viernes, 5 de agosto de 2011

Capitulo 22:Cambio, Sacrificios



Cambio




Cada miembro de la familia Cullen se volvió para mirarme con sus bocas abiertas, como si no hubieran entendido lo que acababa de decir. Esperé, dispuesta a romper el incómodo silencio que había envuelto la habitación.

Con su ceño fruncido, Emmett preguntó: — ¿Qué quiere decir con que la mataste? — Su voz fue acallada en pleno auge, rompiendo la tranquilidad de la casa Cullen.

— ¿Qué crees que quiero decir? La rastreé. La seguí. La encontré. La maté. Es tan simple como eso. — Respondí, sin saber porque parecía tan sorprendido por el giro que habían tomado los acontecimientos de mi historia.

— Bella, eras un vampiro recién nacido. Victoria no era una criatura demasiado joven o inexperta. Ella había estado aquí por años, con lo que nosotros creemos, el don para huir, evadir su captura. Nosotros mismos la rastreamos y no pudimos encontrarla. ¿Estás segura de que la mataste a ella y no a ningún otro vampiro? ¿Sabes cómo matar y destruir adecuadamente a uno de los nuestros? — Respondió Jasper.

Edward siseó; — Jasper, no interrumpas. — aunque sus ojos parecían ser presas del pánico y realmente molestos, mientras miraba en la dirección de su hermano.

Apenas y pude comprender lo que estaba diciendo mientras pensaba para mis adentros; ¿Qué quieres decir con "la rastreamos"? Puse la idea a un lado y negué lentamente con la cabeza, tomando una profunda respiración antes de responder, la molestia e incomodidad comenzaban a filtrarse en mi voz. —Jasper, ese primer año, absolutamente todo mi tiempo, después de dejar La Push y Forks, lo gasté en buscarla. Cuando la encontré, me hice cargo del problema. No había absolutamente ninguna manera de que la dejara con vida y posiblemente volviera y matara a mi hija. Y, para tu información, Edward me dijo hace mucho tiempo cómo matar a un vampiro, estoy bastante segura de que resolví ese problema.

El silencio en la habitación sólo duro un instante. Emmett me sonrió maliciosamente, con lo que, dada la conversación, no lo comprendí en absoluto. — Bueno, Bella, si estoy maldito. Para ser una cosa tan pequeña, ¡seguro puedes dar un buen golpe! ¿Cómo lo hiciste? — Terminó con su tono ligero y su sonrisa contagiosa.

No estaba segura de cómo proceder. Si continuaba, tendría que seguir por temas de los que no estaba muy segura de abordar en este momento. Pero, ¿Cómo podía detenerme ahora?
— Emmett, llegaré a eso. Pero aún hay más historia. Todo lo que pasó antes de que encontrara y me hiciera cargo de Victoria. ¿No te gustaría escuchar eso primero?

— Bella, — intervino Carlisle, — procede como mejor te parezca. Y recuerda lo que dije antes, no tienes que sentirte presionada a decir cosas con las que no te sientas cómoda, — terminó, lanzando una pequeña mirada a Emmett que, efectivamente, lo calló.

Lo miré, sin saber qué hacer. Bueno, ya llegaste hasta aquí. Puedes seguir adelante.

— Cuando el dolor terminó, finalmente — me estremecí, recordando la tortuosa agonía de esos tres días; — me levanté. Mi salón era un desastre, no había ninguna duda de la paliza que me habían dado. Nunca había sentido algo así antes. Pero me sentía más fuerte. Más fuerte de lo que podía recordar sentirme alguna vez. Comencé a recoger las sillas, antes de darme cuenta de que había quebrado una. Eso me asusto un poco. Para ese entonces aún no me había dado cuenta de lo que había sucedido. Miré alrededor y me di cuenta de que había anochecido. ¿Por qué aún estaba aquí? Aún no había recuperado el uso completo de mis sentidos. No tenía ni idea de lo que había pasado, pero entonces me golpeó. Esa sed tan abrumadora.

