domingo, 6 de febrero de 2011

Life's little choices 2


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Capitulo 9

Cerca de Ti

Bella POV (Lemmon)

Cuando me desperté las sombras en la pared eran largas y bajas, dejándome saber que tan tarde era. Me estiré y me di la vuelta, esperando encontrar a Edward, pero sólo encontré mi cama vacía. Fruncí el ceño, preguntándome a donde podría haber ido.

La puerta del baño se abrió contestando mi pregunta. "Hola, dormilona" me saludó con una sonrisa.

Me tomo un momento recordar como hablar, me sentí en la gloria estando tan cerca de un Edward casi desnudo, vistiendo solo sus bóxers gris oscuro. "Te extrañe" dije, estirando mis brazos hacia él.

En pocos segundos Edward estaba conmigo, abrazándome con fuerza. "Te amo" murmuró, sus labios presionados sobre la sensible piel de mi cuello.

"También te amo. Te extrañe."

"Ya lo habías dicho." Se rió entre dientes, levantándose para besar mi frente.

"Y sigue siendo verdad. Hueles bien." Suspire, acercándome más a él.

"Acabo de tomar una ducha."

"¿Tomaste una ducha sin mi?" pregunte, fingiendo estar enojada.

"No me opondría a tomar otra." Bromeó, su voz sonando perfectamente aterciopelada.

Sonreí y bese la parte de su pecho que estaba más cerca de mis labios. "Bien, por que mi estomago se siente pegajoso por el gel y no quiero pasar más tiempo lejos de ti."

"Entonces, definitivamente debemos conservar los recursos limitados de la Tierra y bañarnos juntos." Dijo Edward, rodándonos en la cama y poniéndose en pie conmigo en sus brazos.

"¿Qué esta haciendo, señor Cullen?" pregunte, tratando de no sonreír por sus acciones.

"Bueno, señora Cullen, estoy llevando a mi esposa al baño, donde la desnudare, la meteré a la ducha, y con suerte, ella estará tan agradecida que me permitirá adorar su perfecto cuerpo."

"Creo que eso suena como un excelente plan." Dije, no pude contener mi sonrisa por más tiempo.
"Y definitivamente debemos tomar ventaja de eso mientras podamos. Antes de que sea una
grande e hinchada ballena, y el sexo en la ducha pase a ser algo del pasado."

"Tú nunca serás una ballena, y será solo por un corto tiempo." Se rió entre dientes, me dejo en el piso y después se volvió a abrir la ducha.

Una vez que él removió toda nuestra ropa, entramos a la ducha juntos. El agua caliente se sentía como una maravillosa cascada por mi espalda. Edward puso su cabeza debajo de la llave, empapando su cabello y después sacudió la cabeza hacia mí.

Las gotas de agua estaban más frías que el agua de la ducha y grite por el cambio de temperatura. "Edward." Me reí, tratando de tapar mi cara con mis manos cuando volvió a mover su cabeza hacía mí. "¿Qué estas haciendo?"

Salió una profunda risa de su pecho y me abrazó, besando mi mejilla "Solo quería escuchar esa maravillosa risa tuya."

Levanté mis brazos, envolviendo su cuello, y presione mi cuerpo contra el suyo. Sus ojos se cerraron cuando un pequeño gemido escapo de sus labios. Sus brazos envolvieron mi cintura, presionándome fuertemente, mientras descansaba su cabeza en mi hombro, acariciando suavemente mi cuello con su nariz. "Te amo." Suspiró, sonando sumamente contento.

"También te amo."

Edward comenzó a tararear una canción, una que nuca había escuchado antes, y nos balanceamos juntos bajo la cascada de agua.

Me reí de nuevo "Solo mi maravilloso esposo pensaría en bailar bajo la ducha."

Besó mi hombro, pero no dijo nada por respuesta.

Trate de estar en el momento con él, disfrutando de este maravilloso y dulce gesto, pero la curiosidad se apodero de mi y necesitaba saber algo. Me encogí de hombros, logrando que Edward levantara la cabeza y tome su rostro entre mis manos "Edward, ¿Qué estabas pensando cuando vimos la imagen en el monitor esta mañana?"

Sonrió y besó mi mejilla mojada. "Estaba pensando que era la cosa más maravillosa que había visto en mi vida, y que nunca habrá algo con lo que te pueda pagar el milagro que estas trayendo a nuestras vidas"

"Hey, la mitad es tuyo, y lo sabes." Bromeé.

