lunes, 22 de agosto de 2011

Tus imperfecciones mi perfección, Capitulo 5


Capitulo 5

Be.-
...

En cuanto desperté, salté de la cama con un entusiasmo renovado. Escogí entre mi ropa un jeans, un chaleco de hilo azul largo de cuerpo y corto de mangas, pues a través de mi ventana podía ver un sol radiante. El reloj marcaba las ocho de la mañana y yo ya estaba ansiosa porque dieran las nueve para acudir a mi primer día; me reí al pensar en que parecía alumna de preescolar.

En la casa se escuchaba ruido, pero pronto sentí la puerta principal cerrarse y fue mi indicio para poder salir. Bajé observando por todos lados, pero al parecer por fin estaba sola en esta casa y podía deambular de forma tranquila por todos lados. Me dirigí a la cocina a prepararme un café…estaba en eso cuando un ruido me sobresaltó y dejé caer el tazón de mis manos.

- Buenos días.- escuché a Edward tras de mí

- B-buenos días.- respondí nerviosa recogiendo los vidrios esparcidos

- No hay nada para desayunar en la nevera. Puedes pedir algo al teléfono que te di anoche

- Comeré en la Universidad.- contesté sin mirarlo

- Estoy atrasado. Me voy

Y sin más salió de la cocina y casa. Me senté en la encimera y quedé observando el lugar por donde había salido ¿Acaso esperaba que me deseara buen primer día? Negué con mi cabeza y me dirigí a mi cuarto, tomé mis cosas y bajé a esperar por Carlisle.

- ¿Preparada?.- preguntó Carlisle de camino a mi Universidad

- Nerviosa.- dije retorciendo mis manos a lo que él rió

- Es normal Bella.- me reconfortó.- Espero que sea un muy buen día y si no, lo será el próximo

Estacionó media hora mas tarde fuera del imponente edificio. Bajé ansiosa sin esperar que como había visto costumbre en él, abriera mi puerta. Miré como encandilada todo a mi alrededor y me dispuse a ingresar, no sin antes despedirme de Carlisle

- Este es mi número. Llámame en cuanto tengas clara tu hora de salida para recogerte.- indicó

- Lo haré. Muchas gracias por traerme hasta aquí

- Ve y demuestra de lo que eres capaz ¡Enorgulléceme a mi, tus padres y a todos!.- me animó

Caminé con mi horario en mano. Todo el mundo al parecer andaba igual que yo. Luego de ubicarme un poco, me dirigí al segundo piso donde tendría mi primera clase. Al entrar había solo algunas personas allí, todas las cuales saludaban nerviosas y los que entrábamos respondíamos igual. Me ubiqué en medio de la sala y esperé paciente hasta que comenzó a llenarse el aula. Dando paso al último en ingresar, el docente a cargo, acompañado del Jefe de Carrera y otras personas más.

Nos brindaron un discurso de bienvenida, entregaron artículos referentes a la Universidad y por último, tuvimos que hacer las correspondientes presentaciones todos los presentes, dándome cuenta que varios de los que serían mis compañeros no eran de la ciudad y al igual que yo estaban en casas de conocidos o pagando en pensiones de acogida.

La primera clase "Biología I" pasó de forma rápida, era como si las horas volaran, sobre todo cuando me vi tan inmiscuida en la materia que se estaba viendo.

Para cuando la hora terminó todo el mundo parecía ya estresado, al salir como verdaderos maratonistas de la sala. Yo en cambio me tomé mi tiempo para arreglar mis cosas y además no tenía mucho mas que hacer, salvo comprarme algo comestible…para no perder mi rutina…

- Hola.- saludó una chica frente a mí

- Hola.- respondí brindándole una sonrisa

- ¿Eres Isabella?.- asentí.- Soy Jane. Tu nombre me quedó grabado. Te llamas igual que mi mejor amiga

Salimos juntas del salón y nos dirigimos a la cafetería. No pude evitar reírme cuando la vi comprar alimentos como para un batallón y aclararme que solo comería ella. Nos sentamos en unas mesas alejadas del resto, cada una con su bandeja y comenzamos a intercambiar preguntas para conocernos mejor

- ¿Así que Forks?.-

- Así es. Estoy viviendo…en casa de unos conocidos.- omití lo desagradable que eran

