viernes, 12 de febrero de 2010

All You Need is Love


Comedias románticas

Jacob no paraba de parlotear animadamente, sin darse cuenta de que Bella estaba en un mundo paralelo, perdida en los profundos ojos verdes que tenía a escasos metros. No le hacía caso a su amigo, ya tendría tiempo para hablar con él. Seth, tan observador como siempre, miró en la misma dirección que Bella y cuando vio a su padre corrió a sus brazos.

—¿Bella? ¿Me escuchas? —Preguntó divertido Jacob. La chica sacudió la cabeza y le sonrió levemente en señal de disculpa—. Te estoy preguntando por el pequeño que acaba de salir corriendo, ¿desde cuándo eres madre de un niño de cinco años? Me voy de la ciudad y cuando vuelvo me encuentro con esto —bromeó, revoloteándole el pelo.

Edward se estaba acercando, sin mirar directamente a Bella.

—Nosotros nos vamos a casa, no queremos interrumpir —dijo cuando estuvo a su lado—. Gracias por cuidar de él, hasta mañana.

Bella se horrorizó, no quería que Edward sacase conclusiones equivocadas.

—¡Un momento Edward! —exclamó, llamando su atención. Después le sonrió, dubitativa—. Este es Jacob Black, es muy amigo de tu hermano.

Jacob expandió su hermosa sonrisa y le tendió una mano.

—¿Otro Cullen? —Preguntó entre risas, mientras le daba palmadas en el hombro a un sorprendido Edward—. Es un auténtico placer, estoy deseando ver a Emmett, ¡hace siglos que no quedamos! Desde que me fui de la ciudad, más o menos.

Edward lanzó una mirada interrogativa a Bella.

—Jake estudiaba Periodismo con tu hermano, se hicieron grandes amigos y nos lo presentó hará unos años. Pensábamos que nunca nos lo quitaríamos de encima cuando de pronto se fue a Canadá —comentó ella, pegándole un pequeño puñetazo al brazo de su amigo, que se reía con fuerza.

—Buenos tiempos aquellos —suspiró él. Después hizo un recorrido visual, miró primero a Edward, después a Bella y por último al pequeño. Terminó con la boca abierta, de la sorpresa—. ¡Madre mía, Bells!

Edward sonrió satisfecho, aquello era lo que quería, que aquel tipo entendiese que Bella no estaba disponible. La chica por su parte reía con fuerzas, mientras cogía de nuevo una de las pequeñas manos de Seth. Jacob estaba atento a cada detalle y parecía a punto de realizar una redada de preguntas.

—Ey Bells, ¿por qué no nos vamos a cenar y nos ponemos al día? —propuso, con su entusiasmo habitual. Se dio cuenta de que Edward estaba apretando fuertemente los puños y que fruncía el ceño—. Por supuesto, me refiero a que vayamos todos.

Edward bufó, no pensaba aguantar toda una noche con ese hombre babeando por su Bella.

—Lo siento, mañana trabajo y el niño tiene que descansar —dijo, convencido. Vio como la chica asentía, dándole la razón y que se ponía a su lado para acompañarlo. Suspiró, no podía obligarla a cancelar sus planes, por muy molestos que le resultasen—. No Bella, tú ve, os tenéis que poner al día, ya sabes —dijo con sarcasmo. Cogió a su hijo en brazos y se despidió con la mano de los dos encaminándose a su Volvo, que estaba aparcado cerca.

—Vaya… —murmuró Jacob—. ¿Qué ha sido eso?

—Ni idea… —suspiró Bella, pensando que tendría que ir a hablar con su vecino para saber que le ocurría—. Vamos a cenar, Jake.

El chico la cogió por un brazo y la condujo hasta un restaurante de comida rápida, donde pidieron unas hamburguesas.

—Bueno, necesito saber acerca de ese niño —dijo de pronto Jacob, con la boca llena.

—Seth es el hijo de Edward —contó ella, sonriéndole. Adoraba a Jacob, era uno de sus amigos más cercanos, aunque pasasen tanto tiempo separados—. Lo adoptó porque se vio implicado en la vida del pequeño. No preguntes más acerca de eso, son asuntos personales —añadió rápidamente, al ver que abría la boca—. Es un niño tan adorable…

—El padre también es adorable, ¿verdad? —rio él y consiguió que Bella le tirase una patata a la cabeza—. Vamos Bells, jamás te he visto mirar a un hombre así… Se te iba la vida por los ojos.

Bella miró su hamburguesa mientras sentía la sangre viajar a través de su cuerpo para llegar rápidamente a sus mejillas.

—Edward es especial, sí… —fue lo único que pudo decir.

—¿Y qué demonios pasó con Newton? ¿Por fin le has dado una patada en el culo? —dijo entre risas. Bella movió la cabeza afirmativamente y su amigo aprovechó para pegar un puñetazo en la mesa—. ¡¡Bien!! Siempre odié a ese tipo.

—Él tenía más razones para odiarte a ti, te lo aseguró… —murmuró ella, y Jacob volvió a reírse a carcajadas.

—Bueno, dejemos al estúpido de Mike aparte… Dime, qué tal te va la vida —quiso saber, sonriente. Bella le contó cómo estaban las cosas en general, las últimas novedades y lo que creyó que debería saber.

—Estoy deseando verlos a todos… —comentó él, nostálgico. Después empezó a relatar los últimos años de su vida, dándole todos los detalles escabrosos por lo que Bella, alegre, pensó que seguía siendo su Jacob.

Cuando terminaron de cenar él insistió en acompañarla hasta su casa. Caminaron por las frías calles neoyorquinas, con las manos en los bolsillos y chocando los hombros cuando alguno de los dos bromeaba sobre algo comprometido del pasado.

—Entonces, ¿estás saliendo con Edward? —quiso saber, cambiando de tema. Bella tardó en contestar.

—No, no le hemos puesto nombre a lo que tenemos. Nos hemos besado y eso, pero aún no hemos tenido “la conversación”, aunque somos vecinos y pasamos mucho tiempo juntos... Si te soy sincera, me preocupa que esté enfadado, no sé, parecía furioso cuando te vio matarme a besos y abrazos.

Jacob dejó de andar repentinamente y la miró confundido.

—¿Crees que puede haber pensado algo raro? —preguntó, divertido.

—No lo sé, Jake… Espero que no —susurró ella, con un nerviosismo que no entendía.