"Si." Se rió entre dientes. "Pero esta creciendo dentro de ti." Agregó, pasando su mano sobre mi estomago y dejándola en esa posición. "Te amo, Bella. Y estoy muy feliz por el bebé."

"Bien." Dije, besando sus labios "Por que en toda mi vida nunca había estado más feliz."

Una enorme sonrisa apareció en su rostro y sus ojos verdes brillaron. "¿Es verdad eso que dices?"

"Nunca te mentiría en algo tan importante." Le prometí.

Se las arregló para hacer su sonrisa aun más amplia que antes y presiono nuestros labios en un dulce beso. Amaba los besos de Edward – no es que tuviera algo con que compararlos o que alguna vez quisiera compararlos. Había algo en la manera en que los hacia tiernos y amorosos, pero con gran pasión al mismo tiempo… me hacia derretirme en sus brazos, deseando que nunca necesitara dejar de besarlo.

Me aleje de él mucho antes de lo acostumbrado, me quede sin aliento mientras me aferraba a Edward. "No me agrada mucho hacer eso." Murmuré.

"¿Qué?" se rió entre dientes, probablemente confuso por mi actitud.

"Al parecer, ahora no podre besarte por mucho tiempo." Suspire. "Me siento como si no te hubiera tenido cerca el tiempo suficiente."

"Bueno, podemos tener montones de pequeños besos." Dijo. Inmediatamente comenzó a llenar mi cuello con pequeños besos, succionando ligeramente mi piel.

"No me dejes marca." Suspire, inclinando la cabeza para darle más acceso a mi cuello. "A Emm no le agradaría"

"Tu hermano de miedo se fue a casa ayer, amor." Se rió entre dientes. "Puedo marcarte todo lo que quiera."

"Esta bien, pero tú tienes que explicarle la marca a mis estudiantes."

"Son estudiantes de universidad, Bella. Saben que significa."

"Edward." Le advertí.

"Te compraré blusas de cuello alto." murmuró, mientras continuaba asaltando mi cuello.
"Odio el cuello alto."

Suspiró antes de depositar un último beso en mi cuello. "Esta bien, tú ganas."

"De todas formas, el resto de mi cuerpo se empezaba a sentir descuidado." Bromeé, escondiendo mi sonrisa de él.

"Oh, bueno definitivamente no puedo permitir eso." Dijo, antes de levantar mi barbilla y cubrir mis labios con los suyos.

Las manos de Edward comenzaron a viajar a través de mis costados y se ahuecaron en mis pechos, tal como lo había hecho miles de veces antes. Solo que esta vez, me dolió. Me alejé de él, maldiciendo en voz baja.

"¿Qué?" preguntó, luciendo completamente en pánico. "¿Qué pasa, Bella?"

"Duele." Me quejé, sin quitar mis brazos cruzados frente a mí.

"¿Qué duele?"

"Cuando presionaste mis pechos." Explique.

"No creo que los estuviera presionando, pero igual lo siento. ¿Te han estado molestando últimamente?"

"Solo con un poco de dolor, pero no le he estado prestando atención a todo lo que me ha estado pasando."

"Bella, tienes que prestar atención a todo lo que sientes." Me advirtió, poniéndome cariñosamente dentro de sus brazos. "Se que te preocupas por no ser egoísta, pero es el momento en tu vida en que tienes que ser egoísta. ¿Entendiste?"

"Si." Gemí.

"Si eso te molesta demasiado, piénsalo de este modo: te ocupas de nuestro bebé, ocupándote de ti misma."

"Eso suena mejor."

Edward bajo su cabeza para quedar a mi altura. "Entonces, ¿Por qué todavía luces enojada?"
"Por que tengo que ir de compras. Y te lo advierto ahora, Edward Culle. Si dejas que Alice se entere que fuimos de compras sin ella, en serio lo lamentaras."

"¿Por qué vamos a ir sin ella?" pregunto, luciendo completamente confundido.

"Por que este no es un tipo de compras que me sentiría cómoda haciendo con ella. Sin hablar de que haría un espectáculo por eso."

"Bella, por favor. No puedo leer tu mente y estas hablando en círculos."

