sábado, 20 de agosto de 2011

Eleven Years, Capitulo 4


By Pame cullen

Capitulo 4


Be.-

...

Estaba realmente agotada. Era sólo la fiesta de compromiso oficial con mi familia y algunos amigos, pero había estado los últimos dos días corriendo de un lado a otro. Nadie sabía el motivo verdadero por el que los habíamos citado a nuestra casa, hoy sábado por la noche. Así que todo el trabajo me lo había llevado yo. Derek intentaba cooperar en lo que más podía, pero no coordinaba siquiera en la combinación de colores del arreglo de la mesa. Lo que lo frustraba sobremanera, pero intentaba subirle el ánimo. De todos modos, adoraba que hiciera el intento por alivianarme la carga.

Eran las 3 de la tarde y aun no lograba escoger un vestido acorde a la situación. La reunión era a las 9, pero ya había recorrido en más de dos ocasiones todo el centro comercial y estaba en punto cero… Iba a darme por vencida y comprar el primero que se cruzara por mi camino, cuando fijé mi atención en un escaparate que antes había ignorado. Regresé mis pasos hasta allí y sonreí al observar la variedad de modelos que se divisaban desde el exterior.

Una amable vendedora tuvo la paciencia de mostrarme todos y cada uno de los modelos que fui testeando a simple vista. Busqué la combinación de accesorios. Y me agazapé en el probador por largo tiempo… Al final de una hora, estaba totalmente confundida de cual sería el perfecto. Quería verme elegante, pero sencilla a la vez. Y por sobretodo quería que mi atuendo fuera del gusto de mi prometido. Ansiaba sentirme una belleza para él.

- Creo que ese le queda perfecto.- señaló la chica de la paciencia de santa

- No lo sé.- fruncí los labios

El vestido era negro arriba a la rodilla, con bordados en tono dorado bajo el busto y sobre el dobladillo. Una gasa negra salía desde el busto y pasaba hacia mi espalda por sólo un hombro. Me observé detenidamente, y aunque lo apreciaba un tanto osado por tanta piel expuesta, me gustaba. No podía negarlo

- ¿Bella?.- me voltee rápidamente hacia la voz que me había llamado

- ¡Alice!.- nos saludamos calurosamente

- ¿Y qué haces aquí? Yo esperaba verte esta noche.- ahí caí en cuenta que había sido descubierta en cierto modo

- Pues… buscando algún atuendo para esta noche.- me miró con sus grandes ojos

- ¡¿Es de gala?.- inquirió asustada

- No precisamente, pero digamos que tampoco es una velada cualquiera.- afirmé dubitativa de darle tanta información

- ¿Cuál es el motivo particular de esta reunión Bella Swan?.- me apuntó con su dedo índice, entrecerrando los ojos

- Lo verás esta noche.- zanjé divertida por su cara de revés

- Ok. Entonces comenzaré a buscar algo adecuado para mí…- se giró hacia la entrada como buscando alguien.- ¿Dónde se…? En fin, luego volverá. Lupita…- la corté de inmediato cuando noté la familiaridad con la vendedora

- ¿Se conocen?.- cuestioné. Sólo esperaba que al menos la chica no vociferara mi sentido de búsqueda para mi ropa

- ¡Claro que sí!.- canturreo Alice.- Estás ubicada en la tienda de ropa de mí querida futura suegra.- tuve que cerrar con fuerza mi quijada para que no azotara el suelo

- ¿Tu suegra? ¿La madre de Jasper…?.- iba a decir Edward, pero preferí reservármelo.

- Y la esposa de tu jefe.- terminó el cúmulo de relaciones

- ¡Vaya! Nueva información.- admití finalmente

Alice escogió su atuendo de forma envidiablemente veloz. Mientras yo aun seguía con mi indecisión a cuestas. Volví a probarme cada uno de los vestidos que tenía apartados del resto, hasta que quedé nuevamente con el negro en paréntesis. Me calcé los tacones y modelé frente al gran espejo ¡Ugh! ¿Por qué tenía que ser tan complicada? Fijé mi vista en mis pies, lo que más me convencía eran los altos tacos dorados que me hacían ver elegante, según mi criterio.

Estaba tan concentrada, que no advertí la presencia de otro conocido a mis espaldas. Hasta que un aliento cálido se expandió desde la parte trasera de mi cuello, provocando escalofríos.

- Preciosa.- susurró y reconocí de inmediato esa voz

Me giré para encontrarme exorbitantemente cerca de su rostro. Por la altura de mis zapatos, estaba casi a su mismo nivel, y su vista se enfocó sin disimulo en mis labios. Retrocedí por inercia, hasta estar a una distancia prudente… incluso para mí

- Hola Edward.- saludé intentando sonar impávida

- Hola Bella.- acercó su rostro y depositó un beso en mi mejilla.- Te ves preciosa enfundada en ese vestido.- elogió, consiguiendo ruborizarme por completo. La mirada lujuriosa que expelía me incomodaba

- G-gracias.- carraspee azorada

- ¿Fiesta?.- inquirió apoyándose despreocupado sobre el vidrio

- ¿Cómo?.- pregunté sintiéndome idiota

- Tú ropa.- señaló.- ¿Buscando algo para alguna fiesta?

- Algo así.- me deslicé hacia un lado con la intención de verme por última vez al espejo y desaparecer en forma rápida

- ¡Edward!.- chilló una voz desde el otro lado. Una chica rubia, de ojos azules y un cuerpo envidiable por cualquiera. Estaba evidentemente contrariada por el encuentro

- Jane.- la llamó Edward. La chica se acercó destilando superioridad.- Ella es Bella. Bella, te presento a Jane

Edward no le dio mayor título como pensé que haría. La chica se plantó delante de él y en un gesto muy íntimo y de pertenencia, tomo los brazos de él y los envolvió a su cintura. Edward apoyó su barbilla en el hombro descubierto de ella y comenzó a repartir besos por toda su extensión, hasta el cuello. Los verdes lujuriosos de Edward, a pesar de sus acciones estaban fijos en mí

- Mucho gusto Jane.- saludé en forma rápida y cortez

- Igualmente Señora.- me llamó ella y remarcó el epíteto

- Bella no es señora, Jane.- le corrigió Edward sonriendo

- Lo siento.- mintió acribillándome con su mirada.- Parece una señora mucho mayor

- No me parece eso.- volvió a reprender melosamente Edward

La chica siguió enviando miradas despectivas hacia mi. En cambio Edward, se esforzaba hasta el máximo para compartir el mensaje lascivo de sus acciones. Fijó su mirada en el hombro descubierto que dejaba ver mi vestido y comenzó a dar besos húmedos en la clavícula de ella, recorriendo con su lengua hacia el lóbulo de su oído. Al mismo tiempo, que su mano se perdía bajo la polera que enmarcaba la figura de la chica… El calor de mi cuerpo, a raíz de la erótica escena en mis narices, me hizo despegar mis pies del piso y emprender mi retiro

- Bueno. Permiso. Un gusto haberlos visto.- me despedí apresuradamente, como arrancando del lugar.- Me llevo éste.- le indiqué a la dependienta, ajena a todo lo que pasaba

- Muy bien señorita.- sonrió cálida

Inconcientemente volví a observar el reflejo del espejo, antes de ingresar al probador y Edward se encontraba en un acalorado beso con la chica, que daba la espalda hacia donde estaba. Unas pupilas verdes, me atravesaron por el espejo. No había caído en cuenta que nuestras miradas estaban conectadas, mientras él recorría el cuerpo de la chica sin inhibiciones y seguía usurpando la cavidad bucal de ella… su descaro fue tal, que se atrevió a guiñarme en un momento dado.

Cerré la puerta del probador con más fuerza de la necesaria. Y recargué mi cuerpo contra la misma. Necesitaba controlar el errático latido de mi corazón y mi respiración. Cegué mis ojos unos minutos ¿Qué era eso? ¡Maldito muchachito adolescente y hormonal! ¿No que ahora se iba a comportar? ¿Qué hacía entonces dando esos espectáculos públicos con esa chiquilla?... Me golpee mentalmente por mis últimas palabras ¿Qué carajo me importaba lo que hiciera él?