— Una sed como si no hubiera bebido nada en años. Traté con agua y la escupí, el sabor era repugnante. Estaba confundida y no tenía idea de lo que estaba pasando, fue entonces cuando la vi. La imagen de Grace en mi escritorio, derribada y con el vidrio roto. Todo flotó de nuevo hacia mi… — Mi voz se apagó.

Continúe contando como es que corrí al baño del personal, directo hacia el espejo y vi mis ojos de un rojo brillante por primera vez. Cómo me di cuenta de que mi piel era tan pálida y casi blanca. Como mis sentidos se encendieron por completo, como si acabara de despertar de un largo sueño y hubiera encontrado a los colores y los olores tan intensos, tan completamente sorprendentes. Supe en lo que me había convertido y eso era todo lo que sabía. ¿Qué podía hacer? La sed era tan insoportable y sabía que no podría aguantar para siempre.

Salí del edificio. No había nadie a los alrededores. Instintivamente me dirigi a mi auto, pero no estaba ahí. Empecé a correr, pero me detuve cuando me di cuenta de lo rápido que iba. Era realmente desconcertante, la velocidad. También esperaba comenzar a avanzar en cualquier momento, pero mis pies no se despegaban del suelo que estaba pisando. Entonces me di cuenta de en donde estaba.

— ¿Dónde estabas? ¿Qué hiciste? — preguntó Alice, inclinada hacia adelante en su silla, aferrada a cada palabra que salía de mi boca.

— Me encontraba en la vieja casa de Charlie. Era extraño, como si tuviera una conexión con ese lugar, pero no podía recordarlo. Me encontré mirando por las ventanas, viendo a la familia que había comprado la casa. La casa estaba decorada para Navidad, un enorme árbol, comida recién hecha, canciones navideñas saliendo de la radio y un ardiente fuego rugiendo en la chimenea.

Les hablé de cómo los recuerdos de Reneé y Charlie llegaron a mi, de mi vieja vida, que comencé a recordar las cosas, y lo abrumador que fue recordar la vieja vida que había perdido.
— La fuerza de esas emociones me tiró al suelo y no pude hacer nada por el momento. Oí una puerta abrirse y entonces el hombre que había comprado la casa salió con una bolsa de basura; incluso con la pestilencia que desprendía la bolsa, pude olerlo a él y mi estomago dio vueltas. Mi sentido del olfato parecía ser particularmente fuerte y estaba teniendo dificultades para nombrar ese sentido en particular. Me escondí entre las sombras para que no pudiera verme.

¿Cuál es su nombre? ¿Mike? ¿John? ¿Por qué no puedo recordarlo? Tantos olores… esto es ridículo. ¿Qué es ESE olor?

—Sabia lo que debería estar haciendo… no era algo consciente, pero sentía que sólo tenía que dejarlo ir y que las cosas cayeran en su lugar. Sin embargo, no pude. Simplemente no pude… no sabía porque. Algo me lo impidió, algo en mi subconsciente. Seguí mirando a este hombre desde la distancia, hasta que volvió a entrar a casa. Besó a su esposa en la mejilla y ella lo abrazó. A pesar de que susurraban entre si, podía escuchar cada sencilla palabra claramente.

— Feliz navidad, Kelly.

— Feliz Navidad. Te amo John. ¿Puede creer que estemos aquí en nuestra casa? Nuestra primera navidad en nuestra propia casa. Es tan perfecto. Acabo de poner a Mark en la cama. Esta muy entusiasmado por mañana…

— Fue entonces cuando recordé que tenían un hijo. Me encontré corriendo al frente de la casa y subiendo por el árbol de la ventana a mi vieja habitación. Vi al pequeño chico mientras dormía en mi antigua habitación, mientras más recuerdos me llegaban de golpe. Me sostuve a ese árbol como si quisiera salvar mi vida, mientras la presa me golpeaba como un tren de carga. Salté la ventana y me metí al lugar, como tantas veces lo había hecho Edward… — No terminé mi línea de pensamientos.

