Capitulo 32
Regalos
Bella.
El 13 de Septiembre, me desperté como de costumbre, con el miedo de que todo fuese nada más que un hermoso sueño, estaba sola en la cama, pero el delicioso olor a mi ángel en la ropa de cama y el olor a café recién hecho me hizo caer en cuenta que no era así, que mi ángel debía estar preparándolo, me desperece y me levante, no sé a ciencia cierta si por mi adicción al café o por mi niño, este pensamiento me hizo sonreír, aunque obtuve la respuesta en mi, más rápido que un suspiro: mi ángel, me apresure a bajarme de la cama y encontré un camino de pétalos de rosas blancas y rojas, camine siguiéndolas, llevaban a la terraza trasera donde estaba el Jacuzzi, encontré un toldo de gaza blanco, colgado sobre una hermosa mesa, servida con frutas exquisitas, melocotones, duraznos, kiwis, fresas, mangos, todas mis favoritas, rollos de canela con chips de chocolate, una tabla de quesos y jamones, zumo de naranjas y por supuesto dos enormes tazas en espera de café, en ese momento mi príncipe pasaba el umbral, trayendo en sus manos una jarra de café, se acerco a mí, con esa gran sonrisa torcida que hacía que mis piernas temblaran.
Feliz cumpleaños Mariposa _me dijo, entregándome un ramo de orquídeas blancas envueltas en tul blanco y con un hermoso lazo de cinta de seda roja y besando la comisura de mis labios_
Yo solo podía mirar, estaba tan petrificada de la felicidad que sentía en ese momento, mi ángel sonreía de verme tan absorta, me ofreció sentarme y abrió para mí la silla, acercándome a la mesa, mi adonis hizo el papel de mesero, nos sirvió el desayuno, el café, todo con una sonrisa enorme.
Postrecito estas tan callada _me dijo_
Estoy felizmente sorprendida y absorta, de verte, a qué horas planeaste todo, a qué hora te despertaste para organizar todo _le pregunte_
Amor por ti soy capaz de todo, entiéndelo, si me hubiese tocado pasar la noche en vela, lo hubiera hecho con gusto _me regreso_
Gracias amor, es el mejor cumpleaños que he tenido, en por lo menos 7 años, te amo tanto _le dije y sus ojos y sonrisa se iluminaron de satisfacción_
Y eso que aun no has abierto el primer regalo _me espeto_
Y donde está, dime por favor _le dije con un puchero en la boca_ la verdad aprendí a tenerle miedo a las sorpresas, en mi matrimonio nunca fueron agradables, pero viniendo de ti, me encantan y se serán agradables.
Está con las orquídeas que te entregue _me regreso_
De verdad no me fije, así fue mi shock de felicidad _le asegure sonriendo_
Edward había colocado un sobre blanco, atado con la cinta de seda, en el interior había unos boletos de avión, me había regalado un viaje a Europa, un viaje para dos para ser específicos, el vuelo salía esa misma noche, el itinerario nos tendría una semana en Francia, una semana en España y por supuesto una semana en Inglaterra, y por ultimo con casi un mes de diferencia iríamos a Colombia, Edward quería conocer el país que me tenia enamorada y por supuesto a mi playa caracol, mi luna y mi sol, mis equinos del alma que extrañaba con vehemencia.
Me dijo que disfrutara del desayuno, porque en realidad la celebración del cumpleaños seria mañana, hoy iba a ser duro, teníamos mucho que preparar para estar listos para el viaje, después del desayuno me dijo que mi baño estaba preparado, así que me alzo en brazos sin dejar de besarme, al llegar allí, me dejo en el piso, me acerco a él y lentamente fue dejando resbalar mi camisón de seda lila, por mis hombros y por mis brazos hasta que llego a mis tobillos, yo había perdido la costumbre de dormir con bragas desde que vivía con Edward, así que estaba totalmente desnuda ante sus ojos, vi la pasión arder en esos orbes esmeralda, mientras yo ya temblaba de lujuria solo con ver como saboreaba sus labios, como si yo fuese en realidad el postre que hacia tentar su cordura, como un obsesivo compulsivo frente al objeto que coartaba su estabilidad emocional, me dijo que si yo deseaba bañarme el se iría, le dije que necesitaba abrir mi segundo regalo, cuando lo vi tratando de refutar algo, cubrí su boca con mis labios y profundice el beso, saboreando su lengua y fui sacando su playera, al ver su comprensión termino de sacársela y yo me hice cargo del pantalón de sudadera. Me levanto y me cargo a la encimera, abrió mis piernas y se arrodillo a degustarme como yo sabía que le gustaba, entraba en una fase de delirio cuando estaba entre mis piernas, sacaba y metía sus dedos de mi interior suplicante, mirándolo como un niño con su juguete favorito o con el caramelo preferido, dándome un placer sin igual, se relamía los labios y los dedos, antes de saciarme con su lengua, que vaya que sabia utilizar, yo no creí nunca sentir este cumulo de sensaciones tan abrumadoramente deliciosas y aterrorizantes a la vez, era como si el mañana no existiera y solo tuviéramos los últimos minutos para amarnos, Edward provocaba en mi ráfagas de electricidad, dragones flameantes en mi estomago, las mariposas, eran muy poco para lo que yo sentía, mi ángel arrancaba de mis entrañas, de mi alma, los gemidos de placer más intensos que jamás había sentido en mi pobre vida sexual anterior a él, con Edward todo era extremo, excitante, al límite, tanto el amor, la intimidad y nuestras actividades normales estaban cargadas de tanta energía y magia, para mi Edward solo tenía un significado amor pasional, amor era igual a Edward, aunque esa palabra encerrara poco de lo que el significaba para mí; Edward era igual a único y excepcional y estaba cien por mil segura que yo significaba lo mismo para él, de tantas veces que me lo había dicho, había terminado por creérmelo. Después de saciarse de mí, haciéndome alcanzar mi primer orgasmo del día con su lengua y dedos, se levanto y me penetro con fuerza, haciéndome encender nuevamente, nos movíamos como nunca y como siempre, con tanta hambre y sed del ser amado, como si fuese la última oportunidad de demostrarnos el amor que sentíamos, con varias estocadas mas llegamos juntos al éxtasis, gritando nuestros nombres, sudados, temblorosos de la actividad reciente, se salió de mi a regañadientes, me ayudo a bajar de la encimera.
Amor te dejo para que disfrutes de tu baño….no olvides que te amo _me dijo tratando de salir del baño_
Bebe, mejor porque no me lo demuestras _le dije ofreciéndole mi mano, y halándolo conmigo a la tina_
Estuvimos saciándonos de ambos, bueno mejor dicho yo abriendo mi segundo regalo repetidas veces, en la tina, en la ducha y arriba del sanitario; salimos porque Edward me obligo, teníamos mucho que preparar en especial las compras de ropa para el invierno, ya estaba comenzando el frio, y la ropa que yo había traído de Colombia era de verano y la que había comprado en los Ángeles era para eventos especiales y de gala, así que teníamos que salir de compras urgente, o el frio me congelaría hasta los pensamientos, así que a regañadientes me vestí, con unos vaqueros a la cadera y un playera de Edward amarrada con un nudo a la altura del ombligo, porque tenía un tejido más grueso que los míos y el frio estaba comenzando, y por ultimo un abrigo de cuero que me había regalado Leah, mis converse negros, coleta y lentes oscuros, mi ángel se vistió con unos vaqueros, una playera blanca, una camisa a cuadros abierta y su chaqueta de cuero, nikes, lentes oscuros y gorra.
Edward estaba demasiado feliz e irónico, pero de buena manera, estaba ocultando algo definitivamente, bajamos del loft, al parqueadero, cuando el ascensor se abrió y trate de salir me halo hacia él.
Bella, no tienes ni idea de lo que yo haría por ti _me dijo_ así tuviese que hacer lo más doloroso del mundo, para que tú seas feliz, lo haría, aunque eso significara alejarme de ti _finalizo, en ese momento sus ojos estaban realmente cargados de dolor_
Amor por qué dices eso, acaso pasa algo que yo no sé _le dije preocupada_
No mariposa, no pasa nada, solo quiero que seas inmensamente feliz, aunque yo tenga que alejarme, porque tu felicidad no esté a mi lado _me repitió_
Edward Anthony Cullen, para mí la felicidad eres tú, estar contigo, vivir contigo, hacer el amor contigo, besarte, abrazarte, verte reír y hasta dormir, esa es mi felicidad _le dije cerrando mi frase con un beso tierno_ así que no vuelvas a decir esa locura, amor nada, ni nadie me hará más feliz que tu, ok?