Una vez que estuve lista, hice las compras lo más rápido que pude con tal de desparecer de allí. Sin embargo, no evité recorrer el lugar con disimulo, pero al parecer ellos ya se habían retirado…


- ¿Vas a ducharte amor?.-

- Si ¿Tú?.- me acerqué a Derek, tomando la hebilla de su pantalón de vestir

- ¿Qué haces princesa?.- sonrió cuando mis dedos deslizaron su zipper

- ¿No es evidente?.- sonreí contra su cuello y di un pequeño mordisco

- Lo veo, pero creo que estamos bastante retrasados.- me dio un casto beso en los labios y quitó con delicadeza mis manos que ya se aprestaban a introducirse en la abertura de su ropa.- Dejémoslo para la noche preciosa

- Ok.- respondí avergonzada en cierto modo por mi osadía y frustrada por su rechazo

- Ve a ducharte. Por mientras iré acomodando los últimos detalles.- tomó mi cara entre sus manos y me besó un poco más profundo.- Te amo. Estoy feliz

- Yo también.- respondí y me adentré al baño una vez que él desapareció hacia la sala

Dejé el agua correr por mi cuerpo. Comencé a jabonar mi cuerpo suavemente con la esponja. Me sentía extraña, y percibía como mi temperatura comenzaba a aumentar, a medida que acariciaba mi cuerpo con la espuma esparcida… En un momento dado, pasé la esponja sobre mis senos y una corriente eléctrica me atravesó, imité la acción varias veces y un placer indescriptible fue apoderándose de mi cuerpo… Instintivamente bajé una mano por mi vientre… hasta llegar al lugar que reclamaba por atención. Ahogué un gemido de placer, cuando mis dedos hicieron contacto con mi centro…

- ¿Amor? ¿Te falta mucho?.- asustada quité mis manos de mis zonas erógenas

- N-no, n-no… Eh. Ya voy.- respondí intentando que mi voz no saliera distorsionada

Refregué mi rostro con impaciencia ¿Qué estaba haciendo? O lo peor ¿Qué estaba mal conmigo? Jamás había vuelto a tocarme, a darme placer yo sola. Desde que estaba con Derek. Incluso nunca había estado tan excitada antes, lograba canalizar mis deseos o reprimirlos hasta el momento en que nos fundíamos en uno con mi prometido… Pero, peor a eso, no fue el hecho que estuviera intentando satisfacerme individualmente… Sino que, las imágenes que me incitaban a hacerlo…no eran encuentros placenteros con Derek…

Terminé mi baño abruptamente y salí de allí. Mi cabeza era un lío descabellado. Me sentí horrible de sólo pensar en mi desfachatez ¿Acaso me estaba volviendo loca?


Los invitados comenzaron a llegar. Primero fue mi hermano acompañado de Rosalie. Luego mi madre y mi padre. Alice junto a Jasper. Algunos amigos de Derek también llegaron. Y finalmente Tanya y su marido. Era la única que había convocado a nuestra celebración privada. Compartimos con todo el mundo, y cada vez que me acercaba al lugar donde se encontraban mis padres. Renée iniciaba su interrogatorio ¿Cuál era el motivo de dicha celebración?.

- Bueno damas y caballeros.- comenzó Derek.- Los hemos reunido esta noche en nuestro hogar, para compartir con ustedes una noticia que me ha hecho el hombre más feliz del mundo

- ¡¿Se van a casar?.- chilló mi madre, como siempre rompiendo el momento

- Renée, por favor.- pidió mi padre.- Deja que Derek hable

- Retomo.- comentó divertido mi novio.- Con Isabella hemos recorrido un largo camino juntos. Como muchos de ustedes sabrán, llevamos 4 años de novios.- tomó mi mano y besó delicadamente el dorso de ella, ganando un cúmulo de suspiros.- Luego de mucho conversarlo y darnos cuenta que tenemos el anhelo de seguir recorriendo y descubriendo caminos futuros en la compañía mutua.- me miró de una forma que podía derretir el hielo y convertirlo en fuego.- Hemos decidido casarnos

Estaba segura que los gritos de las feminas presentes, podían haberse escuchado hasta la última calle de nuestra avenida. Me vi envuelta de un momento a otro, por miles de brazos. Unos más delicados, y otro excesivamente fuertes como el de mi querido hermano. Mi mamá comenzó como de costumbre a llorar, la emoción de que por fin estaba pronta a dar el gran paso, seguramente.