- Yo vivo con mi hermano. Mis padres nos arriendan una casa

- ¿Tu hermano estudia acá?.- pregunté

- ¡Yeah! Estudia Derecho, pero creo que lo mas cerca de abogados que estará, serán aquellos que apelen para poder sacarlo de aquí.- se carcajeo

- ¿Cómo?.- inquirí

- Mi hermano tiene veintitrés años y aun esta en segundo de la carrera.- bufó.- Por eso te digo, mis padres deberán ponerle abogados a un estudiante de lo mismo para sacarlo de aquí.- ambas terminamos riendo abiertamente

- ¿Estudiantes de primero de Medicina?.- preguntó un chico junto a nuestra mesa

- Si.- dijimos las dos al mismo tiempo

- Hola. Mi nombre es Christian. Las vi en la sala, por eso me acerqué ¿Puedo sentarme con ustedes?.- indicó la silla contigua

- ¡Claro!.- respondió alegre Jane.- Soy Jane y ella es Isabella. Yo soy de San Diego e Isabella es de Forks ¿Y tú?.- hizo ella las correspondientes presentaciones

- Soy de Houston.- aclaró.- Al parecer somos todos forasteros

La conversación siguió hasta que tuvimos que volver a las siguientes clases. La última clase dio inicio a las cinco de la tarde, por lo que entre ellas tuvimos tiempo para conocernos más los tres. Al término del día ya teníamos asignadas algunas fechas para las primeras pruebas o certámenes como se les denominaba aquí, además de varios trabajos individuales y otros grupales, donde se nos unió otro chico llamado Dan, alguien por fin de Chicago.

- ¿En qué te vas Isabella?.- consultó Jane al llegar a los estacionamientos

- Vendrán por mí.- ya había llamado a Carlisle

- Bien, entonces me despido chicos. Mañana nos vemos.- y se encaminó a su auto

- Yo también me voy. Mañana nos ponemos de acuerdo para los trabajos.- se despidió Dan

Nos sentamos en una banca con Christian, mientras esperábamos que Carlisle llegara a recogerme. Ya que el se había ofrecido amablemente a acompañarme.

- ¿Y con quien vives acá?.- pregunté recordando que sólo sabía que no era de Chicago

- Vivo solo. Arriendo una pieza en una pensión. Pero estoy trabajando para poder alcanzar el arriendo de una casa. Es más independiente.- explicó

- ¿Y en qué trabajas?

- Los fines de semana trabajo en un Restaurante, como repartidor de comida

- Yo también quiero encontrar algún trabajo.- hice una mueca

- Si te interesa…podría preguntar si necesitan a alguien en el local.- ofreció

- ¿Podrías?.-

- Claro.- dijo con una sonrisa sincera

...

Minutos despyués llegó Carlisle y me despedí de Christian hasta el próximo día. En el viaje a su casa, ni yo misma me reconocía…estoy segura que Carlisle perdió el hilo de mi monólogo en mas de una ocasión y con tal de no hacerme sentir mal, solo me instó a seguir con mi verborrea.

- Me alegro que te haya gustado esto Bella. Se necesita una persona que no sólo ame el dinero, sino también lo que hace para llegar lejos.-

- Es mi primer día, pero estoy segura que mi decisión no fue errada.- respondí mirando hacia la calle

- ¿Por qué dices eso? ¿Acaso Medicina no era tu primera opción?.- conté los segundos y lentamente observé su interés real.

- La verdad…es que.- me callé mi relato cuando su móvil comenzó a sonar

- Disculpa.- me sonrió.- ¿Bueno?.-

Miré la calle nuevamente mientras el hablaba, pero su reacción apresurada de dar vuelta inesperadamente me obligó a desviar mi atención hacia él nuevamente. Aun seguía al teléfono, estaba totalmente descompuesto y ansioso observando a todos lados y tratando de acelerar aun más el vehículo

- ¡En diez minutos estoy allí!.- cortó la llamada y apretó con fuerza el volante

- ¿Pasa algo?.- me atreví a preguntar

- Es Edward.- comenzó.- Ha tenido un accidente automovilístico y lo han trasladado al hospital.- abrí mis ojos desmesuradamente

- Pero ¿Esta bien?.-

- Me han dicho que sí, pero hasta que yo no lo vea con mis propios ojos, no estaré tranquilo

Mentiría si dijera que mi angustia estuvo equiparada a la de Carlisle, pero a pesar de todo…no estaba en mí desear mal a nadie. Y me gustara o no, aunque las reacciones de Edward y las de su mujer, me tuvieran incómoda todo el tiempo…debía tomar en cuenta que había accedido a mantener una total extraña bajo su techo, y eso era loable de algún modo.

Aparcó en forma rápida fuera del hospital y avanzó a paso veloz por los pasillos, conmigo a la sombra suya. Llegó hasta un mesón y luego se dirigió a una sala donde estaba Esme sentada en forma tranquila, situación que me supuso al menos hasta ese momento, que las consecuencias no eran graves. Explicó ella que no le habían dado autorización a entrar, así que solo tenía las versiones de los médicos, por lo que Carlisle no perdió tiempo y se internó a saber por su propia experiencia si el asunto era delicado o solo un susto.

- ¡Oh Bella! ¡Ni siquiera te he preguntado por tu primer día!.- exclamó acongojada

- No te preocupes Esme, la situación no es la mejor y lo entiendo perfectamente.- tomé su mano

- Estoy segura que esto será solo una falsa alarma. Mi hijo es fuerte y estará bien.- asentí en apoyo.- Así que cuéntame ¿Te ha gustado la Universidad?

- Mucho.- reconocí.- Además me siento más cercana, al enterarme que varios de los que comparten mis clases, vienen de otras ciudades. Eso es…- acallé al escuchar histéricos gritos

- ¡¿Dond está? ¡Suéltame Alice!.-

Tanya venía haciendo su ingreso dramático junto a Alice, quien traía a Montse en sus brazos y venía cara de pocos amigos, jalaba a Tanya cada tanto para detener el escándalo que estaba armando con su actitud.

- Tanya. Guarda silencio por favor ¡Estamos en un hospital!.- pedía Alice al límite de su paciencia

- ¡No me importa estar en un hospital o en la China! ¡Mi novio está ahí dentro muriéndose y…! ¡Auch!.- como podía Alice se las arregló para brindarle un no muy cariñoso pellizco a Tanya.- ¡Me pellizcaste estúpida!

- ¡Y agradece que tengo a Montse en mis brazos!.- le gruñó en respuesta.- ¡Porque te juro que no hubiera sido tan amable!.- con eso siguió su camino hacia nosotros.- Hola Bella. Mamá ¿Cómo está Edward?

- ¡Esme! ¡¿Cómo está mi amor? ¡¿Está muy grave? ¡¿Se está muriendo?.- seguía soltando como posesa.- ¡Oh Dios mío! ¡Yo sabía! ¡Lo sabía!...

- Tanya cálmate.- suplicó Esme, cortando su ataque de histeria.- Carlisle ha entrado a ver el estado de salud de Edward, pero los médicos me han informado que no es de gravedad

- Espero que con esto puedas comportarte. Entiendo que eres una loca de remate por naturaleza, pero ten piedad de la vergüenza que nos surge a los demás en tu compañía.- dijo Alice, fulminando con la mirada a su cuñada, quien se cruzó de brazos y miró a otro lado

- Ahí viene Carlisle.- anuncié al verlo traspasar las puertas

- ¡¿Cómo estás? ¡¿Esta…- comenzó Tanya, pero fue nuevamente cortada por Alice

- ¡Cállate! ¡¿Quieres?

- Les voy a pedir que guarden la compostura. Les recuerdo que estamos en un hospital y sus gritos se escuchan hasta la última sala de la estancia.- pidió con calma y enfado Carlisle, mirando a Tanya

- ¿Cómo está nuestro hijo mi amor?.- inquirió Esme

- Edward está bien. El choque no fue de gravedad y básicamente lo único que tiene son unos leves cortes en su frente, una mano un poco magullada y una pierna un tanto afectada, por la cual deberá usar una escayola por un mes y medio mas menos.- las tres mujeres hicieron una expresión de asombro.- Tranquilas, es leve lo del tobillo.

Cada una de ellas fue pasando a verlo, mientras yo me quedaba con Montse en la sala de espera. Edward debía quedarse dos días más en observación por prescripción médica, así que me tocaría estar sola con Tanya en casa.

Esme y Carlisle tuvieron que irse de igual forma esa misma tarde, ya que estaba todo arreglado y no podían echar pié atrás en último momento. Alice les tranquilizó apelando a que ella y Jasper estarían al pendiente de su hermano en su ausencia. Y al mismo tiempo, pendiente de que no me faltara nada, lo que agradecía enormemente…


Llegué a casa y se encontraba en penumbras, así que imaginé que Tanya estaría en el hospital junto a su novio como lo había hecho el día anterior que se había quedado a dormir en ese lugar. Saqué mis compras y me senté a comer tranquilamente en la isla de la cocina… Al terminar subí y comencé mis labores, para acostarme cerca de las dos de la mañana…

Me desperté con la incesante alarma de mi despertador, tomé una ducha y bajé, pero me llamó la atención un bulto sobre el sofá de la sala. Me acerqué despacio y pude darme cuenta que era Tanya durmiendo incómodamente totalmente vestida. La observé de cerca y sentí un tanto de pena por ella…era seguro que estaba tan preocupada por su novio que habría regresado tarde y demasiado agotada para llegar a su cuarto.

Me hizo saltar el estridente sonido del teléfono. Corrí a atenderlo, antes que despertara a Tanya

- ¿Bueno?

- ¿Isabella?.- me estómago saltó al oír esa voz. Inspiraba miedo y respecto, incluso a través de la bocina del teléfono

- Si, soy yo ¿Cómo ha amanecido?.- pregunté por cordialidad

- Bien.- contestó como siempre.- Quisiera hablar con Tanya

- Ella aun está durmiendo en su cuarto.- mentí para intentar zafarme del tener que despertarle

- Le dije que estuviera tranquila en cuanto se fue de acá. Me supongo que no se durmió temprano como le indiqué, por estar preocupada por mí.- fruncí el seño. A las dos de la mañana aun estaba despierta y para mi eso no era temprano

- Lo ignoro.- respondí, aunque parecía más bien estar hablando consigo mismo

- ¿Podrías…hacerme un favor?.- pidió incómodo

- Eh…sí

- Déjale una nota, pidiéndole que no venga hoy si está muy cansada. Ayer se fue a las ocho de acá y ni con eso pudo dormir bien.-

- C-claro.- dije para luego cortar

Esa última información me dejó en blanco. Si ella había salido a las ocho del hospital, se suponía que a las diez como máximo hubiera estado de vuelta. Salí de la cocina y dejé el teléfono en su sitio. Tanya seguía durmiendo, así que me acerqué a ella despacio para cubrirla con un abrigo que reposaba al lado de ella… Y fue en ese momento que lo noté, el olor a alcohol que expelía el cuerpo de ella. Tomé el abrigo y lo extendí sobre ella, para cuando arropé su cuello…me quedé perpleja, sobre el escote de sus senos, tenía una marca reciente…algo así como un mordisco o chupetón…esperaba que fuera una señal de la recuperación de su novio, porque en otro caso…lo más probable es que fuera un regalo de alguien durante la noche…


Las dos primeras semanas de Universidad habían sido bastante relajadas, pero ahora estando en mitad de la tercera podía comenzar a notar el cambio de ritmo y empezaba a experimentar el cansancio. Edward había llegado a los dos días y debía guardar reposo absoluto por un mes, además de una dieta liviana…cosa que era difícil de llevar, debido a que por lo visto, Tanya no sabía preparar ni un huevo revuelto.

- Debemos ponernos de acuerdo para el trabajo de la próxima semana.- señaló Jane cuando íbamos de camino al estacionamiento

- Lo mejor será dividir todo en cuatro partes y echarlo al azar.- propuso Dan

- Estoy de acuerdo, sin embargo, creo que debemos de igual manera hacerlo en conjunto. Podríamos realizar una junta el próximo viernes y trabajar durante todo el fin de semana.- sugirió esta vez Christian

- En mi casa no puedo.- se excusó Jane.- Mi hermano piensa dar una fiesta este fin de semana

- Yo pago por una pieza y definitivamente no alcanzamos los cuatro en ese espacio tan pequeño.- siguió Christian

- O sea, sólo quedamos tu y yo.- me señaló Dan.- Yo debo consultar si puedo, aun las cosas en casa están algo problemáticas.- explicó debido a lo que había contado días atrás sobre las peleas constante entre sus padres

Todos se giraron hacia mí, que hasta ese momento no había dicho palabra alguna. La verdad es que no me atrevía a llevar a nadie, además de que tampoco creyera que fuera muy bien recibido por ellos. Sobre todo Tanya, que últimamente estaba de peor humor que antes.