Ok, es que te amo tanto Bella, me tienes loco, me desespera pensar que vas a ser infeliz de alguna manera _terminó_
De ninguna forma, estando contigo, es imposible, mi amor, mi ángel, mi niño, tu eres mi vida, la cambiaste y a hora es toda tuya _le regrese y me abrace a él, saltando y enrollando mis piernas alrededor de su cadera y mis brazos a su cuello, el me sostuvo y comenzó a caminar fuera del ascensor, me llevo así por todo el parqueadero y yo acomode mi mentón a su hombro, vencida después de tanto pedirle que me bajara, cuando ya calculé que habíamos llegado al parqueadero me bajo y sostuvo mi rostro en sus manos.
Te amo _me dijo y me extendió su mano para que tomara las llaves_ maneja tú.
Tome las llaves, sin mirarlas y al girar para encontrar el nova, o el convertible, encontré una camioneta Volvo XC60, negra con vidrios entintados, con un lazo enorme de color uva.
Es tu segundo regalo _me dijo al oído, abrazándome desde atrás_ bueno el tercero, porque en tus cuentas yo fui el segundo, que por cierto, si así, tratas a tus obsequios no van a durar mucho, casi me acabas postrecito _finalizo riendo divertido_
Yo estaba en shock, por segunda vez en el día, Edward me acababa de regalar uno de mis sueños, el no había olvidado lo que le conté el día de nuestra “primera” cita, sobre mi camioneta en Colombia y sobre el antojo de esta.
Aquí no necesitas platón, para abonos, insumos, ni nada de eso amor, así que puedes conservar la Ssangyong en Colombia _me dijo sonriente_ disfrútala amor, ya la necesitas, necesitas tu independencia.
Gracias mi amor, te amo, te acordaste _le dije realmente emocionada y con los ojos llenos de lagrimas de felicidad_
Me subí en la silla del conductor llena de orgullo y felicidad, una vez listos a salir, me entrego los documentos a mi nombre, y me dio un beso, me dio instrucciones de donde debíamos dirigirnos a hora, al llegar me dijo que aparcara y me señalo un edificio de 3 niveles; pensé íbamos de compra, pero según me dijo primero llegaríamos a hacer una escala muy importante, subimos al último piso, saco una llave de su bolsillo, abrió la puerta y me dejo pasar, era una especie de estudio tipo loft con pisos en madera.
Este es tu tercer regalo _me dijo_ oh! perdón el cuarto _ se corrigió a si mismo_
Fue entonces cuando detallé el lugar, los caballetes, lienzos, estantes llenos de pinturas, paletas, pinceles, y otro lleno de químicos y repuestos de rollos, con 3 cámaras digitales, una Nikón y dos Kodak con cajas de películas para las mecánicas y baterías recargables para las digitales; Edward se fijaba en los mínimos detalles de todo, hasta en las marcas que me gustaban y de lo que habíamos hablado un día que fuimos a un almacén de tecnología a buscar baterías recargables adicionales para mi Nikon, donde le conté emocionada de los modelos nuevos de cámaras y sus utilidades, y aquí las tenía todas hoy.
Allá atrás está el cuarto oscuro con todo lo que necesitas, también está un escritorio con laptop, impresoras multifuncionales y demás tecnología que se necesita en una oficina _me dijo. Había plantas, flores y las fotografías que habían estado en la galería, hasta copias de las que se habían vendido y en las que estaba desnuda, que había tomado mi mamá, en playa caracol, Edward me impresionaba, ya era la tercera vez que quedaba muda de dicha_ pero no creas que te libraras de mi, del todo, también esta de tras de este biombo un piano de cola, por si quieres que toque para ti, mientras escribes, pintas o revelas.
Edward, no sé qué decir, tendré que esforzarme mucho para tu cumpleaños _le dije saltando a él y arrinconándolo contra el piano_ de donde sacaste las fotos, mi mamá te las envió verdad? Son las mismas que están sobre mi cama?
Sí, mi querida suegra, me las ha enviado, es mi cómplice en ello, pero envió los archivos yo solo las lleve a ampliar donde un buen amigo, no quería que las vendieran y te vieran en alguna revista amarillista y las lleve a enmarcar exactas a como las tienes en playa Caracol _me dijo orgulloso_ las de tu casa siguen allá y por cierto son hermosas, más de lo que las imaginaba, de verdad te ves bellísima, me enamore mas cuando las vi.
Gracias amor, eres el sueño de cualquier mujer, por eso todas deben odiarme _le dije_
En realidad Mariposa, te aman…. Odiaban a Jane; todos me preguntan por ti, y elogian lo bella que eres y me felicitan por tenerte _me regreso_
Edward estaba contra el piano y yo sobre él, lo mire intensamente, pensando en que este niño, me había dado más amor, del que nadie me había dado, recordando a Paul, Jacob y James, o mejor dicho nadie había hecho aflorar todo el amor que tenia para ofrecer, me di cuenta también que este niño era mi hombre, el que me había enamorado solo con hacerme ver, sentir y oler desde su perspectiva, con solo oír su voz, por ser natural y único, por desnudar su alma ante mí y además me había enseñado a amar de verdad y a entregarme físicamente sin restricciones, lo amaba profundamente, estaba dispuesta a todo y más de lo que ya había hecho, dejar atrás mis prevenciones, mis miedos, barreras de la edad, y quería hacerlo inmensamente feliz, así que haría lo que estuviese en mis manos para darle un hijo, aunque me costara toda mi herencia y todo mi dinero, que eran cuantiosos; roce su entrepierna, lo mire incitándolo, de inmediato me giro y me recostó en la parte delantera de las teclas, me desabrocho los vaqueros, me los quito y comenzó a sacarse los suyos desesperado.
Me vuelves loco, no hagas eso por favor, me desesperas aun mas _me dijo cuando yo mordía mi labio inferior_
Nos amamos una vez más sobre el piano, mi trasero hacia música con las teclas, mientras Edward me penetraba, una y otra vez, hasta que llegamos juntos al éxtasis, nuevamente, hoy estábamos un poco insaciables, parecíamos conejillos de indias.
Bella, hacer música con tu trasero es celestial, sobre todo cuando estamos bien inspirados como hoy _me dijo sonriendo pícaramente y saliendo de mí, dejándome esa horrible sensación de vacío_ pero amor debemos irnos, todavía hay un lugar al que ir antes de las compras y ya estamos sobre el tiempo.
Nos vestimos y salimos de allí, yo me sentía tan plena con todo lo que mi ángel había hecho hoy por mi y con todas estas nuevas llaves en mi bolso, quería gritarle al mundo lo feliz que era, lo afortunada que era al tener a Edward en mi vida, definitivamente debía hacer algo para compensar toda la felicidad que me brindaba sin ningún interés; Edward me dijo hacia dónde dirigirme, llegamos a un edificio de más de 10 niveles, nos bajamos en el parqueadero subterráneo, subimos al elevador, y el marco el piso 8; estando allí, me dijo que quizás habría debido preguntarme sobre esta visita que íbamos a hacer, pero que había sido de última hora y no quería que la perdiéramos, me explico que era una cita difícil de obtener, que era con la Doctora Ángela Weber, una eminencia en fertilidad, que Leah era conocida de ella, y que nos había dado la cita por su amistad, Edward estaba nervioso por mi reacción.
Edward, no te preocupes _le dije tomando sus sienes entre mis manos y masajeándolas_ amor, estoy totalmente de acuerdo y feliz, antes de ti no había vuelto a considerar hijos, pero a hora los deseo tanto o más que tu, quiero que seamos una familia real, quiero que nuestros hijos, por que espero sean 2 o 3, disfruten de este gran amor que nos tenemos y que tenemos para darles; te amo tanto amor, no hay problema lo tomare como otro regalo, tu apoyo es otro regalo, la verdad yo no hubiera buscado la cita por miedo a lo que me vaya a decir la doctora.
No estés nerviosa amor, yo se que todo estará bien, a demás no hay presiones, si Dios nos los da, seremos felices, si no nos da la oportunidad, podemos adoptar, haremos felices a esos niños y nosotros seremos igualmente felices, no crees? _me dijo tan seguro de sí, este hombre era sobrenatural, su amor era tan único y desinteresado, solo pensaba en hacerme feliz por encima de su propia felicidad_
Llegamos al consultorio, nos hicieron pasar de inmediato a una sala privada, para no estar expuestos a ningún lente indiscreto, la Dra. Ángela era especial, cariñosa y muy profesional, nos explico todos los estudios que había que hacernos, por que debíamos estar aptos los dos, y todas las opciones según los resultados, así que procedió a hacer las tomas de muestras pertinentes, para la realización de los estudios, nos dijo que los resultados se demoraban alrededor de un mes, así que al volver de nuestro viaje teníamos que visitarla e inmediatamente nos asignaron cita, dejamos de gabela 2 semanas más después de nuestro regreso, para evitar perderla por algún retraso de vuelos o algo así. Después de irnos llenos de esperanza del consultorio y con una actitud positiva ante el futuro, nos fuimos de compras, compramos gran cantidad de ropa para frio, ya que el viaje seria largo y con bastantes escalas.
Las semanas pasaban rápido, cuando se es feliz y la vida te sonríe, el tiempo vuela, sientes que se acaba rápido y por ello tratas de vivirla intensamente, así lo hacíamos Edward y yo, vivíamos para el otro, por el otro y con el otro, entregados de tal manera que hasta se podía llamar enfermiza u obsesiva, el uno era la razón de vida del otro, parecíamos imanes. Habíamos estado en Francia y la habíamos disfrutado como era, como un par de enamorados, disfrutando del amor, visitamos hermosos lugares, el arco de la Défense, el castillo de Saint Germain en laye, la Basílica del Sacre Coeur, el museo de Louvre y muchos otros lugares, cerrábamos nuestra estadía con una cena en el restaurante de más renombre en la ciudad la Tour d´Argent que tiene una excelente panorámica de Notre Dame y las islas de la Cité y Saint-Louis, definitivamente hermoso, romántico y exquisito, a mitad de la velada, un mesonero trajo para mi, un hermoso ramo de orquídeas, cada una tenia tonalidades del blanco, lila y morado, oscureciéndose cada vez más hacia los pistilos, según Edward me dijo se llamaban miltonias, mi padre le había enseñado y le dijo que todas las orquídeas me encantaban, el ramo era inmenso y había costado seguro varios miles de euros; Edward nunca dejaba de sorprenderme y hacerme sentir amada y hacia que me enamorara cada vez mas de él, definitivamente el era mi perdición, mañana seria un día difícil para mí, sabía que hoy no podría dormir de los nervios, mañana llegaríamos a Londres y conocer a Esme era obligatorio, quizás nos forzaría a quedarnos en su casa, pero de todas maneras Edward había mandado a limpiar y arreglar todo en su departamento para nuestra llegada. Al día siguiente en horas del mediodía estábamos desembarcando en Londres, al salir de las puertas de llegadas internacionales, Edward me dijo que allí estaba su madre esperándonos, yo me petrifique del miedo, podía perder toda mi felicidad si no le caía bien a Esme o si ella no aprobaba que yo fuese mayor diez años que su hijo.
Edward ¡ Bella¡…. Qué alegría, por fin _dijo con una sonrisa amplia en sus labios, llegando a nosotros corriendo por el pasillo_
Era una mujer menuda y de mediana estatura, como yo, de una cabellera abundante, ondulada y de color cobrizo igual al de Edward, solo que largo hasta debajo de sus hombros sus ojos eran verdes pero no del mismo tono intenso de mi ángel, su sonrisa era hermosa, en si ella era una mujer hermosa y joven, tendría alrededor de 45 años, vestía a la moda y con un exquisito gusto, ya sabía de dónde había heredado Edward mucho de sus rasgos.
Mamá, estás loca, como corres de esta manera, venias atropellando a la gente _le dijo Edward riendo fuertemente_
Si estoy loca, no me da pena, estaba loca por abrazarte y conocer a mi nuera, ¿algún problema con ello? _dijo contestándole con buen humor, mientras nos miraba maternalmente, yo ni siquiera podía hablar, sentía que las manos me sudaban y estaba helada de los nervios_
Mamá creo que no tengo ni que presentarte, ella es Bella _dijo Edward_
Hay hijo como no saberlo, me he vuelto adicta a las revistas de farándula, pero de todas maneras déjame decirte Bella, que eres mucho más hermosa en persona _me dijo acercándose a mí, abrazándome y besándome ambas mejillas_
Gracias _le dije dificultosamente por mis evidentes nervios, estaba en juego mi futuro, mi felicidad y la felicidad de Edward que era lo que más me importaba, si Esme no me quería yo no iba a ser un obstáculo en la relación de ella y su hijo_
Mamá Bella está muy nerviosa, ella no es así tan callada _le dijo Edward haciéndome sonrojar_
No mi niña, tu y yo seremos buenas amigas, no se mucho a cerca de ti, pero por lo que Edward me ha contado, creo que eres la mujer que él se merece _me dijo tomando mi mano, dándole palmaditas para tranquilizarme_ quiero que me veas como tal, y que confíes que puedes hablar conmigo lo que gustes.