- ¿Y cuando es la gran fecha?.- inquirió mi cuñada

- Pensamos que dentro de unos tres meses sería perfecto.- contestó mi prometido, dejándome pasmada con la información. Se suponía que en un principio sería alrededor de seis meses. Tomó mi rostro y lo acercó a él.- Sé que dijimos seis meses.- asentí.- Pero no puedo esperar tanto tiempo mi amor. Eres mi razón de vivir y quiero tenerte desde ya como mi esposa a mi lado

- No voy a ir a ninguna parte.- dije divertida

- No quiero arriesgarme a que aparezca alguien por ahí.- bromeó, pero por alguna razón su risa no contagió la mía

- ¿Por qué dices eso?.- pregunté seria

- Es una broma mi amor.- me tomó en sus brazos y dio una media vuelta conmigo.- Nada, ni nadie podría separarme de ti. Somos complemento bebé. Y lucharía con dientes y uñas si estuviera a punto de perderte

- Eso nunca va a pasar. Te amo más que a nada.- respondí segura… segura…

- Bella. Derek.- nos llamó Alice, que estaba de la mano con Jasper.- Quisiera hablar con ustedes

- Claro.- respondimos al mismo tiempo

- Como ustedes saben. Jasper y yo también nos casaremos pronto. Dentro de un mes exactamente.- la mirada dulce que se brindaron fue mágica.- Y bueno, me gustaría poder ayudarlos a ustedes con sus preparativos. Si es que están de acuerdo

- Por supuesto Alice.- me solté de mi prometido y la estreché en mis brazos.- Muchas gracias a los dos. De verdad

- El placer es nuestro Bella. Sabemos que están recién comenzando acá, y Alice conoce todo tipo de detalles a la perfección

- Es estupendo.- secundó Derek.- Aunque no nos hemos hecho muy bien la idea de lo que queremos, pero en cuanto sepamos bien. Estaremos agradecidos de su ayuda

La noche siguió transcurriendo, mientras algunos presentes comenzaban a marcharse. Mi madre me había agobiado durante el resto de la velada luego de nuestro comunicado, sobre detalles que verdaderamente no estaba al tanto, que tuviera que ver con un matrimonio. Finalmente, solo quedamos mi hermano, Jasper, Rosalie, Tanya, Marcos, Alice, Derek y yo.

- En dos semanas más tenemos un evento en el Regimiento.- comentó Emmet, devorando los últimos bocadillos que quedaban

- ¡Oh, Si! ¡Tenemos que ir!.- decretó Alice

- ¿Y evento de qué?.- cuestionó Tanya

- Anualmente se realiza una fiesta como bienvenida a los nuevos colegas que se integran a las filas.- explicó Jasper.- Así que en dos semanas más se llevará a cabo

- ¿Es una fiesta, evento o qué?.- fue el turno de Derek. Y estaba segura que su respuesta sería no

- Es una graaan fiesta.- respondió mi hermano, alargando la A

- Sería entretenido.- asintió Tanya.- ¿Qué dices cariño?.- preguntó a Marcos

- Si hay que ir, iremos.- contestó él agradando a su mujer como siempre, por lo que me había dado cuenta en la noche

- ¿Qué opinan ustedes?.- Rosalie se dirigió a nosotros

- La verdad no lo sé…- musité con sentimientos encontrados

- No lo creo.- sentenció Derek. Algo que me esperaba.- No soy muy de fiestas. Creo que esos tiempos pasaron para mí

- ¿Estás insinuando que eres viejo?.- le increpó Alice con incredulidad.- ¿O que nosotros estamos viejos para eso? Deberías ver a mis suegros. Adoraría llegar a su edad así. Joviales todo el rato

- No digo que ustedes sean viejos. Quizás yo estoy un poco pasado.- rió

- ¿Qué edad tienes Derek?.- inquirió Marcos

- 34

- Tienes la misma edad mía. Estamos en la flor de la vida.- rió Marcos, contagiándonos a todos

- A mi me gustaría ir amor.- aventuré.- Pero lo pensaremos.- añadí cuando vi venir su refutación

- Será genial. El pequeño Eddie estará a cargo de la música, así que podremos pedir lo que se nos antoje.- la sola mención de ese apodo me tensó

- ¿Quién es el pequeño Eddie?.- consultó ajeno a mis reacciones mi prometido

- Mi hermano mejor.- expuso Jasper.- Había que buscar una banda y él tiene como pasatiempo tocar en pubs o eventos. Así que para que se ganaran unos pesos, le ofrecí el trabajo

- ¡Es un magnífico músico y cantante!.- lo alabó Tanya. Marcos bufó con diversión en su rostro.- ¿Qué?.- le refutó Tanya a su marido

- Así como es excelente músico y cantante. Lo debería ser para los estudios.- vi a Jasper asentir en acuerdo

- ¡Ay, Por favor!.- rezongó mi cuñada.- Estamos hablando de un adolescente. Es lógico que le guste divertirse y que los estudios sean su última prioridad

- Con ese pensamiento no creo que llegue muy lejos.- discutió Marcos

- Yo lo hice.- apuntó enérgica Alice.- Viví mi adolescencia al máximo. Y llegó un momento en que maduré, más no por eso cambié. Soy partidaria que las cosas en su justa medida se pueden equiparar

- Yo también.- se apuntó mi hermano, a lo que Rose y yo rodamos los ojos.- Está bien, aun no maduro. Pero es un ejemplo más claro aun. No me he convertido en un viejo cascarrabias y he llegado lejos en mi carrera militar

- Estoy en desacuerdo.- intervino Derek.- Siempre tuve mis metas claras. Y siempre fui responsable en todo. Comencé trabajando en un bufete de abogados a mis 18 años, y de ahí fui ascendiendo poco a poco. He logrado lo que soy con esfuerzo y dedicación

- ¿Y no te arrepientes un poco de haberte saltado la etapa alocada de la rebeldía juvenil?.- cuestionó Tanya

- Absolutamente no.- respondió seguro y un tanto serio.- Además de la misma forma en que he sido conocí a Bella, así que cambiaría nada. Ella es igual a mí, así que no hay penurias por haber sido adulto a tan temprana edad.-

Emmet me miró alzando una ceja. Me conocía perfectamente antes de comenzar con Derek. Y si bien, no era una loca de patio rematada. Mi vida social era bastante concurrida. Sin embargo, tampoco me quejaba de lo que tenía. Me gustaba la tranquilidad que me brindaba mi estabilidad con Derek. Desde que nos habíamos conocido, no éramos muy asiduos a participar en reuniones sociales con los amigos. O si lo hacíamos, era hasta una prudente hora.

Derek me había enseñado apreciar los momentos de paz en la intimidad del hogar. Por lo mismo, era como si nuestro matrimonio, no fuera más que una regularización de nuestra situación. Desde que nos habíamos ido a vivir juntos, era como si fuésemos un matrimonio de años. Él era un hombre maduro y yo me había acoplado a su madurez.

Los chicos se retiraron pronto. Irían a un bar para seguir celebrando. La verdad es que me hubiera gustado poder acompañarlos, pero el rostro de Derek me denotaba que se encontraba agotado, y yo estaba comenzando a sentir el peso del ajetreo de todos estos días… Terminamos con un sello especial nuestra noche. Hicimos el amor en forma apasionada, sin embargo, por primera vez… mi cuerpo había quedado insatisfecho del poco tiempo que nos habíamos amado…


Los días transcurrieron con normalidad en cierta forma. Ambos estábamos recargados de trabajo, así que las pocas horas que nos veíamos, estaban destinadas a dormir por el cansancio acumulado en el día. No había vuelto a ver al chico hormonal y me sentía tranquila… algo que no podía explicar, pero ansiaba no volver a verlo. Sin embargo, mis súplicas quedaron suspendidas, cuando a mitad de semana. Alice había concurrido a la oficina para pedirme que la ayudara en la elección de algunos detalles para su boda.

- Alice. Te ayudo con mucho gusto, pero te advierto que no sé si seré muy buena compañera en labores de buen gusto.- admití una vez que íbamos saliendo del edificio

- ¡Ay. Bella! Estoy segura que sabrás aconsejarme de lo mejor ¿No lo crees tu Tanya?

- Por supuesto Alice. Tu gusto en la ropa queda de manifiesto ante todo.-

- Van hacer que me sonroje.- tapé mis mejillas con mi mano

- Bien. Vamos.- instó Alice.- ¡Ah! Iremos a la casa de mi suegra.- mi cuerpo y mente se congelaron.- Estaremos solas con ella, así que ahí podremos estar tranquilas.- voté el aire disimuladamente

- ¿Sabes como llegar Bella?.- negué.- Bien, te seguimos Alice

Cada una partió en su auto. Desde ahí nos iríamos a nuestras respectivas casas. Durante el camino y en la soledad de mi auto, rogué por no tener que ver a ese chico. No entendía mi cabeza, cada vez que pensaba en él, recordaba su escena en la tienda de su madre y aunque intentara con todas mis fuerzas, mi cuerpo se encendía de una manera irracional. No había tenido llamadas ni mensajes de él. Al parecer, su tregua estaba siendo tomada en serio. Y las últimas veces que nos habíamos visto, antes de ese día en lo de su madre o las veces en que había oído por los pasillos, que se había presentado en la oficina. No intentaba absolutamente nada.

