A los pocos minutos Bella llegó a su apartamento. Realmente era toda una suerte poder vivir en un sitio como ese. Más que suerte, se debía al hecho de que los Cullen eran los propietarios de tres o cuatro pisos de los que formaban el total del edificio. Cuando Bella consiguió su trabajo, al que podría ir perfectamente en bicicleta o incluso andando desde el inmueble, Esme no se lo pensó y obligó a esta a instalarse en el piso que le gustase más.
Con dificultad, consiguió meterse en el ascensor con el carrito. Esperó pacientemente a que llegase su planta. Una vez en esta, la nueve, salió a duras penas y rápidamente, ya que llevaba las llaves preparadas, ingresó en su querida casa. Esta constaba de dos espaciosas plantas, las cuales estaban unidas con una hermosa escalera de madera en forma de espiral. Todo el suelo de parqué, estaba cubierto por una mullida moqueta de color beige. Los muebles, cortesía de Ikea, le daban un aspecto minimalista que a Bella le encantaba. Las paredes, de diferentes colores, estaban decoradas con vinilos decorativos. La mayoría representaban el contorno de flores muy abstractas, en negro. En el pasillo que comunicaba el salón con las restantes habitaciones estaban colgadas multitud de fotos de la propietaria con sus amigos y familiares. Se acercó a una de estas y la observó. Llevaba un rato pensando en aquella foto, desde que en el taxi, gracias al silencio, pudo poner en orden su agotada cabeza.
Sonrió al mirarla. Realmente era preciosa. Bajo la sombra de un árbol, un Edward de unos diez años de edad estaba sentado en el césped. Tenía una hoja en la mano, y había temperas esparcidas por todo el suelo. Todo su cuerpo estaba lleno de pintura de colores, incluso su cara. Carcajeándose, miraba intensamente a una niña de su misma edad que estaba tirada en el césped, que también reía y que tenía las manos en la barriga del esfuerzo. Llevaba un bonito vestido, estropeado por las manchas de pintura.
La foto tenía una extraña tonalidad, como amarillenta. Parecía estar hecha en sepia, pero al mismo tiempo los colores se diferenciaban sin ningún esfuerzo.
Bella sonrió ante el recuerdo. Aquel día Alice todavía no había vuelto de sus clases de ballet, a las que Bella se negaba a asistir, a pesar de los ruegos de su amiga. Emmett estaba jugando al tenis con Jasper, así que Esme, para entretener a Bella y a Edward, los había llevado al precioso patio que tenían en Forks, para pintar con temperas. La cosa no había resultado como ella había querido. Bella, después de que Edward se riese de su dibujo, había decidido tirarle a la cara todo un bote de pintura verde. Así empezó una de las guerras más divertida que recordaba… Esme había ido corriendo a por la cámara de fotos, riéndose por el camino.
Cuando se cansó de mirar la foto, decidió moverse por fin, lo cual no era extremadamente difícil ya que todo era muy espacioso, cosa que abrumaba un poco a Bella. Fue hasta su dormitorio y se puso, después de luchar con él durante unos minutos, un pijama.
Adoraba estar en su casa tranquilamente, sin preocupaciones. El señor Uley la había telefoneado para decirle que podía cogerse la baja durante unos días, hasta que pudiese ir sin dificultad al trabajo.
Una de las cosas buenas de ser publicista era que se podía trabajar en cualquier sitio. Bella solía encerrarse en un pequeño despacho, que había preparado para aquellos días que no quisiese ir al trabajo.
Le había costado una fortuna equiparlo, pero tenía todo lo necesario: dos pc´s, uno de sobremesa y otro portátil; un iMac de, ni más ni menos que 27 pulgadas, además de otro de 21. Para completar el lote, su nueva adquisición, un macBook Air. Las paredes estaban decoradas con carteles publicitarios de los años 30, 40 y 50. La mayoría eran europeos, la debilidad de Bella.
Además había dos estanterías a rebosar de sus libros preferidos, la mayoría grandes clásicos.
Suspiró al mirar por el gran ventanal del lateral derecho, desde donde se gozaba de la misma vista que en el salón.
Amaba mirar por la ventana cuando era de noche. Quizás esto se debía más que nada a la estratégica situación del edificio, en la Avenida Madison. Podía ver perfectamente Central Park, con sus lucecitas encendidas. Observó como la Luna y las miles de luces metropolitanas se reflejaban en El lago y unos metros más allá el embalse de Jacqueline Kennedy Onnasis. Simplemente precioso.
Pasó el tiempo sin que se diese cuenta; siempre conseguía evadirse cuando miraba por la ventana. Solo cuando empezó a sentir hambre salió de su ensimismamiento.
Se deslizó hasta la cocina, en busca de algo precocinado, ya que cocinar en silla de ruedas no era especialmente fácil. Cogió una pizza del congelador, la metió en el horno y se fue al salón con un vaso y una servilleta, para preparar la mesa sobre la que iba a comer.
Una vez estuvo su pizza 4 formaggi preparada, se sentó en su cómodo sofá de cuero rojo, de estilo retro. Alcanzó uno de sus ordenadores portátiles, que por fortuna estaba en la mesa y lo encendió. Una vez el sistema estaba al máximo rendimiento, decidió hacer algo que se le había ocurrido mientras miraba por el ventanal. Entró en su facebook y buscó entre sus amigos a Alice o a Emmett. Alice fue la primera que encontró, ya que estaba dentro de las Noticias, en la página principal. La chica estaba de viaje, justamente en París, en un desfile de moda por motivos de trabajo. Su mensaje personal hizo reír a Bella: “Alice Cullen está echando de menos a su Jazz. ¡Por fi, coge el primer vuelo que haya a Pariiiiiiiiiiiis! A parte de eso, ¡¡¡ESTO ES TREMENDAMENTE GENIAL!!! Aquí… ¡NO LLUEVE! ¡¡Me ha durado el peinado de la peluquería más de dos días!! PARIS, JE T´AIME.” ¿Cómo podía alguien poner eso en un lugar público? Pero era Alice, nada de ella la sorprendía ya. Se distrajo viendo las fotos que acababa de subir su amiga. ¡Estaba tan guapa! Le dejó algunos comentarios y después se centró en su plan. Fue hasta los Amigos de Alice, y se dio cuenta de que tenía 1356. ¡Era totalmente imposible! Si ella solo tenía 200 como mucho… Suspiró y empezó su búsqueda. Hizo clic en ver todos y después, escribió Cullen en Buscar amigos. Esperó que cargase y nerviosa mordisqueó un trozo de pizza, sin querer mirar la pantalla. Al rato decidió que estaba siendo una tonta y que no pasaba nada si curioseaba un poquito. Había siete Cullen, de los cuales seis se hallaban en su lista de contactos: Carlisle, Esme, Emmett, Eleazar, el hermano de Carlisle, su mujer Carmen, y la hija de ambos, Tanya. A estos tres últimos los conocía porque Bella se había pasado varios veranos en la casa de playa de estos, junto con Alice y Emmett. Eran tan geniales como los padres de sus amigos. Sería cosa de ser un Cullen.
El séptimo era la persona por la que Bella había hecho todo esto: Edward Cullen. La foto de su perfil se veía mal, ya que estaba viéndola en el tamaño pequeño. Inspiró e hizo clic en su nombre. Inconscientemente cruzó los dedos y rezó porque su perfil fuese público. Cuando se dio cuenta que no era así, y que prudentemente lo tenía en privado, casi tira el portátil de la frustración. Un trozo de pizza cayó al sofá, pero a Bella no le importó, estaba muy ocupada enfadada con el mundo en general. “Joder Bella, te estás comportando como una acosadora profesional. Relájate, al menos puedes ver mejor la foto principal y algunos datos…”
—A ver que tienes para mí, Doctor Cullen… —susurró mientras examinaba la poca información que había en la página minuciosamente.
Lo primero que alegró a Bella fue el hecho de que no ponía que estuviese en una relación. Pero, ella tampoco lo especificaba en su perfil y sí que tenía una… Esto la decayó. Sin embargo, cuando vio la fotografía principal una enorme sonrisa le apareció en el rostro.
En ella estaba el joven, con una bata blanca de médico. Tenía alrededor una decena de niños que supuso que eran africanos. En brazos tenía a un pequeño, de no más de cuatro añitos, de pelo castaño y junto a Edward era el único que tenía la piel blanca. Todos los demás niños le estaban abrazando las piernas y sonreían, esperanzados mientras que Edward parecía reírse. Tenía la piel algo bronceada y sus ojos, del color de las esmeraldas brillaban con ilusión.
Bella notó como se le hacía un nudo en la garganta. Ese hombre había ido a África en una misión humanitaria. Sintió un gran respeto hacia él, era increíble que las personas fuesen así de consideradas con los demás, que olvidaran su comodidad y se fuesen al desierto a ayudar a gente tan necesitada. Los ojos se le humedecieron, siempre había sido muy sensible con esas cosas. Amaba a los niños, si no hubiese sido tan torpe habría pensado más seriamente el estudiar Educación Infantil, abrir una guardería o trabajar en un colegio. Pero el hecho de que cada vez que cogiese una tijera significase un corte profundo y dos semanas con vendas le había hecho cambiar de opinión y pensar en otro futuro.
Suspiró, deseaba haber obtenido más información, pero ¿qué más podía hacer? No quería enviarle una solicitud de amistad, sería como confirmar que realmente era una acosadora. Si estuviese interesado, hubiese sido él quien se la habría mandado. Sabía que su cabezonería y su orgullo estaba en medio de todo esto, pero lo dejó pasar y cogió el mando de la televisión.
Puso la Fox y vio que estaban echando un capitulo de How I meet your mother. Lo cambió rápidamente, ya que tenía órdenes estrictas de Emmett de que así fuese. Todo esto tenía una explicación, y es que, los viernes Jasper, Alice, Rose, Emmett y ella misma se reunían para ver todos los capítulos de la serie que hubiesen echado entre semana. Se repartían el trabajo en parejas: una de ellas se encargaba de grabarlos en DVD, otra de la comida, y la otra del lugar. Podría decirse que estaban muy bien sincronizados.
Gracias a Dios el episodio estaba a punto de acabar, así que Bella se puso a recoger rápidamente para ver lo que echasen después, fuese lo que fuese. La Fox casi nunca la decepcionaba.
Cuando estuvo de nuevo en el sofá, soltó un grito al ver lo que estaban poniendo…
—¡ANATOMÍA DE GREY! Por Dios, esto es una pesadiiiiilla —aulló contra un cojín. Sin embargo, decidió no cambiar de canal, y se tragó el episodio entero, mordiendo el pobre cojín en momentos algo calientes.
Cuando acabó, cogió el móvil y buscó por la agenda telefónica. Necesitaba hablar con alguien. Pensó en Mike, pero ¿qué le iba a decir? ‘Hey Mike, qué pasa. Verás estoy pensando seriamente la posibilidad de romperme una costilla para volver al hospital. ¿Por qué? Bueno, es que allí trabaja una especie de gigoló al que conozco de toda la vida. Sí, sí, lo que te cuento. Bueno venga, descansa, hasta mañana. ¡Te quiero! ’ Le entraron hasta nauseas. Ella no era así. Había tenido problemas en su relación, una vez incluso le fue infiel. Bueno realmente ella no sabía que estaba saliendo con Mike, cuando se lió con su amigo Jacob, pero al final resultó que sí. Le hizo mucho daño, y desde entonces se prometió ser clara con él. Realmente era un chico encantador y no se merecía que lo tratasen mal. Todos los errores que había cometido Bella con él eran básicamente porque estaba decepcionada. Él no era su Jasper, como Alice le recordaba cada día que salía el tema. Según ella, Bella estaba mal por el hecho de no haber conocido el amor en veintiún años.
Alice, que era la directora de la sucursal de Vogue NY (además de tener una de las tiendas de ropa y complementos más solicitadas de la ciudad), venía a su piso constantemente con books fotográficos de los modelos que trabajaban para ella. Les enseñaba uno por uno los muchachos, intentando que Bella sintiese lo que ella llamaba ‘la flecha del amor’. Bella no podía hacer otra cosa que mirar a aquellos chicos con tristeza, posiblemente ninguno supiese el uso que le daba su jefa a sus fotografías.
—Alice, son guapísimos. Pero es muy triste que intentes enamorarme de alguien por una foto —le decía siempre Bella.
Pensando en esto, decidió que no podía llamar a Alice y decirle que su hermano había vuelto, y a lo grande a su vida. “Cuando vuelva de Europa hablaré con ella.” sentenció, mientras cerraba el móvil y lo dejaba a un lado. Sin embargo no pudo más y se decidió por mandarle un email. Alice debía saber al menos que Edward había vuelto, ella lo quería con locura.
Alice, a que no sabes que me ha pasando hoy.
Justo cuando tenía la presentación de mi proyecto me caí por las escaleras y tuve que ir al hospital. Pregunté por tu padre, ya sabes, lo de siempre. Qué sorpresa la mía cuando me encontré al Doctor Cullen Jr. ¿Sabías que tu mellizo anda suelto por Nueva York? Casi ni le reconocí... Bueno, me pareció que debías saberlo.
Espero que te lo estés pasando súper bien por París. Ya he visto algunas de tus fotos, realmente parece que has acabado con todas tus tarjetas de crédito ¿eh?
Un beso, te quiero.
Bella.
Pdt.: Por favor, no me compres NADA.
Pulsó enviar y distraídamente se puso a navegar por Internet. Leyó algunos mensajes que había recibido de sus amigos y otros tantos del trabajo cuando le llegó uno de Alice. Debía de estar en el ordenador en ese momento.
Bella.
¿QUÉEEEEEEEEEEEEE? ¿¿¿Mi hermano??? Qué IMBÉCIL, no me ha dicho naaaaada. Espero que mis padres por lo menos lo sepan. Esto es increíble, ¡¡Bella por fin seremos los seis de nuevo!! Hay que convencerlo para que no vuelva a irse, no podría soportar perderlo otra vez. Y qué, ¿cómo está? Quiero una descripción PERFECTA, no pienso moverme hasta que no me contestes. Dios, esto es taaaaan emocionante. ¡Me han entrado más ganas aún de volver a casa! Por suerte solo me quedan unos días, el viernes estoy allí, para la noche de series. ¿Es en casa de Emmett y Rose no?
Te quiero, Alice.
Pdt.: Lo siento, llegas tarde. Quéjate menos y mañana vete a Ikea, creo que necesitarás un armario más grande.
Bufó resignada mientras tecleaba la respuesta.
No sé quién lo sabrá, pero apuesto que Emmett no. No me ha dicho nada por lo menos, me dijo que acababa de llegar. Estará liado instalándose y eso, no es fácil encontrar un apartamento en Noviembre, Alice.
Lo de si volverá a irse… Bueno, es él. Ambas sabemos que su vida es sólo suya, no la comparte con nadie más.
Y está… Pues yo que sé Alice… Digamos que ya es "un hombre". Ha cambiado, por lo menos se estuvo riendo mientras me escuchaba hablar por teléfono. Hizo varias bromas y todo eso. Sí, bromas, yo también me quedé con la boca abierta. Quizás ha encontrado a “alguien”... Me ha invitado a desayunar, aunque no sé cómo lo hará, no sabe ni donde trabajo ni donde vivo ni nada. Me preocupa Mike, quizá piense algo raro si me ve con él… Bueno, es que realmente, Edward está muy guapo. Deberías ver como las enfermeras lo miraban... Al principio pensaba que cuando suspiraba se referían a tu padre, fue muy divertido, deberías haber estado ahí.
Y lo de la casa de Emmett y Rose sigue en pie. Estoy deseando volver a verte duendecillo, seguro que tienes mil historias. Jasper trae los capítulos y yo me encargo de la cena (haré tu preferida si reduces los regalos que me traes a la mitad, no hay más que hablar).
Pdt.: Bueno sí. Alice Cullen, no pienso comprarme ningún armario. El mío es perfecto.
No sabía describir como estaba el hermano de su amiga. Posiblemente si hubiese empleado sexy o increíblemente bueno Alice habría sospechado algo. De verdad esperaba que este nuevo Edward entrara a formar parte de sus vidas. Sus hermanos lo echaban demasiado de menos. Jasper también, era uno de sus mejores amigos. Y Bella… Bella también. Aunque no pasase mucho tiempo con los demás, ellos siempre lo habían considerado uno más. Eran los Hale, los Swan y los Cullen, sin excluir a nadie.
Un sonido le advirtió que había vuelto a recibir un mensaje de su amiga. Lo abrió rápidamente, echaba mucho de menos a su duende.
Ay Bella, me muero de ganas de abrazarle. Me he puesto tonta, lo he echado mucho de menos, y saber que estará tan cerca de casa… Realmente tengo que empezar a pensar en algo para que no se vaya jamás. Entiéndeme, no solo es mi hermano, es mi mellizo. Me ha emocionado lo que has dicho. ¡Edward riéndose y bromeando! Eso significa que está feliz.
He decidido mandarle un mail o algo, para que me explique qué ha pasado, estaba muy contento de estar en Londres. