BY: Liz19forever
The crazy world of reality
Nunca me había considerado alguien tecnológico ni fanático de la Internet, tenía computador, lo usaba de vez en cuando pero no pasaba horas pegado mirando las páginas ni inscribiéndome en comunidades virtuales. Con suerte miraba mi correo y creo que si no fuera porque a veces es caro llamar de un país a otro no tendría ni siquiera Messenger.
Estaba revisando unos correos y había terminado de hacerlo cuando, buscando entre unos libretos cayo una servilleta de papel. La tomé entre mis dedos y al ver la letra en ella me sonreí al recordar el comentario, de mi buena amiga Tanya, la semana pasada — en serio, entra y te sorprenderá la Edwardmanía —. Miré la pantalla de mi notebook y luego la servilleta escrita, recordar la risa contagiosa de ella y su explicación aún más inverosímil de cómo había llegado ella a leer algo así disparó la curiosidad, no le iba a creer eso de "casualidad" — Sí claro como no —pensé.
Dude y estuve así harto rato pensando en las ventajas o mejor dicho desventajas de inscribirme finalmente la curiosidad fue mayor e hice clic en "registrarse".
Un formulario apareció frente a mis ojos, era tan exhaustivo como al que te someten antes de una operación — que no podía ser más simple —reclamé llenando algunos campos, deje en blanco el evidente y era raro inventarme un nombre falso pero tampoco podía poner el real, aunque al pensarlo bien medio segundo ¿Quién cuestionaría a un Edward Cullen?, si seguro allí habían millones, nadie se imaginaría que era el verdadero. Finalmente y luego de pasear por varios apodos decidí jugar con mi alter ego de niñez — Antonieta —escribí, termine por llenas los campos que faltaban y apreté el botón para crear mi "nueva personalidad".
Realmente era difícil encontrar algo entre tantas opciones, divague por las diferentes secciones del foro. De pronto baje con el cursor por el resto de tópicos hasta que di con lo que buscaba — Creaciones literarias —era el titulo que llamó mi atención y me reí recordando el comentario de mi co estrella.
— Definitivamente necesito un manual para hacer esto —me dije mientras veía como el tópico se dividía en otros temas.
Me quede cavilando hasta que mi interés fuera captado por una sección en especifica "mayores de 18" dude pero entré, cuando me pidió contraseña mi interés se vio magnificado— ¿Qué podrían escribir que necesitará contraseña? —me pregunté mientras mi curiosidad aumentaba a cada segundo que transcurría.
Debo reconocer que a veces, la curiosidad, hace que uno se las ingenie de mil maneras para obtener lo prohibido. En vano intente ingresar palabras para dar con la dichosa clave y creo que se me estaban acabando las opciones, sin duda que mi imaginación era bastante más limitad, al parecer, que las que tenían ellas porque ninguna de mis paupérrimas alternativas funcionó.
Frustrado retrocedí buscando en los tópicos la contraseña o la manera de obtenerla — esto no puede ganártela —pensé hasta que tope con el anuncio de la moderadora del foro puesto en uno de los mensajes — pedirla por mp —decía y ¿Qué demonios es un mp?, me pregunté recargándome en el asiento pensativo y definitivamente esto estaba superándome — vamos Edward esto no puede ser tan difícil, si una niña de dieciséis puede porque no tú que tienes veintitrés —me dije a mi mismo pensando en que esas dos letras no podían ser un teorema tan complicado.
Después de mucho pensarlo mi vista se distrajo con un mensaje que me apareció en la mitad de la pantalla "usted tiene un mensaje privado" hice clic y era la bienvenida al foro. Retrocedí mis ojos en aquel anuncio hasta que caí – MP era igual a Mensaje Privado —la maldita sonrisita avergonzada se me dibujo en el rostro y no podía ser tan ñoño de no captar algo tan simple suspiré y envié el famoso y nunca bien gloriado mensaje privado a la moderadora.