—Te gusta mucho, ¿verdad?

—Creo que sí… —dijo nerviosamente—. No quiero estropearlo por una tontería, pero parece que la suerte se ha olvidado de mí.

Jacob la miró con tristeza, sabía de primera mano que la buena suerte no era una de las características de Bella

—Ya está, vivo aquí mismo —señaló ella, y después se volvió para despedirse—. Muchas gracias por la cena Jake, me ha hecho mucha ilusión volver a verte —dijo mientras lo abrazaba. Su amigo le correspondió encantado, apretando más de lo que a ella le hubiese gustado-. Hasta otra, espero que nos encontremos de nuevo.

Jacob le sonrió, mientras le decía adiós con la mano viendo como se alejaba. No sabía porqué pero se sentía culpable. Bella siempre había sufrido por no encontrar el amor verdadero, y ahora que lo tenía venía él y lo fastidiaba. No, ella no se merecía eso. Suspirando resignado esperó unos minutos, lo que él calculó que tardaría Bella en entrar en su casa; después se metió en el portal y buscó por los buzones el nombre de su amiga o el apellido Cullen, para saber a qué planta dirigirse. Cuando lo supo, cogió rápidamente el ascensor, no quería alargar mucho aquello. En unos minutos estaba delante de la puerta, no sabía muy bien qué iba a decir, pero tenía que ayudarla. Llamó al timbre y esperó pacientemente, rezando para que no se hubiese acostado. No pudo evitar sonreír cuando vio que la puerta se abría.

—¿Q-qué haces aquí? —preguntó un confuso Edward, con el pijama puesto.

—Tenemos que hablar —urgió Jacob; miró la puerta que estaba a sus espaldas y resopló, no quería que Bella lo viese—. ¿Puedo entrar?

Edward estaba alucinando, lo último que se esperaba era que aquel enorme hombre fuese a buscarlo a su casa. “¿Y si está muy enamorado de Bella y quiere pelea? No sería bueno que Seth estuviese presente…” pensaba mientras se debatía si dejarlo o no entrar. Al final no tuvo más remedio, no parecía que tuviese malas intenciones y no quería ser maleducado, aunque no le gustase un pelo aquel machito.

—Gracias —sonrió Jacob cuando vio que Edward se hacía a un lado en la puerta para dejarlo pasar al interior. Entró mirando alrededor, estaba claro que allí había dinero de por medio. Edward lo condujo hasta el salón y le hizo un ademán para que tomase asiento.

—Tú dirás —bufó, mientras se sentaba él también en uno de los amplios sofás. A Jacob le bastó un segundo para darse cuenta de que aquel hombre lo odiaba con toda su alma y sólo había una cosa que causara esto: celos. Intentó no reírse, estaba seguro de que se podía llevar un puñetazo si lo hacía.

—He venido para dejar las cosas claras —dijo rápidamente, y Edward le asintió, a sabiendas de que el tema iba a ir por ahí—. Verás Edward, esto no te lo hubiese dicho hace unos años, pero ahora las cosas son distintas. Yo no quiero nada con Bella. Bueno sí, es mi amiga, y eso lo vas a tener que aceptar —acotó, tajante—. Ella y yo… Cómo decirlo… —calló, escogiendo las palabras adecuadas—. No te quiero mentir, nosotros tuvimos algo, de lo que no se siente muy orgullosa, por cierto —añadió, sin poder evitar soltar unas risitas.

—¿Por qué no? ¿Acabó mal? —preguntó Edward, interesado en la historia. No le gustaba que otra persona hubiese estado con su Bella, pero algo le decía que tenía que aguantarse y escuchar atentamente el relato.

—No exactamente… Es que cuando nos enrollamos estaba saliendo con el imbécil ese de Newton —dijo Jacob, encogiéndose de hombros. Edward no se lo podía creer, jamás pensó que Bella pudiese engañar a su pareja—. A ver, todo esto es más complicado de explicar de lo que parece… Bella jamás ha estado enamorada de ese idiota. Por aquel entonces estaban enfadados, o ella no sabía que estaba con él, no sé un lío enorme… y sucedió; creo que es de lo que más se arrepiente en su vida.

—¿Y por qué estaba con él? —inquirió el chico, cada vez le parecía entender menos a Bella.

—Verás Edward, no sé si te has fijado en dos cosas. La primera, vive entre parejas. Allá donde vaya con sus amigos, tiene que soportar besos, caricias y demostraciones de amor verdadero todo el tiempo —dijo riendo, y Edward asintió, sabía que sus hermanos demostraban públicamente su amor sin pudor—. Y lo segundo, estamos hablando de Isabella Swan. Piensa constantemente que jamás encontrará ese tipo de relación, pero también le da miedo buscar y que la rechacen. Ha pasado años rodeada de parejitas felices que le recordaban lo sola que estaba, por lo que cuando vio la opción de tener un novio, no lo dudó.

Edward no pudo evitar sentir más celos aún, no soportaba que Jacob la conociese tanto, quería ser él el que hiciese análisis en profundidad sobre su comportamiento.

—Sinceramente, a mi Bella me gustaba. O creía que me gustaba —siguió contando, sin perder su sonrisa—. Pero después de aquella noche supimos que no éramos compatibles, no sé si lo entiendes… Hay veces que no se congenia y no puedes hacer nada. Mike la dejó unas semanas cuando se enteró, y yo intenté por todos los medios que saliese formalmente conmigo, pero se negaba diciendo que no íbamos a funcionar. ¿Menuda tontería no? —se rió, pensativo—. Pues no, tenía toda la razón. Bella y yo no podemos estar juntos, no estamos hechos para eso, aunque afirmarlo me ha costado mucho tiempo, me negaba a aceptarlo. Y aquí es donde entras tú.

—¿Yo? ¿Qué pasa conmigo? —quiso saber Edward. Sus palabras lo habían dejado impresionado, incluso le había creído y es que había sido lo suficientemente sincero como para contarle todo, sin tapujos.

—Edward, he visto como os mirabais —dijo Jacob, rodando los ojos—. Bueno, he visto como te mira ella, y también he oído como habla de ti —añadió riéndose—. Nunca había estado tan ilusionada por alguien, lo dicen sus ojos. Tenía que venir y decirte que no soy ninguna piedra en el camino, quizás si me hubieses conocido hace tres años me habrían dado ganas de darte un puñetazo, pero ahora no. Además, ¡eres hermano de Emm y de la pequeña duende! ¿Quién mejor para mi Bella?

—Gracias, supongo —suspiró Edward, después le sonrió. Había empezado a caerle algo bien—. Has hecho bien en venir a verme, no soy muy dado a esto de las relaciones. Tenía como plan pasarme la noche pensando qué podría estar pasando entre vosotros —un escalofrío le sacudió y Jacob lo notó.

—¿Te gusta mucho, verdad? —preguntó.

—Ni te lo imaginas —murmuró el chico—. Creo que ni yo mismo soy capaz de entender la magnitud de mis sentimientos hacia ella.

—Eso te ha quedado muy cursi, pero díselo, a las tías les suele gustar —dijo Jacob entre risas—. Me parece que harás buena pareja con ella, deberías pedírselo. Ah, y dejar de ser tan paranoico; Bella te quiere, no lo estropees pensando más de la cuenta.

Edward suspiró, sabía que tenía razón pero era incapaz de comportarse con coherencia cuando Bella entraba en el asunto a tratar.

—Aún no me veo a la altura de las circunstancias —se pasó una mano por el pelo, nervioso—. Me cuesta estar seguro de mí mismo. Por ejemplo, hoy, te he visto abrazarla y mi mundo se ha caído en pedazos. No sé cómo afrontar las situaciones cuando ella está involucrada.

Jacob rió con ganas.

—Sois tal para cual —sentenció, y después de un largo suspiro se levantó—. Creo que va siendo hora de que me marche, yo no tengo nada que hacer mañana, pero tú tendrás que descansar, a menos que fuese una escusa para quitarte de en medio.

—Un poco de ambas —sonrió Edward, acompañándolo hasta la puerta.

—Ah, una última cosa —añadió Jacob, antes de entrar en el ascensor—. Cuídala, se lo merece más de lo que te imaginas. Nos vemos, Edward.

—Gracias Jacob, hasta luego —se despidió con una pequeña sonrisa. Había sido la situación más extraña que recordaba, pero se sentía aliviado. Dirigió una rápida mirada a la casa de Bella, y un dilema interno le carcomió. “Vamos Edward, sé un hombre. Ella te buscó ayer, y hoy te has comportado como un imbécil, ve y llámala. Aunque lo mismo está dormida… Sí, seguro que está descansando ya. Ya hablaremos mañana… ¡Edward por Dios, deja de comportarte como un imbécil!” Dio unos pasos nerviosos y alargó una temblorosa mano para pulsar el timbre. No sabía por qué se sentía tan inseguro, él jamás había sido así, solía ser un hombre seguro de sí mismo, sin embargo Isabella Swan rompía todas sus pautas de conducta.

—Edward… —susurró la chica, cuando abrió la puerta.

—Bella, ¿podemos hablar? —preguntó, inquieto. Ella asintió y le indicó que entrase con un movimiento de la mano—. Me he comportado como un completo idiota esta tarde, quería pedirte perdón.

—N-no te preocupes —dijo rápidamente—. Edward, entre Jacob y yo nunca habrá nada, solo somos amig…

—Shhh —Edward le puso un dedo en los labios y empezó a acercarse lentamente hacia ella—. Lo sé tonta, me dejé llevar por los celos.

¿¿Celos?? No, Bella, debes de haber oído mal, no puede ser verdad…” la mente de la chica trabajaba a mil por hora. Vio como Edward estaba a escasos centímetros de su boca, sentía su respiración sobre ella. No pudo contenerse más y se tiró encima de él, agarrándolo con fuerza por el cabello. Edward la empujó hasta la pared, y necesitando sentirla más cerca de lo que ya estaba la levantó, momento que aprovechó Bella para rodear la cintura del chico con sus piernas. Pensó centenares de cosas en ese momento, pero la que más ruido hacía en su cabeza fue que aquella era la situación más sensual que había vivido en su vida. Dando gracias al cielo por su suerte comenzó a besar el delicioso cuello que tenía delante, mientras escuchaba los gemidos de Edward. Sonrió malignamente, feliz de que sintiese lo mismo que ella en ese momento. Si él podía llevarla al límite, ella también, o por lo menos, lo intentaría. Levantó la camiseta de su pijama, necesitando el contacto de su piel, una de las sensaciones más maravillosas del mundo. No sabía si era cosa suya, pero parecía que hacía por lo menos diez grados más, por lo que empezó a quitarse la camisa que llevaba mientras lo miraba con ojos lujuriosos.

Puaaaaaaaaaj —dijo una vocecilla, dejándolos de piedra. Rápidamente se separaron, Edward soltó a Bella de una forma casi brusca, sobresaltado. Un Seth en pijama los miraba con ojos divertidos—. Os he pillado —dijo entre risitas. Bella sintió que se le caía la cara de vergüenza, y es que no había sido un espectáculo para niños de cinco años—. ¿Esto quiere decir que estáis casados?

—Seth, nadie está casado con nadie —Edward intentó no sonar nervioso, pero fracasó estrepitosamente.

—¿Entonces por qué la tenías en brazos y os besabais? Y no me digas que se cayó y le dolía y le diste un beso para consolarla, no soy un crío —añadió, poniendo los ojos en blanco. Edward y Bella se miraron asombrados, ¿cómo iban a explicarle lo que tenían al niño si ni siquiera ellos lo sabían?

—El caso es… Que a mí me gusta Bella —dijo Edward, cogiendo la mano de la chica—. Y creo que yo a ella también.

—Sí, también —comentó Bella en un susurró. Edward le lanzó una tímida sonrisa de apoyo y siguió.

—Pues cuando dos personas mayores se gustan, se lo demuestran con besos.

—¿Y apretándola contra la pared? —Se extrañó el pequeño—. Se quejaba, parecía que le estabas haciendo daño.

Bella se tapó la cara con las manos, aquello sobrepasaba los límites de las situaciones que consideraba incómodas. No iba a explicarle a Seth que lo que le pasaba era que estaba caliente, era demasiado.

—Seth, lo comprenderás cuando seas mayor –dijo su padre, sin dar más datos, por lo que se llevó una mirada furiosa por parte del pequeño—. Y ahora, ¿se puede saber qué haces aquí a esta hora?

—Me desperté y quería dormir contigo, fui a tu cama y vi que no estabas. Supuse que estarías con Bella, por lo que vine —terminó, encogiéndose de hombros.

—Pues venga, que es tarde, ve a la cama que ahora iré yo —le mandó Edward, mientras revoloteaba su pelo castaño.

—Está bieeeen… Buenas noches Bella —dijo despidiéndose, mientras andaba hacia la puerta. Cuando estuvo a una distancia prudencial se giró— ¡Y no os llenéis mucho de babas! —riendo como un loco entró a toda prisa en su casa.

Edward y Bella se miraron y no pudieron evitar estallar en carcajadas.

—Dime que esto no ha pasado —consiguió decir al rato ella. Edward le sonrió, mientras besaba levemente sus labios.

—Ha sido… interesante —comentó, abrazándola—. Creo que me voy a ir, antes de que vuelva y haga otra ronda de preguntas, por hoy está bien. Por cierto, mañana Alice quiere estar con Seth, ha pedido hasta el día libre —añadió, poniendo los ojos en blanco—. Así que no tendrás que aguantar a ningún mocoso.

—Seth no es ninguna carga para mí, me encanta estar con él, pero bueno, tendré que compartirlo con tu hermana —dijo sonriente.

—Bella… —empezó él, cambiando de tema, nervioso—. Creo que deberíamos hablar de todo esto, de lo que está pasando entre nosotros…

—Sí —murmuró ella, mirándolo a los ojos y sintiéndose sonrojada—. Y-yo también lo creo.

—¿Te vendría bien si me paso mañana por la tarde?

—Me viene genial —susurró, sin poder evitar ponerse de puntillas para darle un nuevo beso. El chico soltó su melodiosa risa—. Descansa Edward.

—Y tú, duerme bien —le dijo al depositar un beso en su frente. Después se alejó, y Bella no entró en su casa hasta que no vio la puerta cerrada. Sentía un vacío en el pecho cuando se recostó en la cama, odiaba tener lejos a Edward, aunque lejos en su caso significasen escasos metros.

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La mañana amaneció lluviosa y Bella no se sentía con ganas de levantarse, por lo que pasó horas leyendo Shushi para principiantes de Marian Keyes, recostada en el cabecero de la cama. No tenía la intención de ir a la oficina, por lo que había desconectado todos los móviles que tenía; ese iba a ser su día.

Sin embargo, cuando pasaron unas horas, su cuerpo empezó a pedirle a gritos alimento. Refunfuñando y descalza fue hasta la cocina, donde sacó una pizza del congelador y la metió en el microondas, demasiado hambrienta como para esperar. Cuando estaba por su segundo trozo el timbre tronó, y sin dejar siquiera la porción en el plato se dirigió a la puerta.

—¡BELLA! —Gritaron a la vez dos voces demasiado agudas. Alice y Seth estaban saltando de pura emoción delante de ella—. Oh, veníamos a que jugases con nosotros, pero veo que estás ocupada —dijo su amiga, sonriente—. Estamos en la casa de Eddie, ¡ven cuando termines, tenemos ganas de fiesta! —y se fueron corriendo. Bella negó con la cabeza, a veces Alice podía ser tan inmadura como una niña pequeña, pero eso la hacía encantadora. Terminó su pizza todo lo rápido que pudo y se vistió, sabiendo que había una probabilidad del ochenta por ciento de que a su amiga le diese por ir al centro comercial, o a buscar a Edward al trabajo. Cuando esto último pasó por su cabeza, decidió poner más esmero en su imagen. Con unos vaqueros, una camiseta negra de tirantas con tachuelas, unas botas altas del mismo color y un blazer gris se sintió satisfecha, por lo que cogiendo rápidamente su bolso fue a la casa de sus vecinos.

Llamó pero nadie abrió, cosa que la extrañó, por lo que rápidamente sacó la copia que le dio Edward, la cual llevaba siempre encima. Nada más entrar en la casa una fuerte música le golpeó los oídos. Sonrió, Alice debía estar haciendo alguna de las suyas. Se acercó sigilosamente hasta el salón, de donde salía aquel estruendo y se encontró con una de las imágenes más graciosas que recordaba haber visto.

Los dos estaban bailando como locos, mientras pegaban alaridos intentando cantar al mismo ritmo que la canción de The Strokes que sonaba, Take it or leave it. Daban tumbos y se golpeaban de vez en cuando, sin poder parar de reír. Pero sin lugar a dudas, lo más divertido era que se habían preparado para su actuación, y es que Alice tenía las puntas de su cabello esparcidas en todas direcciones, mucho más rebelde que de costumbre. Llevaba sombra de ojos de mil colores, todos chillones, y sus pantalones eran de cuero negro, muy ceñidos a sus piernas. Tenía puesta una chaqueta negra que por cómo le quedaba de grande, Bella dedujo que era de Edward y en la mano, el mando de la televisión a modo de micrófono.

Seth por su parte llevaba una chupa de cuero diminuta y estaba peinado exactamente igual que Edward, con el pelo hacia atrás y algo despeinado; además, al igual que Alice sujetaba con fuerza un mando a distancia.

De vez en cuando se tiraban al suelo, haciendo como si tocasen una guitarra imaginaria; sin lugar a duda se lo estaban pasando en grande.

—Oh just take it or leave it!! And take it or leave it!!! OOOH TAKE IT! —gritaban a la vez, demasiado emocionados. Bella no pudo aguantar más y estalló en sonoras carcajadas, consiguiendo que se percataran de que estaba allí observándolo todo. Sin embargo, lejos de estar avergonzados se acercaron a ella y empezaron a bailar a su alrededor mientras reían.

—Vamos Bella, ¡mueve el culo con nosotros! —gritaba Alice, agitando los brazos. Bella los miró divertida, tardó unos segundos en decidirse pero cuando lo hizo, dejó el bolso en uno de los sillones y fue corriendo a acompañarlos a la vez que su amiga le tiró un teléfono móvil para que lo usase como micro. Acabó la canción antes de que pudiese hacer nada y rápidamente empezaron a sonar las primeras notas de Take me Out, de Franz Ferdinand. Los tres soltaron un chillido de felicidad, era difícil resistirse a esa canción. Bella movía su cuerpo violentamente al igual que Alice, que parecía estar en estado de éxtasis. Seth por su parte se limitaba a cantar a voz de grito; nadie entendía como siendo tan pequeño podía saberse la letra de todas las canciones que salían, aunque Bella supuso que Edward tenía mucho que ver en su educación musical. Se lo estaban pasando en grande, agitando la cabeza, esquizofrénicos, al mismo tiempo que simulaban tocar una guitarra.

—I say don't you know… You say you don't go… I say... TAKE ME OUT! —el estribillo era tan pegadizo que no podían evitar cantarlo hasta cuando no venía al caso.

—¡JODER, MIRAD QUÉ SOLO HAGO! —exclamó Alice una de las veces que se escuchaba el punteo de una guitarra. Los otros dos hicieron un corro alrededor de ella, mientras sacudían los brazos, apoyándola.

Pasaron varias canciones, todas interpretadas a la perfección por el dinámico trío y es que en lugar de estar cada vez más cansados, por cada tema que sonaba se sentían con más fuerza para uno más.

Estaban riéndose nerviosamente cuando empezó a salir de los altavoces Paralyzed de Mando Diao. Alice gritó y paró la canción rápidamente.

—¡¡Eh, esta es súper chula!! —se quejaron Bella y Seth al mismo tiempo, pero ella no parecía escucharlos, estaba demasiado ocupada revolviendo por la casa, como si buscase algo. Fue hasta ellos al cabo de un minuto, con dos gafas de sol.

—Bella, coge las tuyas, corre —dijo, mientras se colocaba las suyas y le alargaba a Seth unas Ray-Ban Wyfarer negras que Bella supuso que eran de su padre. Hizo caso a su amiga y sacó de su bolso sus queridas gafas de sol para ponérselas inmediatamente.

—Ok, ¿listos? —preguntó Alice. Asintieron, y Bella comprendió todo. En el videoclip de esa canción, los del grupo salían enchaquetados y con gafas de sol. Rió, la mente de su amiga trabajaba rápido. Empezó de nuevo a sonar y los tres se posicionaron en línea recta, marcando el ritmo con los pies y soltando risas histéricas mientras intentaban cantar, con la cara seria. Llegaron manteniendo el tipo hasta el estribillo, donde no pudieron aguantar más y comenzaron a saltar, moviendo las caderas y los hombros. Rieron a más no poder cuando en el momento en el que sonaba una trompeta Alice hizo como si realmente la tocase, moviendo los brazos al compás de la música, de derecha a izquierda. Bella y Seth se miraron, divertidos y la imitaron, sin dejar de reír. Siguieron cantando y bailando hasta el final de la canción, cuando empezaron a copiar los gritos que soltaba el cantante hacia el final, tirándose al suelo. Sin lugar a dudas aquella había sido la mejor de sus actuaciones, digna de ser grabada como recuerdo para la posterioridad. Estaban carcajeándose, más felices que nunca cuando un suave aplauso los sacó de su ensimismamiento.

—Realmente me habéis dejado paralizado —rió Edward, haciendo alusión al nombre de la canción, mientras se apoyaba en la puerta.

Bella se quitó rápidamente las gafas de sol, no había necesidad de hacer más el ridículo. Sin embargo Alice seguía saltarina y fue a abrazar a su mellizo.

—Oh, hermanito, ¿no te hemos gustado? —preguntó a voz de grito.

—Sobre todo el momento de las trompetas, ha sido espectacular —contestó él, mordiéndose los labios para no soltar una carcajada—. Alice, por Dios, ¿qué te ha pasado en el pelo? Y qué hace Seth peinado como… ¿como yo? —preguntó levantando una ceja, divertido.

—Esta guapísimo ¿verdad? —suspiró ella, mirando a su sobrino que seguía riéndose. Estaba graciosísimo con la chupa, las gafas de sol y peinado de esa forma tan peculiar—. Eddie, nos has arruinado tooooda la diversión.

—Lo siento mucho, si quieres me vuelvo a ir Alice —dijo él poniendo los ojos en blanco. Miró de reojo a Bella y vio que seguía sonrojada, debía haber pasado mucha vergüenza cuando se dio cuenta de que él estaba presente. Sonrió maléficamente, le encantaba verla tan tímida—. ¿Qué os parece si merendamos todos juntos? Pero me parece que antes tienes que desmaquillarte enana —añadió, viendo los parpados multicolores de Alice.

—¡Pues yo creo que me han quedado genial! ¿A que sí Seth?

—¡Están súper guay tía! —dijo este corriendo hacia ella. Bella y Edward sonrieron, por fin Alice se había ganado la confianza del pequeño.

—Voy a llamar a mi Jazz, para que venga ¡y así seremos más! ¡Oh! ¡Podríamos avisar a Emm y a Rosalie y ver una película! —Alice parecía no perder la energía nunca. De un manotazo le quitó a Bella el móvil que aún tenía en las manos y marcó rápidamente—. Kate, soy Alice, dile a Jasper que se ponga ráaapido… ¡¡Jazz!!... Sí, ha ido genial… ¡Ha sido tan especial pasar el día con él!... Sí, sí… Bueno escúchame, vamos a quedarnos en casa de Edward a ver una película, así que ven ahora ¿vale?... Pues anula la cita… Vale, vale, ya sé que no puedes decirle a un paciente que no vaya a verte cinco minutos antes, pero es que te echo tanto de menos Jazz… Últimamente nos vemos menos por el trabajo y me siento mal sabiendo que desperdiciamos los momentos que podemos estar juntos… ¡¡BIEEEN!! Entonces nos vemos ahora, ¡te aaaaamo! —chilló. Después colgó y miró a los demás, que la observaban divertidos—. ¿Qué pasa? Las armas de mujer están para usarse.

—Alice, Jasper tiene su trabajo, deja que lo haga tranquilo —rió Bella, que conocía demasiado bien a su amiga como para saber que jamás cambiaría. Y así fue, ya que se limitó a sacarle la lengua mientras llamaba a su hermano oso.

—Emmeeeeeeeeett —gritó, sonriente—. Película, tú, Eddie, Bella, Jazz, Seth, Rose y yo… ¡AHORA! —Se escucharon claramente las risas de Emmett—. Así que no tardes, y dile a la rubia que se traiga el material.

Colgó apresuradamente y fue al servicio sin decir ni una palabra a los demás para desmaquillarse.

—No ha cambiado nada en todos estos años, ¿verdad? —preguntó divertido Edward, mientras se dejaba caer en uno de los sofás. Seth fue rápidamente hasta sus piernas y se sentó encima, sonriente.

—Sigue exactamente igual que cuando nació —rió Bella colocándose a su lado—. Siento el espectáculo de antes… Entré y ya estaban así, cuando me vieron me obligaron a hacer el tonto con ellos.

—¡Pero ha sido tan divertido! Alice es genial —comentó Seth, acurrucándose en el pecho de su padre—. Hemos estado toda la mañana en un parque de atracciones ¡increíble! Nos montamos en todo lo que pudimos, fue una pasada… Creo que me he pasado el día riendo, me duele la boca —se quejó, tocándose la mandíbula. Edward y Bella no pudieron evitar reírse, mirando a Seth con cariño. Al rato empezó a llegar todo el mundo, enfundados en abrigos y bufandas y portadores de mejillas sonrosadas.

—¡Hace un frío…! —Exclamó Rosalie, mientras abrazaba a Bella, intentando entrar en calor—. ¡Ojalá nieve esta noche! es precioso cuando amanece todo blanco… —suspiró, mientras se quitaba las mojadas botas que llevaba.

—¡Rosalie! —Gritó Alice, que estaba en la cocina preparando palomitas para un regimiento—. ¿Qué has traído?

Bella vio como Emmett gruñía y rodaba los ojos, cosa que hacía cuando veían…

—¡¡Comedias románticas!! ¡¡Tarde de chicas!! —dijo la rubia, agitando al aire unos DVDs—. Una es en honor a Bells.

Bella le cogió la película que le estaba tendiendo su amiga y sonrió. Love Actually.

—¡Genial! —rió, era una de sus favoritas.

—Te he traído algunas películas de dibujos animados Seth, para que no te aburras —comentó Rosalie, dándole unas cuantas al niño, que le dirigió una tímida sonrisa.

—¡Y qué hay de nosotros! –Exclamó Emmett señalándose a sí mismo y a sus amigos—. Somos machos, pasamos de ver eso.

No pudieron evitar soltar una carcajada, todos, excepto quizás Edward, sabían por qué no quería ver nunca películas románticas.

—Emmett, no se nos olvida que lloraste con: Titanic, El diario de Noa, Posdata: Te quiero… ¿Sigo? —dijo maliciosamente su hermana. El chico enrojeció, y salió del salón bufando por lo bajo.

—¿De verdad llora? —quiso saber Edward, mientras se reía.

—Como un bebé —susurró Jasper sonriendo—. Pero ya estamos acostumbrados…

Se dispusieron por el salón para disfrutar de aquella tarde, tapados con mantas por el frío que hacía. Seth se fue a su cuarto para ver otra película, muy contento por el hecho de que su tía Rosalie se hubiese acordado de él.

—Muchas gracias, quería verla y no la encontraba en Internet —dijo mientras la abrazaba. Rose no pudo evitar sonreír tontamente y lo acompañó a su habitación para ayudarlo.

Bella se sentó al lado de Edward, aunque sabía que iba a durar poco en su asiento, conocía muy bien el comportamiento de sus amigas en ese tipo de cine. Dicho y hecho, nada más salieron los créditos Alice y Rosalie ya estaban en el suelo, abrazándose y con los ojos brillantes. Riendo se unió a ellas, apoyando la espalda contra las piernas de Edward, el cual empezó a acariciarle el pelo, relajándola hasta tal punto que pensó que podría dormirse fácilmente si no le gustase tanto el film.

—¡Dios mío! —Gritaron las tres en el momento en que Hugh Grant salió por primera vez, en su papel de primer ministro.

—¿Cómo puede ser tan jodidamente sexy? —exclamó Rosalie, que lo miraba con ojos lujuriosos. Los chicos, a sus espaldas suspiraron, incómodos—. Eh, Emmett que yo no digo nada de cómo babeas cuando ves a Scarlett Johansson.

—¡No metas a Scarly en esto! —gritó Emmett cómicamente. Bella rió a carcajadas, recordando lo que pasó cuando la actriz trabajó para su agencia en un anuncio de un perfume. Sabiendo cuanto le gustaba a Emmett, le pidió que por favor le dejase grabarle un video de ella diciendo: “Emmie, eres sexy, osito”. La chica, que era súper simpática accedió encantada, bueno, hizo a Bella firmar unos papeles comprometiéndose a no difundirlo, pero eso fue lo de menos. Entre risas lo hicieron y Bella envolvió el CD donde lo había grabado para entregárselo a su amigo como regalo de cumpleaños. Aún recordaba la fuerza con la que había abrazado, mientras gritaba entre sollozos que era la hermana que más quería.

—¡Oh, la escena de la boda! —susurró Bella, volviendo a la película. Era su favorita, básicamente por la canción. Sintió que las lágrimas acudían a sus ojos, era una tontería, no pasaba nada triste ni doloroso, pero siempre pensaba el cómo sería vivir aquella situación.

—Vamos Bella, siempre lloras con esta parte, ¡no tiene sentido! —exclamó Alice, mientras le pasaba un brazo por encima. Notó como su hermano la miraba confundido y soltando un pequeño suspiro empezó a explicarle el porqué del comportamiento de Bella—. All you need is love es la canción preferida de Bella, no sé, es como algo utópico, como su filosofía de vida. Por eso llora, piensa que jamás se casará con esa canción de fondo.

—¡Basta Alice! —Dijo la chica sorbiéndose la nariz y pegándole un empujón—. Ay, es tan bonito… Siempre me han gustado The Beatles, tienen letras sencillas y directas… Son muy buenos. Ojalá a mi me pasase eso —añadió, y una nueva tanda de lágrimas vino. Vio que todos la miraban divertidos, habían presenciado aquello millones de veces como para preocuparse, aunque el que sí parecía alarmado era Edward—. Oh vamos, no tenéis corazón…

Siguieron viéndola y hacia la mitad un discreto Emmett se bajó al suelo para colocarse junto a ellas, sujetando con fuerza un cojín. Bella escuchó una risa sofocada a su espalda, y sonrió, si no llevase años viendo a Emmett comportarse así también se reiría. Todas, y Emmett, suspiraron en la escena de los carteles en la puerta de la casa de Juliet.

—Quéeeeee romáaaantico —dijo Jasper imitando a la perfección la vocecilla de Alice y consiguiendo una tanda de puñetazos en el hombro cortesía de las chicas, ya que no lo consideraban un tema para bromear. La película transcurrió, sin mayor incidente que el ridículo llanto de Emmett en la escena en la que la mujer casada se da cuenta que su marido le regala collares de miles de dólares a su secretaria.

