Segunda Oportunidad

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Capitulo 17.- Una noche loca…

Edward pov
Apenas pareció Bella en el avión el aire se me escapo. Era una amazona en potencia, Blusa negra ajustada en las zonas correctas, con un escote que llegaba hasta el ombligo, unida por una especie de flor de tela y debajo de esta la blusa continuaba unida hasta donde terminaba, una falda negra ajustada y corta con ganas, apenas cubría su cadera y su trasero, botas altas, realmente altas. Me excite de inmediato, jamás la había visto así. Mejor estaría cerca, con ese atuendo llamaría mucho la atención.

Después de platicar con los presentes, evito mirarme, aun estaba molesta por lo de la última noche que pasamos juntos. Sería difícil que me perdonara y más después de esta noche, lo arriesgaría todo, o la conquistaba y se quedaba conmigo, o la perdía definitivamente, al menos en lo sentimental de nuestra relación. Después de hoy no podría divorciarse de mí en mucho tiempo. Y tampoco podría irse.

-¿y por que ir a una fiesta en otro país, no habían en el nuestro?- pregunto en cuanto despegamos.

No pase por alto que dijo “Nuestro”. Ella era americana de nacimiento.

-porque no has ido a una fiesta de este tipo, desde nuestra luna de miel, solo hemos viajado por trabajo, además estas reuniones sociales son imperdibles- respondí haciendo que me mirara por primera vez en la noche.

-¿Qué tiene de especial?- pregunto mirando a Emmet sentado frente a nosotros con Rose.

-solo la realeza y personas de la Lista A asisten, hijos de magnates, princesa y príncipes, hijos de artistas muy famoso y algunos de estos artistas, mucha gente influyente, pero solo si son mayores de 24 y menores de 30 años. Así que suelen ser muy exclusivos. Por eso los antifaces, nadie sabe quién somos. Me gusta mucho el tuyo- comente mirándola fijamente.

-gracias- dijo y después lo escondió debajo de su pierna, su muy hermosa, torneada y blanca pierna.

-el piloto me pidió que les informara que llegaremos en 5 minutos, abróchense los cinturones por favor- nos indico un guardia.

Nos montamos en los autos y llegamos al lugar de la fiesta, apenas cruzamos Rose tomo a mi esposa de la mano mientras ella tomaba a Alice y se perdieron en la pista.

-esto esta divertido- dijo Jasper una hora después de llegar.

-yo quiero otro de estos- dijo Emmet.

-yo no quiero más, este no me gusto- dijo mi esposa rechazando el whisky.

-¿Qué te traigo?- pregunte.

-nada, prefiero no beber, una soda estará bien- respondió sin mirarme mucho.

-ok ¿Qué más quieren?- pregunte a los demás.

Apenas me dijeron que tomarían me dirigí a la barra, ¿soda? Eso no pegaría, opte por llevarle una bebida suave. Después de cuatro Martinis, supe que el alcohol no se le daba muhco y que mi suerte era enorme. Mi adorada esposa no dejaba de reírse. Y estaba muy contenta. Ojala fuera por mí y no por los tragos.

-hasta el fondo Bella-

-No Emmet, se me subirá y terminare vomitando, mejor que Jasper te haga compañía, yo paso- respondió ingiriendo el contenido del cuarto caballito de tequila.

-No seas cobarde prima, lánzate- la animaba Jasper.

-hagámoslo juntas- propuso Alice.

Y así en tres segundos se acabo el licor de un trago y chupo el limón con sal, no sin hacer un pequeño gesto.

-no mas, o de verdad acabare vomitando todo, he bebido demasiado esta noche-

-bueno vamos a bailar- dijo Rosalie jalando a las dos hacia la pista.

Verla bailando fue lo más erótico que jamás presenciara. Su cuerpo se movía al ritmo de la música, no éramos los únicos embobados, al menos la mitad del sitio las miraba.

-tu Chica mariposa incendiara el lugar- bromeaba Emmet, sin quitarle la vista a Rosalie.

-hare reservaciones para el hotel de la vuelta- comento Jasper sacando su teléfono sin dejar de babear por Alice – Listo, hay tres habitaciones, por si se animan- dijo riéndose.

-¿Bailamos?- pregunte cuando me canse de ver como se acercaban otros y ellas los rechazaban sin demora.

-sí, eso me gustaría- respondió echándome los brazos al cuello, hum estaba más pérdida de lo que pensé.

El problema era que yo también lo estaba. Por ella. Bendita Fiesta desenfrenada.

Dos horas después seguíamos bailando, para el séptimo trago de tequila, después de cuatro Martinis y dos desarmadores, su cuerpo se pego al mío. Me beso con pasión. Sin reservas, olvidamos todo y a todos. La saque de la pista hasta pegarla a la pared.

-¿nos vamos?- pregunto sin aliento.

Media hora después nos registrábamos en el hotel de lujo cerca del sitio, antes de siquiera entrar a la habitación ya estaba desnudándome, no puse resistencia, la amaba, quería poseerla completa de nuevo, no lo arruinaría esta vez, con menos rapidez quite las prendas de su cuerpo aunque igual pude tomarla con ellas puestas, no cubría gran cosa.

-Hazme tuya Edward, solo por esta noche olvidemos todo, por favor- me pidió con la voz rota de pasión.

-te deseo- dije sin poder evitarlo, me sonrió besándome de nuevo.

Lentamente recorrí su cuerpo, con manos y labios, se estremecía con cada caricia, se aferraba a mí con fuerza. Sus gemidos me hacían seguir, me ponían al límite de mi autocontrol. Decidí esperar un poco más, disfrutarla un poco más, bese, mordí, marque cada parte de su cuerpo, me hundí en su intimidad muy despacio, nuestros cuerpos se movían juntos, se cerraba sobre mi haciendo que me perdiera en la sensación que su cuerpo me provocaba. Me vacíe al poco mientras aun se contorsionaba de placer. Mi nombre en sus labios nunca se escucho mejor.

-no me dejes- pedí.

Su única respuesta fue besarme de nuevo.

-confía en mí- pidió en un susurro.

¿Confiar? No podía. Ya no, no sabía cómo.

Siguió besándome, tocándome, sentí su mano cerrarse sobre mi sexo, al momento estuve duro de nuevo, la bese con cero delicadeza. Sin demora entre en ella, no hubo juegos previos, solo deseo, puro y creciente, la hice mía hasta que salió el sol tres horas después, agotados, satisfechos y cansados nos dormimos. Ella mas por el efecto del alcohol que por otra cosa.

Bella pov

Desperté con dolor de cabeza, hum, eso era malo, entre eso y el dolor de cuerpo estaba hecha un desastre. Apenas me moví lo sentí a mi lado, me abrazaba, desnudo. ¿Desnudo? Me senté de golpe, no sin que la habitación me diera vueltas por completo y mi estomago estuviera nada de revelarse. Supe que todo estaba mal cuando me vi desnuda también. Trate de recordar algo pero nada apareció.

-Edward despierta- lo moví.

Lo intente de nuevo y una vez más, la cuarta vez por fin me hizo caso, su cara de asombro era parecida a la mía. Genial, ni siquiera estaba sobrio mientras lo hacíamos. ¿Lo hicimos?

-¿ya quieres regresar?- pregunto como si nada.

-¿te das cuenta que estamos desnudos?-

-sí, lo veo y te diré que me encantaría quedarnos aquí y hacerte mía otra vez, anoche estuviste maravillosa, ¿lo recuerdas?-

-no, no recuerdo nada- dije.

Demonios.

-¿estás bien?- pregunto.

-no, vámonos, debemos estar en el castillo lo más pronto posible, hoy termina el mes, he cumplido y espero que tu cumplas- dije esperando que dijera algo, que me pidiera quedarme a su lado, que me dijera que sí me creía.

-bien, si es lo que quieres, vamos- respondió secamente.

No pasaría.

Una hora después abordábamos otro avión, el que mandarán por nosotros.

-los demás regresaron después de la fiesta, avisaron que nos habíamos quedado y la guardia llamo para que nos recogieran- explico sentado frente a mí.

-¿Por qué no me crees cuando te digo que nada paso entre él y yo?- pregunte sin mencionar su nombre.

-¿Por qué sigues insistiendo en decir que nada paso si ya he dicho que te perdono? Te aceptare como sea, solo dime la verdad-

-¿Por qué piensas que lo que te digo no es la verdad?- intente de nuevo, era mi última oportunidad de recuperarlo antes de perder mi dignidad suplicándole de rodillas que me creyera o aceptando lo que me pidiera por estar a su lado… casi lo que me pidiera.

-Bella, los vieron juntos, hay un testigo, porque te aferras a lo mismo, solo acéptalo y quédate, lo superaremos juntos- me pidió, casi me convenció.

-¿Por qué aceptas la palabra de un extraño? ¿Por qué no aceptas la mía? Soy tu esposa, yo jamás te habría lastimado de esa manera yo te a…- no dije más.

-no fue un extraño, ¿Qué ibas a decir? ¿Tú me que…?- pregunto sentándose a mi lado.

-yo… te he sido fiel siempre- dije, no me atreví a hablarle de mi amor, él no creía en eso.

-parece que no nos pondremos de acuerdo- termino sentándose en otro lugar, lejos de mi.

-no, parece que no- mire por la ventanilla y me perdí en la vista.

-¿te irás?- pregunto mirándome.

-¿confiaras en mi?- miro para otro lado como respuesta inmediata.

-no entiendo a que juegas, no te entiendo, te ofrezco el mundo, a cambio solo quiero que aceptes lo que hiciste, solo eso, ni siquiera necesito saber cómo o cuando o nada, solo un simple “si, lo hice”-

-¿Qué más me ofreces?, si te doy la confesión que quieres ¿Qué más me ofreces que no tenga ahora?- pregunte.

-¿Qué mas necesitas?- pregunto

-amor…-

-¿el mismo que tú sientes por mi? ¿El amor que me tenias cuando te acostaste con otro?- contesto molesto.

-olvídalo, no hay manera- termine.

Una par de lágrimas se asomaron, por fortuna mi mirada se perdía por la ventanilla. Mejor que no viera cuanto me dolía.

Llegamos al castillo un rato después. Me dirigí al despacho. Me siguió de cerca.

-lo siento Princesa, no podrá tramitar el divorcio por qué no han pasado un año separados…- dijo el encargado de esos asuntos, necesitaba irme antes de aceptar lo que fuera que Edward me pidiera con tal de seguir a su lado.

Mi dignidad y amor propio daban señales de vida.

-claro que sí, apenas tengo un mes de estar aquí- dije alarmada.

Mi oportunidad se evaporaba, Edward estaba serio, mucho, algo estaba mal

-¿por qué no?- pregunte.

-la ley dice que debe estar separada de su esposo al menos un año y no haber compartido intimidad con él ese periodo, el mes que usted paso viajando con El príncipe y lo de anoche se presta a que hubo algo de eso, lo siento de verdad, tendrá que marcharse y esperar dos años esta vez- dijo el tipo sonrojándose y saliendo con prisa del despacho.

-tú lo sabías, por eso me pediste acompañarte a los viajes, por eso me llevaste a la fiesta, por eso anoche… eres despreciable…- dije corriendo hacia mi habitación.

No me importaba haberme quedado si lo hubiera pedido correctamente, pero emboscarme así era humillante, solo se acostó conmigo para obligarme a quedar. No era lo que quería, bueno, no era la manera como quería quedarme.

La tristeza se instalo de nuevo. Ahora porque me sentía usada y humillada y dolida con él y emboscada, traicionada… y porque extrañaba verlo.

Edward pov

Las tres semanas siguientes no me hablo, no comió, o hizo el menor indicio de relacionarse con nadie, Rose y Alice incluidas, solo se encerró en la habitación. Por pura suerte me dejaba compartirla, bueno suerte no era, mi padre así lo había decretado y no le quedaba más que cumplirlo, no se podía marchar, su pasaporte lo tenía el Rey.

Una noche, sonó su teléfono mientras dormía, la curiosidad pudo más, levante el aparato.
Un mensaje:

“está enfermo, necesito que vengas, no sé qué hacer, lo médicos no encuentran el problema, Bella regresa, está muy mal”

No entendí nada, parecía urgente, es enfadaría conmigo pero sería mejor decirle.

-Bella, despierta, tienes un mensaje en tu teléfono, parece urgente- dije sin tocarla, se giro apenas.

Extendió la mano para tomar le aparato. Leyó y acto seguido salto de la cama como por resortes.

-Carajo, me voy…-

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buenos días chicas, aqui esta el capitulo del fic de hoy

disfrutenlo, saboreenlo, no quedan muchos...

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con Amor Alejadra Rivas ; )