- Veré que puedo hacer, pero no prometo nada.-

Nos despedimos y cada uno tomó su camino. Christian en cambio siguió el mismo mío, ya que desde que Carlisle me había facilitado su auto el segundo día de Universidad, pasaba todos los días por él y lo llevaba a la salida. No era que viviera muy cerca o de paso, pero la verdad era que no me molestaba en absoluto hacerlo, y nuestra creciente interacción, estaba abriendo paso a una nueva amistad.

- ¿Y en que trabajan las personas con las que vives?.- preguntó de pronto Christian cuando íbamos de camino

- El es arquitecto, tiene su propia empresa por lo que sé. Y ella es modelo, trabaja con exclusividad en el negocio de su cuñada ¿Recuerdas que te dije que Alice era diseñadora?.- él asintió en respuesta

- Supongo entonces que ella tiene que ser un monumento a la belleza.- un largo silbido acompañó la declaración de él, que me hizo reír

- Si, lo es. Pero Edward podría ser perfectamente un monumento a la belleza de hombre.- en cuanto las palabras salieron de mi boca sin pensarlo, me sentí arder la cara

- Ehm…al parecer no te es muy indiferente.- bromeó

- Nada que ver.- contesté segura.- Solo digo la verdad, pero sin ninguna connotación personal.- y era cierto, porque lo que tenía de hermoso, lo contrarrestaba con su antipatía

Mi teléfono móvil comenzó a sonar y como buena hija de un policía por tantos años, me estacioné a una orilla de la calzada para cojerlo. Christian ya se estaba acostumbrando a mis manías por respetar todas las leyes de conducción, así que solo se limitó a reír

- Hola Alice.- saludé cuando vi que era ella quien llamaba

- Hola Bella. Siento llamarte ¿Estás ocupada?.-

- No. He salido recién de clases. Dime.- demandé

- ¿Te importaría pasarte por aquí un momento? Tengo un serio problema en la empresa y estoy con Montse que no para de llorar.- pude oír los gimoteos de la bebé de fondo

- En veinte minutos estoy allí ¿Estás bien?

- ¡Perfecto! ¡Muchas gracias Bella! Te debo una.-

Corté la llamada y puse en marcha el auto nuevamente. Recordé que la empresa de Alice estaba al otro lado de donde vivía Christian, así que me animé a invitarlo a ir conmigo

- Debo pasar a la empresa de Alice ¿Te importaría acompañarme?.-

- No, para nada. Pero si realmente estás ocupada, puedes dejarme aquí y vuelvo en autobús a mi casa

- No te preocupes, no creo que demore mucho. Además te la quiero presentar y a Montse, es un amor de niña.- contesté convencida

...

Llegamos a la empresa en menos tiempo. Alice me había facilitado en días anteriores una credencial para no tener problemas en la puerta principal. Así que rápidamente tomamos el ascensor a la tercera planta, donde se encontraba su oficina. Miraba a Christian y me reía de lo mucho que abría sus ojos al ver todo el lujo que había en el recinto, de igual modo al ver las modelos que merodeaban por el lugar.

- Esto es el paraíso.- susurró hechizado

- ¡Hombres!.- murmuré rodando los ojos y pasando por su lado

Saludé a varias personas que había tenido oportunidad de conocer cuando Alice me había traído para mostrarme su empresa, y donde me había presentado como su prima. Me detuve frente a su puerta lista para golpear, pero unos gritos provenientes del interior me hicieron desistir.

- ¿Quién está matando a quien?.- bisbiseo Christian sólo para mi

- Esa voz es de Alice.- afirmé, viendo como él teatralmente fingía un estremecimiento.- Y la otra persona…no lo sé, aunque tengo una idea.- pues se me asemejaba mucho a Tanya

- ¿Isabella?.- escuché tras mío. Me voltee y ahí estaba Bárbara, la secretaria de Alice

- Hola Bárbara. Alice me ha pedido que viniera, pero creo que no es buen momento para entrar.- apunté la puerta y los gritos provenientes

- No ha sido bueno toda la mañana querida.- me corrigió ella.- Alice ha estado enfrascada en una batalla campal con Tanya

- Me imaginé que podía ser ella.- admití

- Hay un gran problema con la exhibición y desfile de la nueva temporada a realizarse en toda Europa.- inició a explicar.- Tres de las modelos más solicitadas han contraído una especie de…alergia o algo así

- ¿Y Tanya está entre ellas?.- me atreví a interpretar, pero ella negó

- No. Tanya no estaba ni contemplada para tal evento. Pero con esta eventualidad es como en cierto modo, la única ficha que le queda a Alice

En eso la puerta del despacho de Alice se abrió con fuerza, dejando ver a una descompuesta Alice con Montse en sus brazos y a continuación de ella, una no menos calmada Tanya

- ¡Soy tu último recurso!.- gritó Tanya

- ¡Te he dicho hasta el cansancio que no figuras en los talles! ¡No se puede arreglar todo de la noche a la mañana!.- contestaba de igual manera Alice.- ¡Y por lo demás mi hermano está enfermo! ¡Necesita de tus cuidados! ¡¿O es que acaso te importa tan poco la salud de él?

- ¡Por supuesto que me importa!.- se defenció Tanya.- ¡Pero éste es mi trabajo y él lo entiende!

A esta altura estaba segura que los gritos podían ser escuchados varias cuadras a la redonda. Christian tomó asiento en las butacas, cruzó sus brazos y piernas…al parecer estaba divertido observando la escena, así como varios comensales que habían detenido sus faenas para ver a las dos mujeres en punto de ebullición

- Alice, creo que deberías pensar un poco las cosas.- intervino Bárbara.- Estamos encima del lanzamiento y no podemos darnos el lujo de retrasarlo o en su efecto, contratar profesionales con poca experiencia

- ¡Ves! ¡Es lo que yo te digo!.- de pronto la mirada de Tanya se posó en mí y una sonrisa poco agradable surcó su cara.- ¡Ella puede atender a Edward mientras esté fuera!.- me indicó

- ¡Por ningún motivo!.- chilló Alice al reparar en mí.- ¡Isabella ha venido a estudiar! ¡No ha hacerse cargo de tus responsabilidades y menos de empleada tuya o de mi hermano!

- ¡Pero sólo sería por este mes y medio!.- siguió hablando Tanya como si mi opinión no importara.- Además, remuneraría bien sus labores

- ¿Tu o mi hermano?.- la aguijoneó Alice.- Por lo que sé, es el sueldo suyo el que cubre todos los gastos de una casa

- Alice. Tanya.- llamó a la calma Bárbara nuevamente.- No creo que sea lugar, ni momento para encarar temas netamente personales

Ambas quedaron con sus ataques verbales estancados. Bárbara les hizo una seña para que volvieran a entrar a la oficina, la cual Tanya fue la primera en aceptar. Yo me quedé ahí de pié, sin saber muy bien que hacer y con demasiadas ganas de tomar mis cosas e irme, pues la conversación había sido clara y no tenía un ápice de ganas de participar, menos aun cuando se trataba de quedarme con Edward a su cuidado por un tiempo. No era que lo odiara, pero mi simpatía por él no era mayor…aunque estas semanas, se podía decir que lo había empezado a estimar… ¡Claro! Porque no le veía ni la pizca de la nariz, donde debía guardar reposo en su habitación

- Bella.- llamó mi atención Alice.- Siento todo esto. He tenido mi cabeza en todas partes éste día.- se disculpó

- No te preocupes Alice…¿Para qué me necesitabas?.- inquirí

- La verdad es que para una cosa que a esta altura pasó al olvido.- señaló a Montse dormida en sus brazos.- Pero…creo que debemos conversar otras ahora. Pasemos a la oficina, por favor.- en ese momento recordé a mi acompañante y aunque era una excusa barata, la utilizaría