—¡¡A ella sólo le compra un disco!! —Exclamó, tapándose la cara con sus enormes manos—. Dios mío, ¡llevan años casados y le regala ese estúpido CD a su adorable mujer!, sin embargo a su secretaria va y le envía un collar de oro en forma de ¡CORAZÓN! —hipó, estaba totalmente consternado por lo que Rosalie le daba palmaditas en la espalda, intentando no reírse—. ¡Si fuese en forma de perro o algo así, pues vale! ¿¿Pero un corazón?? Destrozará a su familia… ¡Tiene hijos, por el amor de Dios!

Bella miró hacia atrás y vio como Edward tenía un puño entero metido en la boca para no soltar una carcajada, aunque le delataba las lágrimas que corrían por sus mejillas. Jasper, a su vez parecía concentrado, posiblemente estaría pensando cualquier cosa para librar su mente de la horrorosa imagen de Emmett llorando como un niño recién nacido.

Por fin acabó la película, y todos se estiraron en sus sitios mientras Alice bailoteaba hasta llegar al interruptor de la luz.

—¡Ha estado tan bien como las otras ciento cincuenta mil veces que la hemos visto! —bromeó Jasper, frotándose los ojos. Después se volvió a su amigo—. Edward, ya te puedes considerar un autentico integrante del grupo: has visto a Emmett lloriquear como una niña y el comportamiento de Bella en la boda de Love Actually. Son sus grandes secretos, así que ya tienes chantaje emocional para los próximos veinte años.

Edward rió con ganas, sin la presión del miedo a que Emmett le pegase un puñetazo. Nunca tenía tiempo para hablar con su mejor amigo, por lo que decidió aquel momento para ponerse al día con él. Estuvieron charlando del trabajo de cada uno, de cómo les había ido de bien en la vida y de lo contentos que estaban de tenerse el uno al otro de nuevo.

—¡Sois un par de mariquitas! —exclamó su hermano mayor, que seguía sentado en el suelo con las chicas, las cuales parloteaban animadamente.

—Emmett, no eres el más adecuado para decir eso —rió Edward, consiguiendo que el grandullón le mirase con odio.

—Chicos, me ha encantado pasar este rato con vosotros, pero me voy a tener que ir ya —se disculpó Jasper, con cara cansada—. Mañana tengo mi primera conferencia en la Facultad de Psicología de Columbia. Tengo que pasarme la noche preparándome, jamás he estado tan nervioso…

—¿Una conferencia? ¡Eso es genial, tío! —le felicitó Edward, sonriente.

—Sí, pero es tan estresante… No me puedo permitir hacerlo mal, ya sabes, ¡es mi puesta en escena! —bromeó, intentando disimular su nerviosismo. Edward le dio un apretón en el hombro, brindándole su apoyo.

—Vamos Jasper, eres un profesional estupendo, ¡¡hasta ayudas a Bella!! —exclamó Emmett, y la aludida no dudó un segundo en darle una fuerte colleja—. Auch… ¡lo siento, lo siento!

—¡Jazz cariño, serás el rey del mambo! —Dijo Alice entre risitas, arrastrándose hasta los pies de su prometido, el cual sonreía tontamente mirándola, como si fuese la primera vez que la veía—. ¡Verás que después de que mañana los dejes boquiabiertos van a querer que pases todo el día en la Facultad dando charlas!

—Claro Alice, estoy seguro —comentó él, riéndose y levantándose. La miró y se le ocurrió una idea súbitamente—. Cielo, esta noche voy a estar insoportable, ¿por qué no te quedas con Edward y pasáis un rato juntos? Además mañana estaré todo el día fuera, no me gusta que pases tanto tiempo sola…

A la pequeña duende se le iluminaron los ojos. Le lanzó una mirada a su mellizo, que le sonreía abiertamente, encantado con la idea.

—¡¡Bien!! Edward, dormiremos juntos ¡¡como cuando éramos críos!! Oh Dios mío, ¿¿dejarías que te hiciese la pedicura??

—¡Alice, no te pases! —Exclamó su hermano horrorizado, mientras todos reían. Se giró hacia su amigo—. Si veo que atenta contra mi vida, mi dignidad o mi hombría pienso dejártela en la puerta.

—Estaré atento, por si acaso —se rió Jasper. Después le dio un beso a Alice y se despidió de los demás.

—Nosotros nos vamos a ir también, quiero despertarme temprano para ir al club a ultimar unos detalles, si no la semana que viene va a abrir ¡quien yo me sé! Quedan tantas cosas por hacer… —era la primera vez que veían a Emmett agobiado, pero tenía motivos para ello. Rosalie se levantó también y juntos abandonaron la vivienda.

—¡Qué viejos están todos ya! —se quejó Alice, sentándose sobre Edward, como si fuese una niña pequeña. Bella no pudo dejar de sonreír ante aquella imagen—. No me digas que tú también te vas…

—No, yo no tengo nada que hacer —estaba frustrada porque no había podido mantener la conversación que Edward le había pedido la noche anterior. Por como el chico la miraba supuso que él estaría pensando lo mismo, así que le sonrió tímidamente.

—Oye Alice, ¿por qué no vas a ver cómo está Seth? —propuso él, y su hermana lo pilló al vuelo.

—Ok, estaré en el cuarto del pequeño, ¡avisadme cuando queráis! —exclamó y se fue dando saltos.

Edward sonrió ante el comportamiento de su hermana la cual parecía no madurar jamás, era como una pequeña Campanilla de carne y hueso.

—Bella, ¿te parece que vayamos a tu piso para hablar? Si nos quedamos aquí, lo más probable es que nos interrumpan —dijo tímidamente. Bella, sacando confianza de donde no la había, se incorporó y cogiéndolo de la mano lo guió hasta su casa. Entraron precipitadamente y se dirigieron hasta el sofá rojo, donde se sentaron de lado para quedar mirándose de frente.

—Por fin solos… —susurró, mientras torcía la sonrisa y se acercaba a su boca. Bella no sabía qué iba a pasar después de aquella inevitable conversación. Quizás simplemente él le dijese que le gustaba y que lo mejor era dejar las cosas tal y como estaban, sin avanzar más. O tal vez, pensaba su retorcida mente, le confesase que sentía hacia su persona un amor incondicional que superaba las fronteras de lo racional, o lo que es lo mismo, que la quería igual que ella a él. Pero en ese preciso instante, en esos segundos de placer infinito, lo único que tenía importancia era la sensación de aquellos labios sobre los suyos.