Espere unos minutos, francamente me había resignado a tener que leer lo que estuviera sin clave pero no encontraba ninguno de los que había descrito mi colega, pasee por algunos e iba a desconectarme cuando en mi ventanita se mostró mi tan esperada respuesta.
La digité, más ansioso de lo que debía ser, y finalmente accedí al dichoso foro protegido. No sabía por cual comenzar finalmente opte por darle una ojeada al tópico que encabezaba la lista. Para cuando acabe el primer capítulo estaba con la boca abierta de la impresión con una pregunta que me había comenzado a realizar hace muchos meses atrás ante tanta conmoción pública: ¿Por qué todo mundo se empeña en juntarme con ella?, de pronto lo que en un principio me parecía cómico ahora estaba siendo bastante molesto hasta el punto que, en mi vida, consideraría tener algo con ella solo por ese hecho.
— Loco, loco mundo real —exclamé sin aliento revolviéndome en la silla entusiasmado y como nunca creí posible habían logrado capturar mi atención o mejor dicho mi "lado b", me acomodé mejor al leer el ultimo reglón del párrafo y definitivamente mis noches ya no serían las mismas luego de descubrir esto, de pronto sentí un calor inexplicable y ni siquiera tenía puesta la calefacción — Definitivamente necesito un vasito de agua heladita —constaté al cabo de unos minutos y no podía creer lo que mis ojos leían.
Y aunque había escuchado acerca de que las fans hacían historias nunca me imagine esta clase de historias, lo que acaba de leer superaba cualquier expectativa — envidiable imaginación —fue mi conclusión dicha entre dientes mientras seguía avanzando poseído por la curiosidad en las páginas ya publicadas y el que estaba leyendo ya tenía treinta, a cada minuto aparecía una nueva y jamás había dimensionado el fanatismo que ellas tenían por mí. Me reí como un estúpido y no entendía porque no podía acallar la sonrisa dibujada en mi rostro, por el contrario, estaba fija allí renuente a desaparecer y por medio minuto me sentí el protagonista verdadero — estas mal —me recriminé en silencio pero era incapaz de cerrar la maldita ventana y recobrar el control.
— ¿Decías algo? —Me preguntó mi hermana entrando a mi único, ahora, espacio privado en ese departamento y como odiaba tenerla de visita — Debo ser menos solidario —pensé al recordar y maldecir el minuto en que había aceptado acogerla por los dos días que tardarían en lavar la alfombra de su departamento.
— Nada —le contesté minimizando la pantalla y era mejor que Rose no leyera, no estaba seguro de como tomaría, incluso podía sentir su ritosatada de sorpresa y burla al constatar que me había sumergido en el mundo real leyendo historias creadas por fans sobre mí.
— Bueno ya me voy —exclamó seria y la miré, tratando de controlar mi pulso y ese bochorno que me inundaba el rostro.
— Ok —fue lo único que le dije y traté que sonará lo más normal posible.
Ya que francamente no quería pararme mucho menos acercarme y no se como lo hacían esas niñas pero después de leer esto, estaba claro que necesitaba una ducha para acallar la evidencia. Mi hermana me dio un último vistazo un poco extrañada y se acercó ávidamente alcance a enterrar mi silla contra la mesa.
— Te sientes bien? —me preguntó riéndose un poco nerviosa con mi actitud.
— Perfectamente —le contesté con la voz un poquitín estrangulada de la ansiedad y es que no podía evitar imaginarme muy patente lo que había leído — ¿volverás tarde? —le pregunté y ella ahora me miró suspicaz.
— ¿Por qué? ¿Debería? —inquirió enarcando una ceja, traté de apagar el repentino rubor que inundo mi rostro y francamente no estaba pensando en llevar a nadie pero estaba claro que necesitaba mi momento en soledad desesperadamente.
— No se a que te refieres —le respondí inocentemente y ella bufó
— Media noche ¿Esta bien o necesitas más tiempo? —me preguntó.
En mi mente no pude acallar la respuesta — Que tal el resto de la semana —le contesté mirándola, nos quedamos en silencio hasta que le dí una sonrisa tonta.
— Mi vida no es tan social como la tuya —le contesté irónico y era increíble lo mucho que ella podía salir.
— ¿Qué ninguna vampiresa quiere salir hoy con el vampiro más sexy del planeta? —me contestó mordaz de vuelta.
— Parece que alguien tendrá que ir a dormir a la casa de sus padres —le respondí entre dientes.
— No seas grave, ya me voy, nos vemos en un par de horas — me respondió saliendo de la habitación. La miré y moví mí cabeza mientras volvía a seguir leyendo la dichosa historia.
Había pasado semanas desde mi primera incursión en el foro y aun seguía leyendo algunas historias, era pasado de la media noche y yo seguía leyendo poseído no solo esa historia sino todas y debía reconocer que algunas me habían puesto a pensar pero lejos lo que mas me había llamado la atención, aparte de la gran imaginación, eran las respuestas de las otras usuarias a cada capítulo que publicaban, la mayoría de las replicas eran bastante chistosas y es que aún no podía creer que todas pidieran Órganos mentales.
Verme descrito en esa manera indudablemente me hizo cuestionarme acerca de la imagen que proyectaba y que distaba tanto de la verdad, el "Edward" que se describía allí tal vez, en verdad existía y es que no se me ocurrirían tantas cosas para hacer o decir – pero si yo soy tan aburrido –pensé sin poder evitar que me entusiasmara la idea de verme convertido, el menos en la ficción, en un monstruo de la cama combinado extrañamente con el eterno príncipe azul. Aunque pensándolo bien no era nada que no pudiera hacer en algún minuto, lo curioso era la exacerbación de cualidades altruistas –no soy tan noble –pensé riéndome nervioso.
En ese instante decidí hacer algo contrario a toda lógica y lucidez, de pronto una idea embargo mi mente y decidí arriesgarme a conocer más a las dueñas de tantas replicas imaginativas. Al azar y motivado por lo chistoso e ingenioso de las respuestas busque un nombre, luego entre al perfil de la usuaria en cuestión y le deje un mensaje en su perfil. Al principio no sabía que ponerle que sonara a mujer y no descubriera finalmente al hombre detrás, y es que su comentario me había causado intriga por saber quién se escondía detrás de la letra.
— Hola soy nueva me gustaría conocerte, creo que tenemos dos interese en común ¿Adivinas cuales?
Había sido mi comentario. Iba a cerrar cuando me sorprendió su respuesta en el mío.
— Jajaja la verdad no sé, hay tantos intereses aunque si me dices por donde van tal vez podría ayudarte.
Era su mensaje y otra vez me sorprendió, me sonreí y le contesté. Así comenzamos a conversar por perfil, me sorprendió descubrir mucho más intereses que Crespúsculo y Edward Cullen aunque de repente era extraño hablar sobre mi mismo en tercera persona, más encima, era curioso por decir menos, escucharla escribir opiniones sobre mí aunque eso había saciado mi curiosidad respecto a muchas inquietudes.
Un mes después
— ¿Qué le harías a EC si lo tuvieras enfrente?
Había sido mi pregunta en su perfil y hoy, con una ansiedad inexplicable, estaba conectándome al foro para ver su respuesta, tal y como lo había estado haciendo desde que la conocí.
Entré extrañamente temeroso por cuál sería su respuesta, me calme a recordar que ninguna de las respuestas que me había dado en el transcurso de este mes había estado sin picardía, inocencia y sinceridad. Era extraño pero cada vez que nos hablamos por el perfil la sentía totalmente honesta.
Miré el mío y allí estaba mi respuesta: Déjame decirte que si lo tengo enfrente me lo como entero, me le tiro encima, le toco hasta lo que te puedes imaginar y le demuestro que hay mujeres reales en esta vida y no niñas pretensiosas como la Tanya que se hace la mujer fatal y es una cabra chica de mierda toda cohibida. (bromita) En realidad no haría nada excepto pedirle un autógrafo y sacarme una foto para inmortalizar el momento y tu ¿Qué le harías?.
Me reí – yo nada – respondí entre dientes muerto de la risa por su comentario desinhibido y honesto. Miré la hora y eran recién las nueve y media de la noche. Miré mi teléfono y tenía al menos cuarenta llamadas perdidas y otros tantos mensajes de texto, los leí todos y como era posible que hubieran tantas mujeres revoloteándome y ninguna digna de conocer, ninguna que fuera normal era mucho pedir alguien con quien tener una relación normal, que nos satisficiéramos mutuamente pero que no gritara chillonamente en mi odio – Eddie –suspiré al borrar el ultimo mensaje de texto y era irrisorio medio país quería casarse conmigo y ni siquiera me conocían.
Mire el notebook y busque el perfil de mi amiga virtual, me quede mirando la fotografía que tenía puesta en ella, luego leí su "acerca de mi" que era bastante escueto por decir algo hasta que otra idea brillante se me ocurrió, tomé el MSN de su perfil y lo agregue al mío.
No sé porque pero algo en sus respuestas me había atrapado a tal punto de querer conocerla más, tal vez su forma peculiar de contestarme por perfil o tal vez lo centrada que parecía pues hasta ahora no había salido con ningún comentario digno de querer arrancar. Espere conectado pero al parecer ella no estaba así que me puse a revisar mi correo. No recuerdo bien cuanto rato estuve hasta que una ventanita se me abrió "Bella acaba de iniciar sesión". Mientras escribía para hablarle se me contrajo el estomago de los nervios, me cuestione si estaba haciendo lo correcto o no, al mostrarme tal cual era y me sentía como si se hubieran invertido los papeles.
— Hola
Le puse y me quede expectante a que me contestara. Me acomode en la silla y me mordí mis dedos mientras miraba la pantalla.
— ¿Quién es la loquita ahora? ¿Cuándo te creaste esta cuenta?
Me preguntó en respuesta – ¿de qué está hablando? –pensé confundido, dude en contestar pero finalmente lo hice.
— ¿Qué cuenta?
Le pregunté y no sabía bien como hablarle ¿Con quién pensara que habla?, me pregunté y no era evidente que hablaba conmigo después de todo era mi cuenta de Messenger real o acaso tendría a otro Edward Cullen como contacto – El Messenger debería llevar un registro y no permitir dos nombres iguales –pensé mientras esperaba que me contestará.
— Vamos Alice no te hagas, ayer me dijiste que yo estaba loquita con el tema de Crepúsculo y mírate acabas de crear una cuenta con su nombre, si ese hombre te viera te juro que arrancaría de ti
Me contestó y tenía un monito de espanto al final, no pude evitar reírme entre dientes sorprendido — ella no creía que estaba hablando conmigo, otro punto a su favor —pensé divertido mientras le preguntaba lo siguiente.
— ¿Quién es Alice? ¿Tú amiga?
Respondí de vuelta apretándome los nudillos —por qué estas tan ansioso —me pregunté a mi mismo y decidí agregar algo del cual tuve la impresión que podría arrepentirme.
— Por cierto no me arrancaría de ti
Su respuesta no se dejo esperar.
— ¿Qué onda amiguis estamos peinando la muñeca firme? ¿Qué estas tomando para que compartas conmigo?
¿Qué onda esta mina? pensé como tan desconfiada primera vez que me pasaba que le decía la verdad a alguien y no me creía suspiré.
— No soy tu amiga
Insistí mientras trataba de pensar que hacer para convencerla y probarle que no era su amiga.
— ¿Entonces quien eres?
Pregunto.