- Alice, he venido con un compañero.- expliqué.- Creí que no demoraría mucho y le pedí que me acompañara, pero debo llevarlo a su casa. Vive alejado de acá

- No te preocupes por mí Bella.- quise golpearlo por su irrupción.- Mucho Gusto.- saludó a Alice

- Igualmente.- contestó ella.- Lamento que hayan sido participe de esta guerra mundial.- volvió a excusarse.-

- No hay problema. En todos lados ocurren desavenencias.- sonrió Christian

- ¡Lastima que yo la tengo en persona y las veinticuatro horas!.- dramatizó Alice.- Bella, creo que haz escuchado lo de antes y de verdad necesito tu opinión.- rogó.- Y no te preocupes por tu amigo, mi chofer lo llevará donde necesite

...

Diez minutos más tarde, estaba encerrada en la oficina de Alice, con Tanya y Bárbara tratando de mediar el asunto en conflicto. Alababa la paciencia de esa mujer y me sorprendía al darme cuenta que figuraba como mamá de ambas, logrando volver al cause las aguas cuando éstas se desbordaban

- La situación está así.- tomó la palabra Bárbara.- He hablado a las distintas agencias encargadas de promocionar y llevar a cabo los diversos lanzamientos en toda Europa.- suspiró largo, antes de dar la que creía, noticia bomba.- No hay manera de aplazar o cancelar ninguno. Te verías envuelta en un litigio judicial por incumplimiento de contrato y mancharía la imagen que hemos logrado levantar hasta ahora

- ¿Qué opinan los abogados?.- cuestionó Alice, caminando de un lado a otro.

- Lo que te he dicho. Además de que nos enfrentamos a la suspensión temporal o definitiva de las exportaciones. Debido a la negativa de seguir trabajando con gente irresponsable. Ya es un punto en contra que no pueda estar la diseñadora en persona, o sea, tu.

- No veo solución alguna.- susurró Alice perdida en sus pensamientos

- Yo sí.- cortó Tanya.- Maldita sea ¡Yo soy la única alternativa!

- Alice. Piénsalo bien ¿Quieres?.- apremió Bárbara.- Sé bien que Tanya ha bajado los talles, pero al menos tiene la experiencia que necesitamos para suplir las tres modelos faltantes hasta cuando pase el período de licencia que mantienen

- No es sólo eso.- Alice pasó sus manos por su pequeña cara, con frustración.- Mi hermano está convaleciente de un accidente. No se como puedes querer largarte por un largo tiempo y dejarlo así

- Edward está mucho mejor y en tres semanas más deberá volver al trabajo.- dijo Tanya, de los más suelta de cuerpo

Alice se acercó a la ventana y volvió a perderse en sus pensamientos. Estaba segura que tenía una fuerte discusión interna sobre lo que era mejor para este caso y todos. Por un lado estaba su hermano y el deseo de no dejarlo sólo en este momento, pero por otro lado su negocio y el sustento familiar que implicaban las ganancias percibidas. Bárbara, Tanya y yo, quien tenía la pequeña en brazos, estábamos expectantes ante la resolución de Alice…

No podía dejar de sorprenderme con todo esto, por la frialdad que veía en Tanya al querer irse lejos y dejar a su suerte al hombre con el que vivía y seguramente pensaba en formar una familia más adelante…aunque también recordaba el suceso del hospital, pues al fin de cuentas me había enterado que Tanya esos dos días había salido muy temprano de ahí, es decir, nunca se había quedado ni toda la noche o hasta altas horas de ella. Lo que me daba a entender que el chupetón que presentaba no había sido signo de mejoría de su novio, sino de alguien más…

- Creo que no tengo opción.- declaró Alice como derrotada. Tanya en cambio chilló y saltó en celebración, asustando hasta la bebé en mis brazos.- Pero antes, quiero saber la opinión de Bella.- declaró dejándonos a todas estupefactas

- ¿Y que es lo que tiene que opinar ésta?.- con un despectivo trato de dirigió Tanya a mí

- Para tu información. Bella, porque así se llama y no ésta.- le dijo bruscamente Alice a Tanya.- Será quien deberá convivir sola con Edward mientras estés fuera y quiero ver si se siente bien con esto.- la risa de Tanya no se hizo esperar

- Supongo que te refieres si estará bien…- cortó su monólogo y agitó su mano en el aire negando.- Nada, nada. Solo que no veo necesidad de pedir su opinión. Ella es sólo una allegada a nuestra casa y debe acatar la disposición de sus dueños

- Te guste o no, de la opinión de Bella depende mi última palabra.- declaró tajante Alice. Se giró hacia mi y me sonrió.- ¿Bella estás de acuerdo?

- ¿C-con qué exactamente?.- dije a pesar de la mirada iracunda de Tanya

- Tengo la fecha de lanzamiento de mi nueva colección a la vuelta de la esquina y tres de mis modelos han caído enfermas. Tanya con su experiencia.- puso mala cara solo para mí.- puede reemplazar fácilmente a las tres hasta que se recuperen ¿Me entiendes?

- Si

- Menos mal.- susurró Tanya lo bastante alto para ganarse una envenenada mirada de Alice

- Obviemos a la víbora.- hizo lo mismo.- El evento en global dura un mes y medio ¿Te importaría estar un mes y medio en casa sola con Edward?

- Cualquier mujer pagaría por eso.- sonrió Tanya orgullosa en mi dirección.- Y no te preocupes, no creo que lo veas mucho…menos él a ti.- terminó con su veneno de siempre

- O cierras el pico o te juro que no solo no vas; sino que te quedas cesante y me encargo personalmente de que nadie te vuelva a tener en sus filas.- la desafió Alice.- Y ahora pídele una disculpa a Isabella.- ordenó

- ¡Pero…!.- comenzó Tanya y fue acallada por Alice

- Mi paciencia está en su por agotarse de un momento a otro.- le advirtió. Tanya me fulminó con la mirada y luego de unos segundos, habló

- Discúlpame Isabella.- siseó entre dientes y recalcando cada palabra

- Muy bien, eres un tanto inteligente.- se burló Alice y volvió a centrarse en mí.- ¿Qué dices Bella? ¿Estarías dispuesta? No tomes esto como que serás la sirvienta de él, porque tendrán que contratar a alguien para su cuidado. Es solamente el hecho que tendrás que estar sola con mi hermano en casa.- aclaró

Miré a todas quienes estaban ahí. Bárbara no tenía ni una expresión en su rostro y Tanya por otro lado estaba que saltaba a mi garganta para sacar ella misma las palabras que quería escuchar. Puesto que estaba segura, tanto ella como yo, que no representaba peligro alguno en lo que a Edward se refería…sería como dejar una mascota en casa solamente.

- Es tu decisión Bella.- volvió a interceder Alice.- Yo no me molestaré y Tanya tampoco, así que no te sientas amenazada por las miradas que te propina.- señaló sin siquiera ver en su dirección.- Y puedes estar tranquila, si es que piensas decir que no. Porque yo misma me encargaré de que Tanya se quede mansa como una oveja… ahora bien ¿Qué opinas?...

...

Continuará...

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Perdón por la demora y gracias por la espera... bueno... que pasará??? Edward esta insoportable, compadezco a Bella, que decisión tomará?

5 comentarios:

maRii dijo...

Dios Dios Dios amo esta maravillosa historiaa
seguramente bella dira ke si a lo de kedarse sola con edward en casa y yo spero ke en ese mes y medio ellos se acercaran y se conoceran un poko mas y eso me agrada
odio a la perra stupida de tanya y al parecer alice es la unika ke la pone en us lugar
y ke bueno ke a bella le sta yendo bien en la universidad

spero mas de sta magnifica historia
saludos y cuidate

Anónimo dijo...

HOLA ES MUY BUENA TU HISTORIA XFA PUBLICA MAS SEGUIDO ME DESESPERA NO SABER QUE SIGUE CUIDATE Y SIGUE TU INSPIRACION

Anónimo dijo...

Oh dios qe ara??? Porfaa lulla publicamas segido honney

Anónimo dijo...

Cristina s igela o ya la cancelada lo digo x k ya estamos a diciembre del 3013 y nada.


Esta parisina s igela pronto xfis

Anónimo dijo...

Cuando la sigues.......;)