Destino, Sueño o Realidad?

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Capitulo 17

Hermoso Amanecer

Edward
A pesar del agotamiento de ayer, dormí pocas horas y sentí haber descansado semanas completas, estaba lleno de tranquilidad, al tratar de desperezarme, sentí un peso en mi pecho, abrí mis ojos abruptamente al recordar a la bella mujer que estaba en mi cama; y allí estaba, recostada sobre mí, con su largo cabello arremolinado por mi pecho y sus brazos, desnuda y vulnerable, tome un mechón de cabello que estaba sobre su rostro y lo acomode detrás de su oreja, el roce la hizo moverse girándose y abandonando mi pecho, se recostó sobre la almohada, decidí levantarme e ir en busca del desayuno para mi reina, me coloque unos vaqueros, una playera y mis Nike, no sin antes recoger su ropa del piso y guardarla bajo llave. No quería que se me escapara, quería retenerla costara lo que costara, Salí busque el Starbucks más cercano, compre dos cafés inmensos, a ambos nos encantaba la cafeína, dos rollos de canela, cerca había un supermercado y busque dos ensaladas de fruta.

Serví las ensaladas en dos platos, tome cubiertos y acomode los dos cafés extra grandes y los rollos de canela en una bandeja, avanzaba por el pasillo de mi habitación y el silencio avivo mis nervios, se habrá ido, pensé lleno de pánico, al empujar la puerta de mi habitación, seguía allí dormida boca abajo con su espalda totalmente descubierta, su blanca piel era más hermosa de lo que había visto la noche anterior, parecía suavizada con nubes, deje la bandeja a un lado, me quite la playera y me acomode a su lado, el movimiento en la cama hizo que se retorciera volteando su rostro hacia mí, la mire de cerca con la luz del sol entrando por el balcón, su nariz y pómulos estaban llenos de diminutas y hermosas pecas, le daban un aire de inocencia, una llamo especialmente mi atención, se encontraba en toda la puntita de su recta nariz, no pude contenerme y la toque, comenzó a rascarse su nariz como un cachorrito, me sonreí al verla así.

Buenos días hermosa _le dije al oído_

Abrió sus ojos medio asustada, al verme vi comprender en sus ojos que no estaba soñando, que en realidad estaba aquí junto a ella, se recompuso y se giro completamente hacia mí, recostándose a la cabecera de la cama dejando sus senos a mi merced.

Hola _respondió_

Como dormiste _le pregunte_

Excelente, mejor que nunca _me respondió_

Me encanto su respuesta, quería besarla pero tenía miedo de acercarme, me estaba muriendo por hacerlo, esos labios rosados y jugosos me llamaban y sus ojos miel me hipnotizaban.

Tome su mano y la bese.

Gracias por quedarte conmigo _dije_ te traje desayuno _le dije acercando la bandeja_

Gracias, la verdad estoy hambrienta _dijo con vergüenza_ saliste a Starbucks. ¿Por qué no me despertaste? _dijo cuando vio los cafés_

No quería que huyeras _le regrese_

¿Por qué lo haría? _me regreso. Por tus prejuicios de la diferencia de edad pensé_

Desayuna _después hablaremos_

En realidad quería saltarle encima, que mi desayuno fuera ella, pero quizás su reacción no fuera la mejor, de todas maneras ayer había mucho alcohol de por medio y hoy todo era diferente quería tantear el terreno, no quería ahuyentarla, la quería para mi, tenía que demostrarle que cuando se desea, se necesita y se ama, como yo lo hacía con ella, lo demás sobraba; pero, que había pensado yo la amaba, desde cuando, como había pasado, no tenia respuestas pero ese sentimiento me llenaba el alma, el corazón, el cerebro y todo mi cuerpo, no necesitaba racionalizarlo, simplemente no tenia explicación. Yo la amaba.

¿Por qué te has quedado tan callado? _me pregunto_

Pensando en todo lo que paso en esta semana _mentí_ desde que te conozco, en mi viaje frustrado a Londres, mi regreso intempestivo, en ti y lo que vivimos anoche.

Se quedo mirándome y sus mejillas se colorearon, Bella se ruborizo, increíble se veía hermosa e inocente.

¿Por qué regresaste tan rápido?, es decir por qué no fuiste a Londres _me pregunto_

Necesitaba que Bella fuese entendiendo lo que ella significaba para mí, así que hablaría sin tapujos.

Necesitaba estar cerca de ti, me estaba invadiendo el miedo que conocieras a alguien más, que fuera real y no solo una voz, que te entregaras a otra persona, yo te quería para mí.

Y que quieres de mi Edward _replico nuevamente, su pregunta estaba llena de incredulidad ante mi respuesta_

A ti y todo lo que eres _le dije_ es lo único que quiero, acaso es mucho pedir.

Sonrió ante mi respuesta. Se acerco a mí y me beso con ternura, ese beso despertó al monstruo en mí.

Gracias _me dijo_

No, gracias a ti, me salvaste de mi mismo, solo déjame estar contigo, es lo único que te pido, déjame a mi agradecerte por entrar en mi vida.

Aparte la bandeja, dejándola sobre la alfombra, me acerque a ella y me senté a horcajadas sobre ella, déjame amarte bella. Bese sus labios suavemente, baje por su mentón hasta el hueco de su cuello, el lóbulo de su oreja y el hueco de su clavícula, ella pasaba sus uñas por mi espalda causándome un cosquilleo enloquecedor, llegue hasta sus senos, besándolos, acariciándolos, ella tomo el botón de mis vaqueros y lo abrió, metió sus manos en mi trasero apretándolo, me levante los saque de mi tirándolo al piso, la hale al orillo de la cama quedando sentada con las piernas en el suelo y sus brazos hacia atrás aguantando el peso de su cuerpo, me hinqué ante ella, ante mi reina y me acerque a su centro, lo mire con deseo, abrí mas sus piernas, vi su clítoris carmesí, palpitante de deseo por un simple roce, levante mi vista y la observe, mirarme suplicante.

Pruébame _ordeno_ como su esclavo lo hice, acate sus ordenes, yo estaba a su merced.

Su gemido al sentir mi lengua fue casi un lamento de desespero, lamí su entrada y su clítoris, arrebatado con su exquisito sabor, mi ego se elevo, al ver como yo, el simple niño, que ella pensaba que yo era, causaba ese efecto en ella, sonreí entre sus piernas, e introduje sin previo aviso un dedo, la mire, sus ojos se abrieron desmesurados, jadeo de placer, volví mi lengua a su centro, mientras movía mi dedo dentro y fuera, sintiendo su calor, su olor, su sabor y su deliciosa humedad, tomo mi cabello presionándome contra si, moviéndose para mí, la sentí temblar, contraerse en mi dedo, anunciando su orgasmo, saque mi dedo introduje mi lengua lo más profundo que me fue posible, bebiendo su embrujante elixir, con su siguiente contracción introduje fuertemente dos dedos en su interior, sin dejar de lamer su caliente e hinchado clítoris; sus jadeos eran como las notas de mi piano, provocaban en mi la adicción de seguir tocando mas y mas; la sentí llegar en mis dedos, en mi lengua, era exquisita, abrí mis ojos para no perderme ni un segundo de sus temblores y el sonido de mi nombre entre sus labios me llevo al cielo junto con ella.

Bella, estaba recostada mirando el techo, yo seguí hincado frente a ella, viendo su pecho subir y bajar por su respiración agitada, conmigo todavía a sus pies, se incorporo sin quitar sus ojos de los míos, se sentó una vez recuperada y me hizo levantar, paso suavemente sus dedos desde mis hombros, por mis abdominales hasta mi erección, la tomo entre sus manos, un jadeo salió de mis labios.

Edward, déjame agradecerte, por salvarme de mí y mis miedos _me dijo con sinceridad regresando y mejorando mis palabras hacia ella, en sus ojos había lagrimas, trate de detenerla y abrazarla, quería saber por qué sentía miedo.

Bella, ¿Por qué lloras? _le pregunte_

No, todo está bien, estoy bien, me siento tranquila y liberada _respondió_ ya hablaremos después.

Se acerco a mí, lentamente poniendo uno de sus dedos frente a sus labios, cuando quise protestar, sonreí ante su orden, tomo entre sus labios mi glande, la sensación de calor y humedad, hizo que mi miembro palpitara a su contacto, lo introdujo lo más profundo que pudo en su boca, con una mano tomo mi miembro desde la base, provocándome, se movía lentamente, desesperándome, moviendo su boca y su mano acompasadamente, mirándome de vez en cuando a los ojos, recogí su cabello con mi mano para mirarla recorrer mi erección, se retiro de mi saboreándose, Bella era endemoniadamente sexy, sabía lo que hacía, demostrándome que su edad no era en vano, tomo mi escroto con su otra mano presionándolo deliciosamente, acaricio desde abajo, lo lamio y paso su lengua desde la base de mi pene hasta el glande varias veces, haciéndome jadear incesantemente.

Bella, por favor _le susurre entrecortado_ no puedo más con esta tortura.

La alce de la cama, la bese profundamente y la empuje con delicadeza, cayendo sobre los almohadones, me acomode sobre ella, con mi miembro palpitante en sus pliegues vaginales, tome mi dureza restregándola contra su entrada y su clítoris, ambos jadeamos ante el contacto, ardíamos de pasión.

Edward, te necesito en mi _suplico_

La penetre lentamente, disfrutando de su estreches, de su calor, de su humedad, ella jadeaba a cada centímetro.

Edward, me gusta, más por favor, quiero sentirte.

Esta mujer era adictiva, no sé en qué momento, me envicie de ella, pero la necesitaba para vivir, y no quería rehabilitarme, no me importaría morir o enfrentarme a lo que fuera, ella lo valía.

Nos movíamos desenfrenados, ella metió su dedo en mi boca, me hizo chuparlo para ella, tomo de mi saliva y llevo su mano entre nosotros, a su clítoris, se acariciaba frente a mí, mientras yo la penetraba con fuerza, haciéndome morir de lujuria.

Así, Bella muévete para mi, acaríciate para mi _susurre_

Ella me miraba con ojos que destellaban pasión y locura.

Eres única, eres mi postre de coco y pecas _le dije jadeante, tocando su nariz pecosa, cuando alcanzamos juntos el éxtasis.

Y tu mi ángel salvador _me regreso sonriendo, aferrándose a mí.

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listo chicas, aki esta por fin Destino, y lo subire lunes y jueves.

recuerden comentar y votar.

Con Amor Alejandra Rivas ; )