Salimos del aeropuerto, hacia el parqueadero, habíamos llegado a un hermoso automóvil Mercedes Benz S4 color negro, de vidrios entintados, era un coche con mucha clase, definitivamente tenía todo que ver con Esme.
Esme hermoso auto _le dije, apreciando la línea y todos los detalles_
Gracias Bella, es hermoso, Carlisle me lo regalo recientemente por nuestro 25 aniversario _me dijo_
Mamá, Bella es muy conocedora de coches, creo que se llevara muy bien con papá, a mi me sorprendió gratamente al saberlo, tu sabes que esa también es mi pasión _le dijo Edward_
Entonces tendrán mucho de qué hablar, tu padre acaba de cambiar su coche, por un Audi R8 GT, en color plata, es un sueño, creo que tu padre lo ama más que a mí, de todas maneras no estoy celosa, yo amo mi coche también _me dijo Esme riendo y dándome confianza de bromear y relajarme ante ella_ Bella con estos hombres hay que saber de autos, aunque veo que es una de tus pasiones.
La verdad si, amo los coches y la velocidad, pero sobre todo me muero por las camionetas, me encantan los autos grandes y cómodos _le conteste ya más tranquila_
Esme me pregunto qué auto tenia y yo le conté de mi Ssangyong Action y mi recién adquirida Volvo, así fue todo el camino a su casa, ya que de ninguna manera nos dejaría quedar en el loft de Edward, ella había dispuesto una habitación para ambos en su gran casa, y esperaba que los dejáramos disfrutar de nuestra compañía a ella y a Carlisle, este se tomaría una semana de descanso para estar con nosotros, Carlisle era médico internista y cardiólogo, uno de los más reconocidos de Londres y podía darse el lujo de tomarse unos días libres, su consulta privada era abundante y bien remunerada, a demás coincidía nuestra llegada con las vacaciones en el hospital universitario, donde impartía clases y trabajaba. La casa era enorme y hermosa, tal como me la había descrito Edward, tenia jardines traseros hermosos, era de tres niveles y la decoración era entre minimalista y tradicional campestre, una mezcla diferente, elegante y con el toque excepcional y chic de Esme definitivamente. La habitación que había dispuesto para nosotros estaba en el ultimo nivel, era la segunda más grande de la casa, ocupaba casi la mitad del tercer nivel, solo estaba una pequeña sala-estudio de espera, un solario invernadero y la inmensa habitación con su baño; la decoración en tonos dorados y blancos era hermosa, daba la sensación del sol y su luz entrando por todos los rincones, la cama era tamaño King Size con un hermoso edredón oro y blanco, hermosos cojines rayados en los mismos tonos y ocres, y las cortinas en tul blanco con aplicaciones de libélulas en ocre y dorado, tenía un ventanal de pared a pared que daba al gran balcón que se unía a su vez al solario, lleno de macetas con hermosas flores y un juego de mesa de jardín de un pequeño desayunador o terraza, era muy hermoso y acogedor a pesar que el frio ya estaba llegando a su máximo esplendor. Esme nos dijo nos refrescáramos que en 20 minutos estaría lista la mesa, solo estábamos a la espera de Carlisle, el miedo que me estaba dejando tranquila, se apodero nuevamente de mi estomago. Esme nos llamo, que ya todo estaba listo, ya Carlisle estaba refrescándose para venir a la mesa, antes de sentarnos, escuche a mi espalda el grito de alegría de quien asumí por la forma de los ojos, la estatura y la sonrisa era Carlisle, el padre de Edward, de allí había heredado mi niño esa sonrisa, la que desarmaba mi alma, hacía temblar mis piernas y blanqueaba mi mente, este par de hombres se abrazaron.
Papá que felicidad, que gusto poder verte _le dijo Edward_
Edward hijo, que bueno que nos visites y con excelente compañía _dijo señalándome_
Oh! Papá, ella es Bella, mi promet….. _alcanzo a decir Edward _
Así, que tu eres la mujer que le robo el corazón a mi hijo _dijo acercándose a mí con la mano extendida_ simplemente hermosa, te quedaste corto Edward _dijo estrechando mi mano_ bienvenida a nuestra familia.
Un gusto Dr…. _me interrumpió_
No, para ti soy Carlisle, igual que Esme, nada de Sr. Ni Dr. Solo somos tus suegros y si nos dejas, tu familia _dijo sonriente la versión más madura de mi Edward, solo que este tenía el cabello rubio y una cuantas canas en sus sienes, a demás que sus ojos eran de un color gris azulado oscuro_
Gracias, de verdad es un gusto poder conocerlos al fin _les dije_ son muy amables de recibirme en su casa.
Isabella, esta también es tu casa _concluyo Carlisle_
Carlisle _dije titubeante_ solo Bella.
Ok, Bella _dijo riendo y asintiendo_ se nos enfría el almuerzo, sentémonos tenemos una semana para conversar y conocernos.
La tarde termino entre conversaciones animadas, de nuestros trabajos, nuestros planes, nuestras familias y por supuesto los planes de la boda, ya estaba más calmada, aparentemente no tenían ningún prejuicio contra mi edad, o simplemente no sabían, yo no había querido preguntarle a Edward de lo que él les había contado sobre mí, me daba pánico, después de varias copas de champagne para celebrar nuestro compromiso, nos fuimos a acostar, Edward estaba agotado así que se durmió casi de inmediato, yo por mi lado di muchas vueltas y no lograba conciliar el sueño, no quise despertarlo, así que me levante me puse la bata y Salí de la habitación, pensando llegar a la cocina y tomar un poco de agua o un té, baje hasta la primera planta, me prepare un té de tila que encontré en el aparador y me senté en una banca de la encimera de la cocina, estaba ida en mis pensamientos, cuando una mano se poso en mi espalda baja.
Mi niña no podías dormir? _me pregunto Esme_
La verdad no _le conteste_
Dormir en camas diferentes te da insomnio? _pregunto mientras se preparaba un té igual_
Antes si, desde que conocí a Edward eso cambió, el me da tranquilidad, pero hoy debe ser el mismo cansancio que no me deja _le regrese, no quise decirle que no era insomnio lo que sufría si no pesadillas, sería más largo de explicar_
O serán tus nervios de conocernos _dijo sin rodeos_
Ese, té que tomas, yo lo dejo allí siempre, cuando estoy por entregar un proyecto de diseño, me da ansiedad, muchos de los clientes que tengo, dejan la mayoría de las decisiones en mis manos, ellos no interfieren, así que al momento de la entrega del sitio la ansiedad o la incertidumbre me afecta y me da insomnio, como hoy, mañana tengo que entregar uno y no sé si será del agrado de ellos _me conto_ no será que sientes alguna de las dos.
Voy a ser sincera Esme, las dos me están matando, Ustedes han sido muy cariñosos y amables, se que Edward les ha contado de mí, yo no le he preguntado qué, me da miedo saber, que piensan de mi…. _le dije y ella me interrumpió_
Bella, Edward solo habla bellezas de ti, del amor que te tiene, de lo que significas para él, de lo única y especial que eres, de lo que desea en el futuro contigo, de que moriría si no estás con él, no entiendo porque te da miedo saber lo que pensamos de ti? Si nuestro hijo es feliz, nosotros somos felices _me dijo_
Esme, Edward les ha dicho mi edad? _yo me estaba echando la soga al cuello, yo misma, pero mi vida estaba basada en la sinceridad, eso me lo había prometido a mí misma, una vez que salí del mundo de mentira de James, y mi cuerpo me reclamaba, si no era sincera o si ocultaba algo y de la peor manera, no dejándome descansar enviándome terribles pesadillas_
Bella eso es lo que te preocupa, tu edad _me dijo_
Si Esme, eso me mortifica, eso me ha hecho dudar desde el principio de mi relación con Edward, luche por dejarlo atrás, pero el amor que el despertó en mí fue más fuerte que la razón, pero contigo y con Carlisle es diferente, quizás ustedes deseen alguien diferente para el _dije bajando mi cabeza avergonzada_