Me negué a mirar a Edward mientras me inclinaba hacia adelante, esperando que nadie se diera cuenta, o peor aún, que alguien interrumpiera y me pidiera que terminara de decir lo que estaba tan desesperada por ocultar.

Solo sigue adelante… solo sigue hablando…

—… Me acerque al niño, dormido tranquilamente en su cama, fue entonces cuando mis instintos se hicieron cargo de toda mi fuerza. La sed era demasiada… no podía luchar contra ella más tiempo. Él estaba dormido sobre su estómago, su rostro en dirección a mi y su cuello perfectamente a la vista. Incluso con la luz apagada en la habitación, podía notar cada detalle de su pequeño y perfecto rostro. No podía ser mayor de cinco años, su cabello corto y oscuro. Estaba profundamente dormido y ni siquiera sabría lo que estaba pasando hasta que casi estuviera terminado…

¡Oh, Bella! ¿Bebiste de él? — Exclamó Alice.

— No.

— ¿No lo hiciste? ¿Cómo te contuviste? Su fuerza debe haber sido insoportable… la sed… todos hemos estado allí. — Cuestionó Esme, su mirada llena de amor y aliento.

— Me acerqué a su pequeño cuerpo y lo olí. Podía oler su sangre, pero era… terrible, — hice un gesto de asco.

— ¿Qué? — Preguntó Rosalie, incrédula.

— ¿Exactamente qué es lo que intentas decir?

— Él olía terriblemente, o más bien, su sangre lo hacía. Y cuando me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, me sentí tan… avergonzada. No podía tomar la vida de este niño, sin importar lo malditamente mala que la sed era. Me alejé, salté por la ventana y seguí corriendo, tan rápido como mis pies me lo permitían en ese momento.

— Espera, Bella. Aún no entiendo a lo que te refieres con que su sangre olía "terrible". Es decir, cada persona tiene un olor diferente. Algunos son florales, algunos mas condimentados, son posibilidades infinitas. Pero no entiendo lo que estás tratando de decir. — Edward me interrumpió, inclinándose en su asiento, obviamente intrigado por esta nueva pieza de información.

— Lo único que se me ocurre es que traje un poco de cuando era humana a esta nueva… vida. Al igual que mi torpeza, sigo tropezando de vez en cuando; es una gran parte de lo que era. ¿No recuerdas, Edward? Podía oler la sangre, la sangre humana cuando aun era 'Bella'. Creo que esa capacidad se fortaleció cuando cambie y ahora el efecto es mucho más fuerte. No puedo soportar el olor de la sangre humana. Hace que mi estómago de vueltas y aunque ya no soy débil, pasado un tiempo se hace insoportable.

— Se podría decir que es similar a lo que ustedes atraviesan. No pueden estar alrededor de ello y funcionar con normalidad; la atracción es muy fuerte e instintivamente comienzan a caer. En mi caso, no me puedo concentrar, no puedo mantener ningún tipo de credibilidad. Pero aun así, la fuerza es muy fuerte. La bestia dentro de mí aún quiere sangre, sangre humana; pero esta cuestión sensorial no me permite dejarme llevar. Se ha vuelto más fácil con el tiempo, pero aún esta ahí. — Terminé.

Los ojos de Edward encontraron los míos. — Bella, — comenzó, con sus ojos mirándome suavemente y su rostro sereno; — si no puedes soportar el olor, ¿Cómo te alimentas? — Era obvio que sentía curiosidad.

Sus hermosos iris topacio se quedaron mirando los míos. — Edward, aprendí algo de ustedes cuando aún estaban en Forks. No tengo más remedio que vivir de los animales de la zona, aunque los hechos son los mismos. El olor sigue siendo terrible, pero se hace más fácil cada día. Mis ojos no mienten… ¿cierto?

Los ojos de Edward seguían sin abandonar los míos y mientras lo miraba preguntaba… ¿Mis ojos te dicen cuánto te amo? ¿Lo mucho que dolió perderte?

Cada miembro de la familia Cullen me miro, incrédulo, antes de que Carlisle hablara.

— Bueno, esta sin duda es la primera vez que veo algo así. Recuerdo tu fuerte aversión a ver y oler la sangre, Bella, pero nunca pensé que un rasgo humano como ese se pudiera traer a esta vida. Puedo ver que tus luchas internas son muy diferentes a las nuestras. Pero el lado positivo es no tener que lidiar con la culpa de quitar la vida humana, eso es realmente bueno.

— Carlisle, aprecio tu apoyo y tus palabras, pero eso no me convierte en una santa. Sólo dije que no podía tolerar el olor. Pero la fuerza, la atracción sigue ahí. Supongo que soy afortunada de que el olor sea tan terrible. Esa parte sensorial de mi es ridículamente fuerte. Es como encontré a Victoria. La podía oler desde cientos de kilómetros de distancia. Pero me estoy adelantando demasiado…

Alice interrumpió. — Cuando dejaste el cuarto de este pequeño niño, ¿A dónde fuiste?

Tome un profundo aliento para continuar. — Bueno, no podía confiar en mi misma para ir a casa, para estar tan cerca de Grace y de muchos otros humanos, así que volví al único lugar que tenía sentido en el momento. Me dirigí de nuevo a la escuela. Regresé a mi salón; que aún estaba hecho un desastre, nada estaba donde debía estar.

— ¿Qué hiciste entonces? — Preguntó Esme.

— Hice la única cosa que podía hacer, la única cosa que parecía tener sentido en ese momento. Tomé el teléfono y llamé a Jacob.

_________________________________
Ok... capi nuevo. Espero que les haya gustado y dejen sus comentarios, son valiosos para nosotras... porque sabemos así que lo que estamos poniendo les gusta. Besos! Lullaby.

6 comentarios:

lunita dijo...

me encanta este fic!! esta muuy bueno ya quiero saber que paso finalmente con grace y que edward y bella vuelvan a estar juntos!

Anónimo dijo...

ya!!!! y es ahora que se tira por el barranco .me encanta esta historia un beso desde españa

Jocelynne Ulloa dijo...

Ooohhh... mi curiosidad se inclina por sabes qué pasó cómo encontró a Victoria y cómo dejó a Grace con Jake...y qué habrá pensado él xD!!!

Está buenísimooooo!!!

Anónimo dijo...

Hermoso realmente presioso el capitulo que han dado, sin duda uno de los mejores, me encanta esta historia es super atrapante mis felicitaciones a la autora y gracias a ustedes chicas por publicarla en el blog...solo un detalle, me parecio recordar que en los primeros capis hay un pov.edward en el que el hace mension de sus ojos color bosgoña pero enn este capi da a entender que son dorados ¿no?...bueno tal vez me este confundiendo....os amoo : ) ♥♥♥

flopii cullen dijo...

Hermoso realmente presioso el capitulo que han dado, sin duda uno de los mejores, me encanta esta historia es super atrapante mis felicitaciones a la autora y gracias a ustedes chicas por publicarla en el blog...solo un detalle, me parecio recordar que en los primeros capis hay un pov.edward en el que el hace mension de sus ojos color bosgoña pero enn este capi da a entender que son dorados ¿no?...bueno tal vez me este confundiendo....os amoo : ) ♥♥♥

Anónimo dijo...

No puedo creerlo le parece "terrible" el olor de la sangre, wooow de no creer, esta historia es fantástica alucinante de lo que nada es predecible, totalmente enganchada con esto, espero el siguiente capitulo y gracias x su esfuerzo q hacen al traducir :)

Doore Cullen