"Necesito nuevos sujetadores, Edward. Parte de la razón es que estoy tan hinchada que me duele usar los que tengo."

"¿Y no habías mencionado eso antes por que…?" preguntó, con un familiar aspecto de enojado en su rostro. No podía soportar escuchar que yo me había negado a algo por ninguna razón. Siempre estaba centrándose en que yo fuera feliz y tuviera todo lo que yo podría querer o necesitar. Era increíblemente dulce por su parte, pero también un poco molesto por que yo no necesitaba o quería mucho – solo lo quería a él.

"Por que estamos en medio de las vacaciones, en casa, con nuestra familia, por un corto periodo de tiempo y fue una de las ultimas cosas en mi lista de cosas por hacer."

"Isabella." Suspiró.

"No uses ese tono conmigo." Declaré, sintiéndome culpable por todas las emociones por las que lo había hecho pasar a lo largo del día. "Te prometí ponerme a mí en primer lugar, pero dame un descanso. Siento que la idea de comprar un nuevo sujetador con Alice me asusto lo suficiente para mantenerme con los viejos, pero antes de estar mucho tiempo con el exuberante duendecillo prefiero tirarme del cabello. Y con la forma en que he estado sintiéndome últimamente…" no pude terminar mi oración, solo empecé a llorar una vez más. Estúpidas emociones. Estúpido sujetador. Estúpidas compras.

"Bella, relájate." Me arrulló Edward, manteniéndome cerca. "Esta bien. Tendremos cuidado para ir juntos y Alice nunca lo sabrá. Te lo prometo."

"Lo siento. Mi estado de ánimo esta totalmente arruinado."

"Hey, vine aquí queriendo estar cerca de ti. La última vez que mire, estabas desnuda y en mis brazos, que parece bastante cerca de ti."

"¿Cómo haces para hacerlo siempre?" solloce, relajándome contra él.

"¿Hacer que?"

"Decir las cosas perfectas para hacerme sentir mejor."

"Es mi trabajo."

"Bueno, realmente eres bueno en eso." Me reí, limpiando mis lágrimas. "Como en el club. ¿Cómo llegaste a esas palabras tan rápido?"

"Viviendo contigo, y procesando rápido lo que piensas, he aprendido a saber que decir. Eso, y que la verdad es fácil de decir."

Puse mis brazos alrededor de su cuello y le sonreí. "Dímelo de nuevo, por favor"

"¿Toda la disculpa o solo el final?" pregunto, con esa enorme sonrisa que siempre me derretía.
"Todo."

"Isabella, lo siento. Siento que no haya nada que me asuste tanto como una vida sin ti, y eso me convierta en un tirano y un estúpido. Siento hacer las cosas para ti más estresantes y no menos. Siento que mis intentos para protegerte siempre parecen frustrarte y arruinar tu buen humor. Lo siento, no parece ser lo correcto por decir o hacer por que nunca he sido un marido o un padre antes y no hay ningún libro en el mundo que me pueda explicar tu maravillosa y compleja mente. Bella, te amo demasiado, y tienes todo el derecho de enojarte conmigo. Eres fuerte, inteligente, independiente e increíblemente maravillosa y tengo que aprender a recordar eso, sin importar cuanto me asuste. Todo lo que quiero esta noche es estar cerca de ti, aunque no lo merezca, por favor no te enojes tanto como para querer pasar la noche alejada de mí. Tú significas más para mí que las simples palabras que pueda decir y te prometo calmarme y retractarme. Te amo, Isabella."

"Eres un mentiroso." Me reí entre dientes, besando ligeramente sus labios. "Puedes transmitirme tantas cosas con una simple palabra. Y solo tu eres capaz de inventar un discurso frente a una mujer embarazada."

"Gracias." Se rió entre dientes, besando mi frente "Ahora, vamos a limpiarte antes de que el agua caliente se acabe." Estiro las manos detrás de mí y cogió la esponja, entregándomela.
Levante una ceja, esperando su explicación: nunca me daba la esponja, ni quiera la primera vez que nos bañamos juntos.

"No estoy seguro de los lugares que están sensibles en estos momentos, así que pensé que estaría bien que te lavaras tú." Explico.

"Mis sentimientos están más sensibles que mis pechos, así que antes de que necesites darme un nuevo discurso, creo que es mejor que pongas algo de jabón en la esponja y te ocupes en lavarme." Le dije.

"Definitivamente esto va a ser una interesante experiencia." Se rió entre dientes, agarrando la botella de jabón corporal con aroma a fresas.

"¡Acostúmbrate, papá! Tenemos algunos meses más para lidiar con este embarazo." Le dije, poniendo un poco de acondicionador en mi cabello mientras él terminaba con la esponja.

"Sus deseos, mis ordenes, mami." Se rió entre dientes.

Una vez que termine con mi cabello, el giro su dedo y seguí sus instrucciones, volteándome para darle la espalda. Movió mi cabello hacia mi hombro y tiernamente comenzó a frotar mi cuello y espalda.

"Estoy encantado de que me dejes hacer esto." Dijo, frotando la esponja en suaves círculos en la parte baja de mi espalda.

"Eso dices ahora." Suspire, amaba la forma en que mis músculos se relajaban debajo de su tacto. "Solo espera hasta que este enorme y no pueda ver mis propios pies."

"Entonces, hare esto, pero lo hare aun mejor, te describiré tus pies y te hare saber lo que están haciendo."

"Ed-ward." Me reí.

"Bel-la." Se rió entre dientes, había pasado a la parte trasera de los muslos y pantorrillas. "Te amo, Bella. No me importa cuanto peso ganes. Solo me importa que tú y el bebé estén sanos"
"Quiero hacerte una pregunta y espero que prometas contestarme con la verdad."

"¿Esto es un truco para ver como reacciono al verte llorar una vez más?" golpeo la parte trasera de mi pierna "Gírate por favor."

"No." Dije, volteándome hacia él y viendo dentro de esas esmeraldas verdes que tanto amaba. "Estoy siendo seria y espero no llorar."

"Bien." Replico, con una cautelosa mirada de curiosidad en su rostro. "¿Cuál es tu pregunta?"
"¿Cómo se siente realmente Emmett por el bebé?"

Edward de pronto pareció muy interesado en mis piernas mientras lavaba la espinilla y la rodilla. "Bella, sabes que Emmett te ama mucho."

"Lo se."

"Y sabes que se preocupa mucho por ti, como si fueras su hija y no su hermana menor."

"También estoy de acuerdo con eso."

"Tiene algunas… preocupaciones, pero en general, esta feliz por el bebé y por nosotros."

"¿Cuáles son sus preocupaciones?"

"Para empezar, le gustaría vernos en nuestra propia casa antes de que llegue el bebé. Esta preocupado sobre si regresaras a enseñar después de que el bebé nazca. Básicamente, quiere asegurarse de que estas completa y verdaderamente feliz y que no te conformes con nada debido al bebé."

"Como si tú alguna vez de dejaras conformarme con algo." Grite, causando que el sonido hiciera eco en el cerrado espacio. "Lo siento."

"Esta bien." Me aseguró Edward cuando se levanto y me sostuvo en sus brazos. "Se que estarás furiosa justo ahora, solo trata de calmarte antes de hablar con él. Realmente solo desea lo mejor en su corazón."

"No, ese eres tú. Emmett solo quiere tener el control."

"No, Bella. Él y yo hablamos y se disculpo por interponerse en nuestras decisiones en el pasado.

Realmente quiere hacer lo mejor para ti. El ofreció que arregláramos la casa de tus padres y la vendiéramos, y luego repartir las ganancias y así poder comprar nuestra propia casa."

"¿Realmente dijo eso?" pregunte, queriendo tanto a Emmett por aceptarlo. Nunca había perdonado totalmente a Edward por la forma en que nos fugamos para casarnos, le gustaba pensar que cualquier cosa que dijera Edward había hecho que me fuera, conociendo muy bien lo obstinada que podía ser. Y yo no quería nada más que llegara la noche en que me convirtiera en la Señora de Edward Cullen, de modo que era exactamente lo que había hecho. Edward nos había llevado a las Vegas y nos habíamos casado en una linda y pequeña capilla.

"Si, amor. Lo hizo." Dijo Edward, regresando mi atención a él.

Pude decir por el rostro de Edward que estaba siendo completamente honesto; no es que alguna vez me mintiera, más bien me endulzaba la verdad "El oso." Sollocé, luchando contra las lágrimas. "Puede ser realmente dulce en ocasiones"

"Él te ama, Bella."

"Si, pero tú me amas más." Dije, sonriendo para él. ¡Mierda, estos cambios de humor me molestan! Necesitaba encontrar la manera de controlarlos. Tal vez llame esta noche a Rose.

"Absolutamente." Edward se rió entre dientes. Bajo su cabeza y me besó dulcemente, pero en este momento yo quería algo más que dulzura.

Mordí ligeramente su labio inferior y recibí un maravilloso gemido por respuesta. "Te amo."
"También te amo. Deja de distraerme para poder terminar esta ducha mientras el agua todavía este caliente." Dijo.

"Si, señor." Me reí entre dientes.

Edward fue extra cuidadoso cuando lavo mi pecho y estomago, sabiendo muy bien que me estaba llevando a un frenesí. Pero todo estaba bien, se lo regresaría pronto. Me comporte por el resto de mi sensual ducha e incluso después de que me sacara para secarme, aunque fue muy duro mantener mis manos para mi misma en es momento.

Envolví mi cuerpo en una grande, suave y esponjosa toalla y me dirigí a la habitación, dejando a Edward solo en el baño. Rápidamente llegue a mi tocador y saque el camisón azul oscuro de seda que me había regalado Edward por navidad. La pase sobre mi cabeza, tirando de las partes que se pegaban en mi piel aun húmeda, hasta que estuvo bien puesta y abrazando cada parte de mí. Rápidamente me subí a la cama y me estire, descansando la espalda contra la cabecera. Hice mi cara tan inocente como podía y espere a que llegara Edward y descubriera su sorpresa.

"Así que, ¿te sientes bien para discutir sobre la casa ahora?" pregunto Edward, saliendo del baño con sus bóxers y con una toalla sobre su cabeza.

"Podemos hablar si quieres." Dije, tratando de no reírme. Siempre me sentía un poco tonta tratando de seducirlo, a pesar de que el juraba que ni siquiera tenía que intentarlo.

"Bueno, yo…" fue todo lo que dijo, por que tiro la toalla de su cabeza y encontró su sorpresa.

"¿Su estado sin palabras significa que se me ve tan bien como pensaste que lo haría?" pregunte.

"Es mejor." contesto sin aliento.

Estuvo en la cama tan rápido que me fue difícil verlo cuando cruzo la habitación. Sus manos agarraban mis caderas posesivamente y sus labios se movían ansiosamente contra los míos. Su lengua apenas acaricio mis labios y yo los abrí ansiosamente para él, dejando que su lengua explorara y se apoderara de la mía.

Sin embargo, no llegamos a disfrutar del beso por mucho tiempo. Tuve que separarme para tomar un poco de aire fresco. A Edward pareció no importarle, movió sus labios al hueco detrás de mi oreja y beso cada parte de mi cuello. Mis manos fueron a su cabello, enredándolos en su sedosidad y guiándolo para dirigir sus besos a donde más los quería.

"Edward." Suspire, amando la sensación de tenerlo contra mí.

"¿Demasiado peso?" pregunto, inmediatamente alejándose de mí.

"No, era perfecto." Hice un puchero. "Regresa."

Se rió entre dientes, pero se acerco, presionando ligeramente su cuerpo contra el mío. Agarre sus hombros y me permitió ponerlo tan solo un poco más cerca de mí. Me reí entre dientes, pensando en lo sobreprotector que Edward podía llegar a ser, pero mi risa fue rápidamente olvidad cuando él presiono sus labios contra mi piel. Mi piel hormigueaba donde sus manos y labios me tocaban, como siempre lo hacia. Me pregunte si esto era por lo mucho que nos amábamos el uno al otro, o si era solo por que se traba de Edward. No me sorprendería en lo más mínimo si fuera por él, después de todo prácticamente era perfecto. Y no por que hiciera todo bien la primera vez. Era por que él nunca dejaba de intentar hacer lo mejor para nosotros. Un simple "Lo siento" estaría bien para mí, pero Edward siempre era un gran esposo, queriendo que supiera lo mucho que sentía el gran error que había cometido.

Comenzó a besar mi hombro, moviéndose lentamente a través de mi cuerpo hacia mi otro hombro. Mis manos viajaron hacia abajo, hacia sus caderas, amaba la forma en que se sentían sus tensos muslos bajo mis dedos. Había conseguido enganchar los dedos en su cintura cuando se alejó de nuevo. Un gemido se me escapó y Edward se rió de mi impaciencia.