Estacioné detrás de Alice y me fue imposible no silbar en admiración por la mansión que se presentaba ante mis ojos. Una inmensa casa antigua, pero debidamente redecorada de tonalidad blanco invierno, se apreciaba en toda su majestuosidad.

- Así mismo quedé yo la primera vez que vine aquí.- informó Tanya

- Es preciosa.- musité en un hilo de voz

- Lo es.- concordó Alice conmigo.- Pero no envidio a mi suegra cuando tiene que limpiarle.- terminó riendo

- ¿No tiene alguien que le ayude?.- pregunté curiosa

- Oh. Si. La tienen, pero mi suegra es… como decirlo… una jefa moderna. Le ayuda a su gente en las labores.- se encogió de hombros y yo proseguí con mi asombro

- Esme es una mujer muy cálida y humana. Bella.- señaló Tanya.- Es un ejemplo a seguir. A pesar de todo lo que tiene, sigue siendo la humilde mujer de siempre

Divisé varios autos estacionados en el garaje. Un Volvo plateado se me hizo conocido, seguramente Carlisle había ido algún día en el a la empresa y por eso su recuerdo. Alice abrió la puerta y comentando que seguramente su suegra estaba dormida, entramos en silencio a la enorme sala. Con un gesto de manos, nos indicó que avanzaramos, pero sin haber dado un solo paso… me congelé.

Edward estaba allí, y no solamente él o simplemente allí. Estaba sentado en un banco, al costado de un piano… hasta allí todo normal. Sin embargo, a horcajadas sobre él, se encontraba la misma chica que había conocido días atrás. Vestían ambos sus uniformes, y por la posición de la chica, la falda estaba subida casi mostrando sus bragas. Alice y Tanya no hicieron ningún ruido y miraban divertidas la escena. A diferencia mía, que mi cuerpo adquirió connotaciones extrañas.

Las manos de Edward se perdían bajo la falda de ella, y sus cuerpos danzaban en una forma de simulación coital. No sé por qué, pero me vi impulsada a perturbar la película pornográfica que de a poco, ibamos tomando recovecos más profundos. Carraspee y Alice me apoyó, siendo más explícita

- ¡Busquensé un hotel!.- gritó, estallando en risas junto a Tanya

- L-lo siento.- se disculpó la chica, quien se puso de pié en forma rápida y arregló sus ropas

- Espérame arriba.- le indicó Edward, el cual con poca premura se paró y no tuvo reparos en tapar su masculinidad, que se detallaba en forma notoria a través de sus pantalones

- ¡Ey! Mini-playboy. Tápate ¿Quieres?.- pidió Tanya, ocultando sus ojos dramáticamente

- ¿Algo que no hayas visto?.- se rió acomodando su pantalón allí

- He visto cosas mejores. Te lo aseguro.- lo apuntó Tanya

- Seguro.- ironizó

- Dejando a un lado tu encuentro fogoso ¿Dónde está Esme?.- la misma pregunta rondaba mi cabeza ¿Dónde estaba la madre, mientras él por poco tenía relaciones en su misma sala?

- Está durmiendo. Llegó agotada del centro comercial con tus compras.-

- ¡Con razón tenías tu propia fiesta privada aquí!.- le increpó Alice

- Tu y Jasper no eran muy recatados que digamos.- se burló Edward. Haciendo que Alice se tornara morada. Y lo mirara amenazante, pero no con enfado

- Jamás me viste en tú posición con él. Y tampoco lo harás. Somos más civilizados.- se defendió

- ¿Estás insinuando que mi hermanito es aburrido?.- ahora fue el turno de Edward para carcajearse

- Ve a terminar tus tareas mejor.- lo empujó Tanya. Edward tomó su mano y la atrajo a él en un abrazo.- ¡Ew! ¡Suéltame! ¡Saca tus manos de mí! ¡Que las vi donde estuvieron!.- gritaba divertida donde Edward la apretaba más aun

- ¿Celosa o envidiosa?.- le preguntó aun apretándola. Pero sus ojos se inyectaron en mí. Que no emitía palabra alguna

Salí de mi aturdimiento y caminé detrás de Alice. Era claro que la pregunta de Edward, en cierto modo no iba dirigida a Tanya. Su mirada me lo decía… Alice fue en busca de su suegra y yo me quedé allí, con la mente procesando a mil por minuto. Me paré frente al gran ventanal y dejé mi cabeza vagar al lugar que quisiera. Lamentablemente, no llegó muy lejos, seguía repitiendo las escenas vividas recientes y otras de igual características... ¿Qué era lo que me estaba pasando?

Mi vida sexual con Derek, no tenía reparos. Si bien, no éramos expertos en la materia y nuestras posturas y regularidad eran comunes. Se debía también, a que yo no era una chica, a la cual le apasionara buscar nuevos horizontes en el tema. Era más bien retraída y pudorosa. Y Derek, se complementaba conmigo en eso.

- ¿Bella?.- ví una mano agitarse frente a mí.- ¡Bella!.- gritó Tanya

- ¿Eh?.- estaba totalmente perdida.- Lo siento ¿Decías algo?

- Quiero presentarte a mi suegra Bella.- ahí caí en cuenta que no estábamos solas.- Esme. Ella es la hermana de Emmet y mi nueva amiga

- ¡Que placer conocerte por fin!.- me abrazó como si me conociera de toda la vida

- Igualmente Se…- puso su mano frente a mi para detener mis palabras

- No oses llamarme señora.- regañó cariñosamente.- Soy sólo Esme

- Bien. Traeremos las cosas que tenemos para que podamos verlas y escoger de acuerdo a ellas las que faltan.- anunció Alice, saliendo con Esme de la habitación

- Bella.- llamó Tanya. Giré mi cuerpo hacia ella.- Lamento que hayas tenido que presenciar el espectáculo de Edward.- sonrió con vergüenza.- Nosotros ya estamos acostumbrados a sus locuras y excentricidades, pero sé que tu no

- No te preocupes Tanya.- quise terminar con el tema.- Es un adolescente con sus hormonas revolucionadas solamente.- sonreí para enfatizar mi indiferencia

- ¿Qué ha hecho Edward esta vez?.- me voltee asustada por la voz de Esme

- Lo mismo de siempre. Estaba con una pobre damisela en la sala. Llegamos un poco más tarde y debemos traer palomitas para presenciar la película.- le explicó Alice

- ¡Oh! ¡Por Dios!.- Esme tapó su boca con sus manos.- Siento tanto esto Bella. Hablaré con ese niño seriamente

- Te repito lo que le decía a Tanya. No hay problema. Es sólo un chico con su novia

- ¿Novia?.- bufó Tanya.- Esa chica con suerte alcanza el título de amiga con derechos.- comentó poniendo sus ojos blancos.- A Edward se le quemaría la boca, al pronunciar la palabra noviazgo


Las horas pasaron y nosotros seguíamos en esa casa. Esme, era verdaderamente agradable. Alice y Tanya, las consideraba unas futuras buenas amigas. Pero el estar altamente incómoda, porque apareciera nuevamente la pareja millonaria, no me hacia gracia. Observé todas las revistas que nos ofrecía Alice para ayudarle a escoger los últimos detalles, pero mi mente no se conectaba con mi cuerpo ¿Por qué solamente a mí me había afectado tanto lo anterior?

- Quisiera poder ocupar el baño.- pedí de pronto, mientras organizaban todo para tomarnos un receso con un café

- Claro hija. Pero tendrás que usar el del tercer piso. Estamos haciendo unos arreglos en los otros.- se excusó Esme

- No te preocupes Esme. Solo necesito que me indiquen como llegar.-

- Yo te llevo.- dispuso Tanya. Llegamos al inicio de las escaleras.- Debes seguir derecho por las escaleras. Y de ahí a mano derecha. Un letrero para gigantes está en la puerta del baño

- Gracias.- musité y comencé a subir los escalones. Nerviosa

Llegué a la tercera planta y empecé a buscar la famosa puerta que me había indicado Tanya. Caminé por el pasillo y al final del mismo, exactamente como me lo había dicho. Un letrero de proporciones considerables ilustraba el baño. Seguí con la cabeza gacha caminando. Y preguntándome si tendría la mala suerte pegada a mí, como para encontrarme nuevamente con ellos.