Mi niña, solo deseamos que Edward viva feliz, que sienta el amor a plenitud, que sepa lo que es amar sin prejuicios, entregando la vida en ello, deseando formar una familia para toda la vida, como Carlisle y yo, nosotros no juzgamos y menos el amor, eso no se escoge, se siente, y el corazón se entrega sin pedirle permiso a la razón, nosotros no somos quienes para juzgar, yo conocí a Carlisle siendo la prometida de su único hermano, yo me case muy joven con Anthony, recién salimos de la secundaria, al poco tiempo de casarnos el comenzó a presentar una afección del corazón cuando Carlisle estaba iniciando la especialización en medicina interna, Carlisle y yo no nos conocíamos, no teníamos una relación cercana, pero la enfermedad de Anthony, nos acerco y nos enamoramos, a pesar de la enfermedad de Anthony mi esposo, a pesar de la diferencia de 8 años que Carlisle me lleva, a pesar de nosotros mismos, que nos sentíamos sucios y traicioneros, callamos y luchamos contra ello, cuando Anthony estaba en su lecho de muerte, nos llamo a ambos, nos pidió cuidáramos el uno del otro, que no teníamos mas familia que nosotros dos, que fuésemos felices, que nos amaramos libremente, que nos daba su bendición, ambos nos miramos y tomamos nuestras manos, y desde entonces estamos juntos, con la bendición de la única persona que podía habernos separado, un año después nos casamos ante Dios y aquí estamos, amándonos como el primer dia. Así que mi niña con que valor moral podemos decirle a Edward a quien amar y a quien no, pero aun así como padres podemos decirle lo que pensamos, así lo hice con Jane, ella no era buena para él, pero si él la amaba estaríamos allí para él, apoyándolo en todo, afortunadamente apareciste tu, y no es porque estas sentada frente a mí, puedo decirte que me agradas mucho, eres inteligente, hermosa, centrada, madura, amas a mi hijo, lo apoyas en todo y lo cuidas, qué más puedo pedir para él, Bella, solo a ti, su felicidad es lo que más me importa y tu lo haces tan feliz como nunca lo había visto, sus ojos, hay un brillo, que los hace ver más verdes de lo que los había visto jamás.
Esme, lo que más me importa en el mundo es hacer a Edward tan feliz o más, de lo que él me hace a mí, sinceramente si tu no hubieses estado de acuerdo con nuestra relación, yo me hubiese separado de él, la familia es lo primero, yo no quería dañar la hermosa relación que ustedes tienen _le dije_
Bella, mi niña _me dijo acariciando mi mejilla con su mano_ de verdad que Edward no se equivoco, eres hermosa por dentro y por fuera, tu nombre te describe eres bella; otra mujer en tu lugar, se impusiese costara lo que costara.
Esme, gracias pero solo soy honesta y no quiero ver triste a Edward Jamás, el me ha dado tanto _le dije llena de nostalgia_
Mi niña de verdad que no te ves a ti misma con claridad, Edward me lo ha dicho, eres única, me alegro que te hayas dado la oportunidad de amar a mi hijo, ustedes son el uno para el otro, deja atrás los prejuicios, ama y se feliz, que con ello haces feliz a mi Edward _me dijo acercándose a mí y abrazándome_ ahora Bella, ve a descansar, no te preocupes por nada, te queremos como parte de la familia, eres la mujer de mi hijo, no te importe mas nada, estamos encantados de conocer a la mujer de la que nuestro hijo, habla tan lleno de amor y felicidad; y me encantaría que mañana me acompañes a entregar la propiedad de la que te hable, si quieres claro.
Oh, Esme no sabes lo mejor que me siento _le dije devolviéndole el abrazo_ y claro que te acompaño, me encantaría ver tu trabajo.
Bueno mi niña, no se diga mas, bienvenida a la familia y ve a descansar _me dijo finalmente_
Nos fuimos a dormir, Esme me acompaño hasta el segundo piso, donde se encontraba su habitación, cuando llegue a la habitación y cerré la puerta Edward salto, se sentó.
Bella amor, que pasa _me pregunto visiblemente preocupado_ te sientes enferma, tuviste pesadillas, por qué no me despertaste.
Edward, mi amor, ninguna de las anteriores, solo baje a tomar algo, no quise despertarte estabas profundo _le dije acercándome a él, dejando la levantadora en el camino y el camisón también, quedando desnuda ante sus ojos_ pero ya que no tengo que despertarte aquí me tienes.
Edward se saco la playera que traía y halo de mí, me metió debajo de las sabanas y se pego a mi cuerpo.
Vas a coger una pulmonía _me dijo_ estas helada, pero yo te hare entrar en calor, te amo tanto Bella, quiero amarte, quiero tenerte así vulnerable en mis brazos, así mía, solo mía _finalizo acercándose a mi cuello y dejando besos húmedos por todo el camino a mis senos_
1 comentario:
OMG que emocion para ella sus suegros resultaron ser encantadores y bueno esperamos que todo les valla bien , gracias por publicar...Besitos....
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