"Paciencia, Isabella." Sabia que intentaba sonar severo, pero podía ver en sus maravillosos ojos verdes que quería esto tanto como yo. Él estaba tratando de ser el Edward protector.

"Edward, por favor no me trates diferente. Al menos no en esta área. Necesito sentir que esta única parte de nuestra vida juntos no sufrirá un gran cambio"

"Tonta Bella." Suspiro, apretándome fuertemente contra él. "No puedo ignorar el hecho de que estas cargando a nuestro bebé y necesito tratarte con cuidado."

"Tú no puedes herirme o al bebé, Edward." Puse mi mano contra su mejilla y mire dentro de sus ojos verdes. "Nunca podrías herirme."

Se rió entre dientes y sacudió su cabeza hacia mí. "¿Por qué siempre me pides cosas que no te puedo dar?"

"Puedes hacerlo, pero no quieres por que estas en modo Edward protector. Pero yo quiero al esposo Edward que ama a su esposa y quiere tener maravilloso sexo con ella."

Edward enterró su rostro en mi cabello, tratando de esconder su resoplido, pero fue demasiado fuerte para que funcionara.

"¿Por favor, Edward?" susurre, pasando mis cortas uñas por su espalda. "Por favor ámame."

"Te amo, Bella." Dijo, levantando su cabeza y mirándome. "Te amo más que cualquier cosa o persona en todo el mundo."

"Entonces ámame como normalmente lo haces, al menos por esta noche. Por favor."

"Vas a ser mi muerte, Isabella Cullen." Replicó, sacudiendo un poco la cabeza.

Sonreí por mi victoria cuando sus labios comenzaron a acercarse a los míos. El beso fue todo lo que yo quería de él, lleno de amor, ternura y tanta pasión que hacia que mi cabeza girara…o tal vez era que me olvide de respirar, de nuevo.

Muy lentamente, sus dedos comenzaron a deslizar el camisón sobre mi cuerpo, y finalmente lo saco por mi cabeza. Sus ojos vagaron a través de cada centímetro de piel expuesta y sus labios le siguieron después. Finalmente, detuvo la dulce tortura para poner un ardiente beso en mis labios y me pregunte si esto era algo parecido al cielo. Por supuesto, en cualquier lugar donde estuviera Edward era el cielo para mí.

Cuando sus labios dejaron los míos, se quedo atacando mi sensitiva piel, moviéndose a lo largo de mi cuello y detrás de mi oreja "Te amo" susurro tan bajito que las palabras parecieron perderse.
Edward estaba disfrutando de su lento avance, moviendo sus labios a través de cada pulgada de mi pecho y estomago, mientras que yo quería que se diera prisa para ya sentirlo dentro de mí. Nada podía compararse a ser uno con él y que su cuerpo se moviera en sincronía con el mío. Piensa en la cosa más increíble que hayas sentido en toda tu vida, multiplícalo por cien y serás capaz de entender lo que él me hace sentir.

Como si pudiera leer mi mente, Edward levanto su cabeza y en silencio me pidió permiso con sus deslumbrantes ojos verdes. Asentí con la cabeza lo mejor que pude y él sonrió, regresando finalmente sus labios a los míos y deslizándose lentamente dentro de mí. Mi gemido fue tan profundo y fuerte que sabía que tendría que estar avergonzada, pero estaba disfrutando demasiado como para que me importara. Me estaba ahogando de placer por la forma en que Edward me hacia el amor y no me importaba que alguien pudiera oírnos. Ya me preocuparía más tarde, y probablemente estaría roja por días, pero en este momento, solo tenía la sensación de llegar al borde con el hombre que amaba.

Por mucho que no quisiera admitirlo, esta versión más dulce y lenta de hacer el amor era casi mejor que la forma en que normalmente estamos juntos. No era tan difícil respirar por lo que fue mucho más fácil contestar a todos los susurros de amor con los que Edward me lleno. Una parte de mi quería sentirse molesta por su engaño, nunca prometió realmente hacer lo que le había pedido, así que era libre de establecer el ritmo que él quisiera. Pero, ¿Cómo puedo estar enojada con alguien que se preocupa en hacerme feliz?

