domingo, 8 de agosto de 2010

Las sexys aventuras de Edward y Bella


Disclaimer: Todos los personajes pertenecen de Stephenie Meyer. La historia pertenece a gorgeousdisaster, yo sólo me adjudico la presente traducción.

Una colección de Sexy Aventuras de Edward y Bella! Edward: Vampiro, Bella: Humana.

By: gorgeousdisaster
Traduenctora: SoENFER
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El Solo de Bella

Bella's POV

Esto era una tortura.

Edward se había ido 14 horas, treinta y tres minutos, y veintisiete segundos. Emmett y Jasper tenían todo pero lo arrastraron con ellos en su viaje de caza en Colorado, y yo le prometí que podía estar sin él por un día, pero… había un problema.

No creo que hubiera estado nunca tan caliente en mi vida.

Me sonrojé cuando pensé en la descarada palabra, pero era cierto. Y Edward no iba a estar de vuelta hasta en otras nueve horas, veintisiete minutos y quince segundos.

Había tratado de ignorarlo. En serio, lo hice. Hice toda mi tarea, limpié la casa de arriba a abajo, alfabeticé mis CDs y libros. Edward y yo habíamos tenido sexo la anterior noche; pero aquí estaba yo, debatiéndome en exactamente qué hacer. Charlie estaba en casa de Billy por el fin de semana; la casa era toda mía. Pensé exactamente para qué podría ser usada la casa vacía si Edward estuviera aquí y dejé escapar un suspiro de frustración.

Esto necesitaba ser remediado.

Me levanté del escritorio, estirándome un poco y mirando mi cama. ¿Y qué sí…? Me sonrojé de nuevo ante el pensamiento. Nunca antes había hecho eso. O sea, cierto, había pensado en ello, pero no tenía idea de cómo ir haciendo eso antes de que Edward y yo… ustedes entienden la idea. Pero ahora… ahora tenía un muy buen conocimiento de mi cuerpo.

La decisión estaba tomada.

Me quité mi camiseta y desabotoné mis jeans, deslizándolos por mis piernas y pateándolos a un lado. Mi sujetador y bragas vinieron después, y me recosté sobre la cama, completamente desnuda, con mis manos sobre mi pecho. Apreté mis pechos un poco, halando los pezones hasta que se pusieron duros. Dejé escapar un gemido mientras pensaba en Edward haciendo lo mismo, o envolviendo sus labios alrededor de ellos… mi excitación se intensificó.

Me mordí el labio y cerré los ojos, arrastrando lentamente mi mano por mi estómago hacia mi dolorido centro. Froté mi clítoris y dejé salir un suspiro de satisfacción. Esto se sentía bien. Era mucho mejor cuando Edward lo hacía, pero era lo suficientemente bueno. Froté el pequeño botón hasta que me sentí ponerme increíblemente mojada. Dos de mis dedos se adentraron en mi caliente centro; mi respiración de atoró y comencé a bombearlos dentro y fuera de mí mientras frotaba mi clítoris, imaginando a Edward todo el tiempo.

—Oh Edward —murmuré para mí misma, con los ojos aún cerrados.

Sentí a mi orgasmo aproximarse. Mis gemidos se hicieron más fuertes y más fuertes, con gritos del nombre de Edward haciendo eco en la habitación. Finalmente, me corrí. No me moví por un minuto. Deseaba que Edward estuviera aquí.

Sentí un par de fuertes brazos envolviéndose en torno a mí; y fríos dedos quitándome el cabello de la cara. Estaba avergonzada. Tiré una manta sobre mí y me volví para encarar a Edward, quien estaba mirándome con una tierna expresión.

—Yo… yo —no sabía qué decir. Estaba más avergonzada de lo que nunca había estado en mi vida. Sentí mis mejillas volverse rojas con el calor y no pude mirarlo. Habló:

—Bella, eso fue hermoso. Y muy erótico —susurró la última parte en mi oído.

— ¿Por qué volviste? —le pregunté, todavía sonrojada.

—Porque te extrañaba. Cacé tan rápido como pude y corrí de regreso. Tuve que vencer a Emmett en una lucha, pero no fue demasiado difícil —dijo con una sonrisa torcida.

De pronto estuve muy consciente de algo presionándome en un lado. Algo muy familiar y perteneciente a Edward.

—Pues, me alegra que lo hayas hecho —le dije, volviéndome hacia él. Alcanzó mi mano y se la llevó a la boca. Sentí otro ataque de turbulenta excitación cuando lamió mis dedos, sus ojos se quedaron fijos en los míos.

—Charlie se ha ido por todo el fin de semana —le dije con una sonrisa. Edward alzó una ceja.

—Hmm. ¿Y exactamente qué tienes en mente? —preguntó, sonriendo.

—Pues, acontece que se me presiona en el lado derecho ahora mismo —le informé con una sonrisa. Él estaba sobre mí al instante.

—Podemos arreglar eso —dijo, dándome un beso en los labios. Sonreí en anticipación.

1 comentario:

diana dijo...

hay diiiioooosssss siiiiiiiiiiiiiiiii!! como me gustaaaaaaaaaaaaaaaaa