Unas risitas me pusieron en alerta. Detuve mi caminar de sopetón, pues las risas estaban a mi izquierda. Justamente en la puerta que estaba a dos pasos de mí. Y que se encontraba ligeramente abierta… Tomé una honda respiración y me dispuse llegar a mi meta, pero algo dentro de mí estaba fallando, porque mis pies se movieron exactamente en la dirección contraria… Y con tan sólo dos pasos, tuve la visión desplegada dentro…

Jane, estaba sobre un escritorio y Edward frente a ella entre sus piernas. Aparentemente no estaban haciendo nada más que lo mismo de la sala, pero un movimiento conocido, me indicó que las cosas habían pasado el límite. Sobre todo los jadeos y gemidos que inundaban el lugar… sentí mi cara arder y retrocedí para salir de ahí, pero mis tacos resonaron en el silencio del lugar…

Me di vuelta y corrí a encerrarme en el baño. Escuché murmullos provenientes del pasillo, estaba segura que los había alertado de mi presencia ¡Dios! ¡Quería enterrarme viva! Mojé mi cara repetidas veces, y ni con eso podía quitarme el rubor encendido de mis mejillas… No sé cuanto rato pasé allí, pero tuve que armarme de valor y recorrer el mismo camino de regreso a la sala.

En cuanto abrí la puerta mi respiración se atascó. Edward estaba de pié frente a la puerta, con su pelo aun más desaliñado que siempre. Sus ropas arrugadas y su cara y labios rojos e hinchados. Me sonrió con su típica sonrisa torcida y se acercó a mí. Mis nervios estaban a punto de colapsar, por lo que intenté salir lo más rápido que podía de ahí, pero un níveo y musculoso brazo se interpuso entre mi cuerpo y la salida.

- ¿Pasa algo Bella?.- mis ojos se fueron directamente a sus labios. Demasiado cerca de mi rostro

- Yo…vine…lo siento.- tartamudee como una boba

- ¿Viste…algo?.- no respondí. No podía…

Creí que Edward iba a realizar una jugada sucia e iba a tomar ventaja de mi impertinencia. Más, lo que me sorprendió, fue que yo no tenía fuerzas para correr y esperaba que acortara la distancia entre nuestros cuerpos ¡No entendía mi actuar! ¡No entendía mi cabeza! ¡Me iba a casar por Dios! ¡Estaba enamorada de mi futuro esposo y jamás le había sido infiel ni con la mente!...

Parpadee repetidas veces a causa de lo que estaba admirando. Edward no acortó la distancia, en lugar de eso…la amplió. Se separó de mi hasta que su respiración no azotó ni un solo poco mi rostro. Levanté mi mirada y él no tenía, ni la mirada petulante que muchas veces me dedicaba y tampoco enmarcaba su rostro esa sonrisita que tanto había odiado los primeros encuentros… Solamente me miraba serio, sin enfado, sin nada…

- Lo siento Bella.- susurró suavemente y ¿Avergonzado?.- De verdad, me disculpo por mis acciones. Te dije hace tiempo que me comportaría

- Tus relaciones y acciones no tienen que ver nada conmigo.- recompuse mi voz.- Así que no debes preocuparte

- Igualmente te pido disculpas.- prosiguió.- No nos conocemos. No hay confianza entre nosotros y debes tener la peor impresión de mí. Te repito, lo siento

Y sin más, hizo un asentimiento de cabeza y se volvió en sus pasos hacia la recamara, donde antes había presenciado su encuentro con esa chica. Quedé perpleja ante su actuar y sus cambios…sobre todo ante mis sentimientos ¿Acaso no había pedido respeto?... Tenía que salir de allí, mi voluntad, fidelidad, orgullo y decencia estaban gravemente en peligro…Y no por él, por mí…

...

Continuará...

______________________________________
Otro capi!!! auuuuu este Edward es como para amarlo y odiarlo... buuuu, besotes y nos vemos por ahi! Lullaby

2 comentarios:

maRii dijo...

o_o ke geniiall amo sta historiaaa

ke sera eso ke le paso a edward
el disculpandose?? ke raroo
para mi ke es otro mas de sus trukitoss

maripo hale dijo...

Muy bueno el capitulooo!!
Bella ya no puede escapar del encanto de edward
(Yo tampoco podria)