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Chicas perdon...!!! Dios se me hizo mega tarde pero aqui esta el Cap..besos

35 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE BONITO
JACOB CHAPÓ
OLE

Anónimo dijo...

OTRO CAPITULO

Anónimo dijo...

felicitaciones

Anónimo dijo...

que fuerte
que fuerte
que fuerte
y jacob eres lo mejor ya pensaba yo que se iva a poner en medio

team crepusculo dijo...

queremos mas capitulos
estoy enganchada
soy española

andreita dijo...

no me imaginaba eso de emmett
jaajajajajaja
bss

paloma dijo...

alguien me puede decir cuantos capitulos tengra mas o menos

ana dijo...

que sepais que me e leido todos los capitulos entre ayer y hoy
y tengo que admitir me estoy enganchada ala historia
bsss

toño dijo...

no podreis subir otro capitulo goy esque no podre aguanttar hasta el martes
felicitaciones

cleopatra dijo...

toño tiene razon pasa muchos dias sin tener otro capitulo
bss

All You Need is Love fans dijo...

creo que queremos mas capitulos
al menos yo y mis amigas estamos engachadas a la historia y estamos tol dia pendiente si suben o no mas capitulos

Anónimo dijo...

si hacemos 15 comentarios alomejor suben otro capitulo

fanatica dijo...

bueno pues entonces tendre que contribuir para que eso ocurra jajaja
bueno un bss y felicitaciones para la que hace la historia y la que la sube a la pag
eres o sois lo maximo
estoy super enganchada a la historia
me e imaginado a alice cantado y bailando
jajajajajaa

Anónimo dijo...

HOLA SOY DE ESPAÑA Y YA ESTOY DESEANDO DE VER EL CAPITULO DE HOY JAJAJA
ESTOY ENGANCHADA A LA HISTORIA QUE BONITA
BUENO UN BESO PARA LA QUE LO ESCRIBER Y LA QUE LO PUBLICA
BUENO A TODOS Y TODAS UN BESO MUY FUERTE Y QUE SEPASIS QUE RECOMIENDO ESTA PAG PORQUE MOLA MUCHO

Anónimo dijo...

jajajaja
q risa cuando pillo seth a bella y a edward en pleno beso
que bueno

fanatica dijo...

no se ustedes pero yo no aguanto mas dias sin capitulos queremos mas
a besoooooooooooos para todos

Anónimo dijo...

(Y no me digas que se cayó y le dolía y le diste un beso para consolarla, no soy un crío )
este seth

carmelo dijo...

otro capitulo porfavor
bss

diana dijo...

hay ahaya hay me tengo q aguantar?????? booooooooooooooooooooooooo noooooooooooooooooooooooo no me aguanto plis otro capi porfiiiiii besos

NENITA CULLEN dijo...

OTRO KAPI PLIX PLIX JEJE XFA XFA XFA NO ME PUEDO AGUANTAR HASTA EL MARTES ME MUERO CREANME INTRIGADA DE SI AL AMOR DE MI VIDA LEGUSTO Y AHORA MAS INTRIGADA KON ESTE KAPI K SUBIERON ES MUXA PRESION JIJI^^
SUBAN OTRO
BESOS Y ABRAZOS
SON LO MEJOR LAS KIERO Y LAS KEREMOS TODDOS

rodrigo dijo...

otro capitulo queremos otro capitulo
otro capitulo queremos otro capitulo
otro capitulo queremos otro capitulo
otro capitulo queremos otro capitulo
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otro capitulo queremos otro capitulo
otro capitulo queremos otro capitulo
otro capitulo queremos otro capitulo
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pawooolax black dijo...

ooooooooottttttttttttttttrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrooooooooooooooooooooooooooooooooo kkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaappppppppppppppppppppppppiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitttttttttttttttttttttttuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuullllllllllllllllllllllllllllllllllllooooooooooooooooooooooooooooooooo ppppppppppppppppppppppppppllllllllllllllllllllllleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssssssssssssssssssssssssssssseeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee^^ ^^ ^^
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxffffffffffffffffffffaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
iiiiii lllllllooooooovvvvvveeeeeee jjjjaaaccccooooobbbbbb

adrix dijo...

HOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO por dios son fabulosos ya quiero leer los proximos, besos y espero que nos dejes pronto mas capitulos para deleitar nuestra imaginacion. te adoro por las estupendas historias. las 2 que nos estas mostrando, nos tienes pediente de cada paso byeee

rosalie salvatore dijo...

ahhhh me encanto el capitulo!!! al principio no me gusto nada que apareciera jacob en la historia, ahora me arrepiento jeje ♥ ♥ pensé que se iba a poner en medio pero como no lo hizo me encanto, otro capitulo porfa no puedo esperar hasta el martes.

Anónimo dijo...

queremos mas capitulos jajajajaja

Anónimo dijo...

queremos mas capitulo porfa estamos deseando de leer lo que pasara

Andrea =p dijo...

aaaaay!!!!! porfavor otro capi porfi uno mas de verdad genial menos mal k no sa metio en medio Jacob...jiji no se si voy a aguantar asta el martes=S porfavorrrrrrrrsubid uno mas plis plis!!!

fanatica dijo...

mas capitulos queremos mas capitulos

Anónimo dijo...

Si llegamos a suben otro??=) jijiji plis otro capitulito!!!!!

Anónimo dijo...

queremos mas capitulos que no tenemos hasta el martes

Anónimo dijo...

ya van como 30 comentarios!!
SUBAN OTROOOOOOOOOOOO

Anónimo dijo...

otro capituloOoOOO!!!
jiji pillada de seth !!!=)

diana dijo...

viste somos una bandaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! queremos mas !!!queremos massssssssssssss

Claire dijo...

jaja chicas se pasan..lo hare de nuevo pero solo por esta vez
y por que las adoro hahahaha
pero andenle no lo voy a hacer siempre ahi va el nuevo cap...XD

Ela team eddi-jake dijo...

Simplemente Geeeeeeennnnnniiiiiiaaaallllll tienes que hablar con alguien publicar un libro eres excelente y maravillosa y le pagina esta guay
es de locos son lo mejor xoxoxoxoxo!!!!!!!!!