Mi liberación se produjo segundos después de la última estocada, dándome fuerte y duro, haciendo que mi cuerpo temblara de placer. Estaba tan perdida que ni siquiera estaba segura de si Edward se había venido conmigo o no. Probablemente me sentiría culpable por eso más tarde, pero ahora mismo, estaba feliz de estar en sus brazos.

Cuando la coherencia regreso a mí, me encontraba descansado en su jadeante pecho, con sus manos acariciando mi pelo "Te amo, Isabella Cullen" dijo, amor y ternura goteaban de cada palabra dicha con su aterciopelada voz.

"También te amo" suspire, demasiado cansada para decir algo más o para moverme.

Nos quedamos así por un largo rato antes de que Edward dijera que era hora de prepararnos para la cena. Esa mañana Esme había mencionado que quería cocinar para nosotros para que no intentáramos bajar las escaleras.

Cuando finalmente salimos de la cama – jugamos a "un minuto más" alrededor de 10 minutos – Edward y yo vestidos en nuestras pijamas, planeando pasar el resto de la noche en la casa. Bajamos las escaleras y encontramos a Esme en la cocina, cocinando algo que olía espectacular, por lo menos para mí.

"¿Qué estas haciendo?" pregunte, viéndola agitar el bote que tenia delante de ella.

"Tengo pollo y brócoli en el horno y estoy haciendo ejotes para acompañarlo" contesto.

"Huele maravilloso" le dije.

"Gracias, querida" dejo la cuchara y se volvió hacia nosotros, riéndose un poco "Veo que ustedes dos disfrutaron su día libre"

"El Dr. Johnson dije que tenia que hacer que Bella descansará lo suficiente" dijo Edward, apretándome en sus brazos "Creemos que estar en pijamas es una buena idea para conseguirlo"
Sonreí y fruncí los labios, viendo su sonrisa crecer cada vez más antes de que finalmente se inclinara y me besara.

"Es bueno verlos tan felices" dijo Esme.

Edward sonrió y me dio un casto beso en los labios "Es fácil ser feliz con Bella"

"Esme, criaste a un perfecto hijo" le dije, apretando los brazos de Edward más a mi alrededor.

"Tuvo sus días" se rió entre dientes.

"Gracias, mamá" dijo Edward, rodando sus ojos.

"Bueno, tuviste una breve temporada en la que ni siquiera dejabas que tu propia madre te abrazara" dijo Esme, golpeando su brazo con el paño de la cocina.

"Supongo que me lo merecía" admitió "Pero para suerte de todos Bella entro en nuestras vida ¿eh?"

"Claro" acordó Esme, sonriéndome dulcemente "Entonces, ¿Cuándo espero poder abrazar a mi nieto?"

Me reí, sin esperar que esas fueran las siguientes palabras en salir de su boca "De acuerdo con el Dr. Johnson, debe ser alrededor del 20 de Agosto"

"Entonces estas en tu sexta semana. Tienes que lidiar con las nauseas matutinas. ¿Te dio algún consejo que no hayas escuchado ya de Rosalie y de mi?" pregunto.

"No realmente" replique "Dijo que lo único que funciono con mi mamá fue comer galletas antes de levantarse y comenzar el día. No puedo creer lo mucho que recuerda sobre mis padres"

"Entre el doctor y la enfermera, Bella paso la mayor parte de su cita llorando" bromeó Edward, acariciando mi mejilla con su nariz.

"Lo que significa que Edward paso la mayor parte del tiempo abrazándome y tratando de que me calmara" me reí entre dientes "Pero fue lindo aprender esas cosas sobre mi mamá. ¡Y también hizo una ecografía, Esme!" agregue, entusiasmándome de nuevo "Sin embargo no hay mucho que ver, pero pudimos ver el ritmo cardiaco del bebé. ¡Fue increíble! Y el Dr. Johnson dijo que podríamos escucharlo en nuestra siguiente cita"

"Ha pasado mucho tiempo desde los días en que yo estaba embarazada de Alice y Edward" reflexionó Esme.

"Hola familia" saludó Carlisle.

"Hola querido" dijo Esme, para después abrazarlo fuertemente "Los niños estaban contándome sobre su cita con el doctor esta mañana"

"¿Cómo les fue?" pregunto Carlisle, besando mi mejilla y sacudiendo la mano de Edward.

"Bien" respondió Edward "Bella y el bebé están muy bien por el momento. Tiene seis semanas y nacerá alrededor del 20 de Agosto. El Dr. Johnson nos dio una lista de consejos para las nauseas matutinas de Bella, le receto vitaminas y mucho descanso"

"Bueno, parece que se tomaron la parte del descanso muy seriamente" bromeó Carlisle, apuntando a nuestras pijamas.

"Estamos disfrutando la calma después de la tormenta que son Alice y Emmett" me reí entre dientes.

"Si, definitivamente la casa esta en calma ahora" agrego Esme "Y el lunes probablemente los extrañaremos a todos de nuevo"

"Lunes" me queje "Regreso al trabajo"

"Pensé que querías regresar al trabajo" cuestiono Edward.

"Quiero. Amo a mis estudiantes. Solo que no espero con interés la reunión con el jefe de mi departamento. Tengo que hacerle saber que necesitara un remplazo para mi al comenzar el otoño" explique.

"Él entenderá, Bella. Estoy seguro que no tendrá ningún problema con eso"

"Lo se, pero aun estoy nerviosa" le dije.

"No podrías ser nuestra Bella si no te pusieras nerviosa por algo" bromeó Carlisle, guiñándome un ojo.

"Si, supongo" me reí entre dientes. Apreté los brazos de Edward ya que todavía me sostenían con fuerza "Realmente me quiero sentar, así que déjame ir o muéveme a la mesa"

Edward se rió entre dientes cuando me soltó "Cuidado cuando camines por ti misma"

Le saque la legua y se rió en respuesta.

"Edward, no molestes a Bella. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se cayo" me defendió Esme.

"Si, pero cuando lo hizo, lo hizo con estilo" respondió Edward, sonriendo mientras me miraba.
"Segur, seguro" suspire "Diviértanse a costa de la pobre mujer embarazada que probablemente terminara con peor equilibrio en los próximos meses"

Edward camino hacia mí y presiono sus labios en mi frente "No te molestes, amor. Voy a estar ahí para atraparte si tu torpeza regresa"

"Te amo, Edward" dije sinceramente, levantando mis brazos para un abrazo.

Instantáneamente acepto mi requerimiento, apretándome fuertemente "También te amo, Isabella"

Pude escuchar todas las promesas detrás de esas simples palabras que hacían a mi corazón ir más rápido. Edward iba a estar conmigo en cada paso a través de este embarazo y más allá. Siempre y cuando tuviera a Edward a mi lado, no había nada que temer. O al menos eso era lo que creía




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listo chicas lamento la demora... no me he sentido bien hoy

5 comentarios:

Anónimo dijo...

aaaa q rico q ayas podido seguir con esta historia me en canto la primera y e seguido la segunda con entusiasmo dale baaa suuper con cariño Y.M.S.M.

Lizzy dijo...

Bueno Ale espero que muy pronto te sientas mejor si el malestar es físico, aunque si es emocional debes saber que aquí tenes un hombro para llorar o reír cuando quieras.
Hermoso capitulo!!!
Cuidate mucho y nos leemos siempre...
http://miangelpersonal.blogspot.com/

nashkalight dijo...

buuuu pobrecitaaa alee bueno no t preocupes linda nosotras entendemos a la perfeccion esta historia es divina me encanta el amor q se tienen eddie y bella son tan tiernitoss wiii y ahora con el bebe mas =D segui asi
http://sweetnightmaresmundodepesdilla.blogspot.com/

nos vmos ♥

yolanda dijo...

hola guapa..leí la primera parte y quede completamente enemorada de esta historia y estoy disfrutando muchisimo d su continuación y del amor con q edward trata a bella embarazada..además estoy emocionada con saber mas acerca d los sentimietos d edward con ese precioso niño q tendrá su precioso pelo y los ojos d bella fue buenisimo el momento en q bella le dijo al peque enseñale lo nuevo q has aprendido y el niño sonrie d lado,jajaja buenisimooooo "perdona" q meta aquí este comentario pero la historia cdo la leí estaba finalizada y fue tan genialllll ese momento q queria comentartelo y m quede con ganas d saber q penso edward a ver a ese muñeco tan iguala a el,jajaja...Bueno cielo hasta el prox capi bsssssssss dsd madrid

lauriii!!! dijo...

awww...son la parejamas tierna!!! se pasan jurandose amor!!!precioso,capi!