios bien atrevido este niño....Besos...

PaTy_sev dijo...

jejeje parece que va a ser una historia divertida y que nos va hacer reir mucho.... por ahora me gusta :P