— Tú sabes quién soy
Le contesté y las ideas se me acaban – vamos Edward tu puedes ser ingenioso –me dije a mi mismo mientras leía su respuesta hasta que me vino la idea genialosa digna de un desesperado estaba por escribirla cuando me quede de una pieza al leer su respuesta en el MSN y cómo era posible que le hubieran gustado las fotografías que habían salido hace un par de días y de las cuales casi quise matar al fotógrafo.
— ¿En serio te gustaron esas fotos?
Le pregunté incrédulo, apartándome de mi brillante plan por unos minutos y su respuesta me mostro que estaba a punto de perder la paciencia, y éramos dos, ella creyendo que yo estaba tomándole el pelo y yo tratando de justificar que era el real y no la ficción.
— Estay bien Alice, o ¿te paso algo?
Me pregunto y fue allí cuando decidí seguirle el juego y probar su paciencia
— A mi nada —respondí con la sonrisita malvada dibujada en el rostro
— Entonces como me preguntas eso, obvio, si es un mino muy rico
Contestó agregando un monito de una rana desesperada, solté una carcajada.
— Gracias
Le contesté y sabía que con eso terminaría por socavar su paciencia.
— ¿Gracias por qué…por ser? —preguntó de inmediato
— Por encontrarme atractivo —respondí y no podía evitar reírme seguro la traía desesperada.
— Disculpa —respondió y el zumbido me lo comprobó
— Te dije que no era tu amiga —le advertí, se me dibujo una sonrisa suspicaz en los labios y era increíble que me tuviera como hipnotizado hablando con ella incluso deseando conocerla en persona — espera eso no puede pasar — me dije una y otra vez en la mente.
— Yaaa y ¿quién serías entonces?
Insistió de solo imaginarme su cara se me abrieron las ganas de poder conocerla y tenerla enfrente para apreciar lo frustrada que debería estar por mis respuestas. Perdí la perspectiva completamente y un deseo embargó mi corazón.
— Soy Edward
Le confirme y fue allí cuando explotó le insistí que era yo incluso le pregunté porque no me creía y me respondió – Aparte de lo evidente – me estaba gustado este jueguito sin poder saber bien en qué momento me había entusiasmado tanto, digité irreflexiblemente algo que era poco sensato de mi parte.
— Dame tu teléfono —le pedí sin creérmelo yo mismo – que haces Cullen estas a punto de cruzar una línea sin retorno —me dije a mi mismo pero todo parecía ser subreal.
— ¿Para qué quieres mi teléfono si ya lo tienes?
Respondió la sensación era extraña pero me gustaba así que seguí adelante con un entusiasmo abismante para estar a punto de darme a conocer de manera demasiado publica con una completa extraña.
— Te voy a probar que no soy tu amiga —le anuncié tomando mi blackberry sin mediar consecuencias evidentemente.
— Suficiente me aburrí —contestó
— Dámelo —insistí posesivo y esa parte de mí no me la conocía.
— Seguro Alice me aburriste, si no quieres hablar perfecto nos vemos mañana —digitó en respuesta e inexplicablemente, ante la idea de que se desconectaría, sentí un pánico desconocido, mi corazón se aceleró inexplicablemente cuando no me contestó así que me apresure a escribir pero francamente chatear a dos dedos estaba volviéndose incomodo.
— ESPERA
Le pedí y apreté el zumbido no quería que se desconectara, mi curiosidad estaba en piloto automático guiándome por este camino tan desconocido de hacer algo osado y temerario, de pronto quería escuchar su voz al menos para darme una idea de cómo era ella.
— Dame tu teléfono te probaré que no soy tu amiga —insistí tratando de calmar la ansiedad.
— ¿Quién eres? —preguntó cautelosa y casi la tenía convencida pensé una sonrisa victoriosa se dibujo tímidamente en mi rostro.
— Edward —respondí esperando por su respuesta.
— Pruébalo
Pidió - pero si tú no quieres darme tu teléfono —bufé irritado, suspiré y era hora de utilizar sicología masculina.
— Dame tu número, si me lo das te llamaré —le dije esperando ser convincente.
— Espera
Agregó, tardo unos minutos pero finalmente me lo dio, digité su número mirando la pantalla, acerque el aparato a mi oreja y con los dedos tembloroso por estar haciendo el ridículo le comuniqué, a duras penas, que estaba discando.
— Y yo esperando —contestó.
El teléfono sonó interminablemente sin contestación de su parte, me mordí el labio nervioso ante la idea que se fuera a desconectar en cualquier minuto – tal vez crea que eres un psicópata – me dije — tal vez mintió respecto a su edad —conjeturé en una pasada pensando que era lo más probable quien de veinte años le daría su celular a un completo extraño.
— ¿Por qué no contestas? ¿Te da miedo?
Escribí, justo cuando estaba por darme por vencido el teléfono fue descolgado. Mi agitación me traiciono y exclame la idea que había pensado en cuestión de segundos, traté que mi voz sonará serena pero más todo interesante, en forma escueta le hablé para cerciorarme que lo tomaría en serio incluí algo que solo alguien que estuviera inscrito en el dichoso foro sabría y que me pareció divertido decírselo.
— Intersección de las calles Boston y Northwest, tienes diez minuto y tal vez tus orgasmos mentales se hagan reales
Exclamé y corté. Nunca en mis veintitrés años había hecho algo así era loco, demasiado loco pero la adrenalina que sentía era exquisita, salí de mi departamento sin mediar consecuencias sin reflexionar siquiera de las implicancias que esto pudiera causar. Solo las medí cuando estaba llegando a la intersección que yo mismo había fijado como encuentro – ¿Qué harás si es una niña? –pensé en mi mente – ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar si no lo es? —me cuestioné justo cuando, en la esquina acordada, el cuerpo de una mujer de más o menos mi edad me distrajo de mis pensamientos. Evalúe por un par de segundos lo que haría y hasta donde estaba dispuesto a llegar, la chica estaba parada mirando a todos lados, su atuendo no era muy esperanzador ni indicador de que fuera alguien cuerdo, traía puesto la polera de la película, y era ya cerca de la media noche. Apoye mi manos en el manubrio y suspiré al ver su rostro más claramente, pero fueron sus ojos los que me hicieron decidir.
— Hasta el final —decidí mandando el mensaje a la joven con la cual había estado hablando por casi un mes.
6 comentarios:
Así que todo empezó así... quien lo hubiera dicho. Chicas, cuidadito con quien chatean, no vayan a tener a Rob Pattinson leyendo sus historias. No creo, de ser así ya le habría dado un infarto de tanto gozo, jajaja.
Espero pronto el siguiente capi, es tremenda la historia no?
Mil besos
hay diuossssssssssssssssss!!! siii asi visto desde el lado de el me encantaaaaaaaaa siiii vamos a saber q pasaba por su cabesitaaaaaaaaaaaa wiiiiiiii
esta genial actualicen luego que ya quiero saber que pasa
Este capitulooo me encanto jajaja me dio tisa con los MP si me rei ni sabia q eran y q ñoño jejejeje dios que fino q todo comenzo asi diganme la parte vergonsosa cuando <Rose va a su cuarto y el tan emocionado con las historias sobre el xD hay q ver que me encnata esta historia gracias a la escritora por crearla y darnos la oportunidad de leerla
espero por el proximo capitulo =)
saludossss
CHICA ESTO ESTA MUY BUENO, PORFA PORFA PORFA PRONTO PUBLICA EL OTRO, ME MUERO POR SABER COMO L IRA EN LA INTERVENCION A BELLA, TIA NO TARDES, SALUDOS.
ola q padre esta el capi espero el proximo por q me estoy volviendo loka y lo digo literalmente jejejejejejeje
felicidades por el blog esta de 10 se los agradesco gracias al blog e tenido mis orgasmos mentales jajajajqajajaj
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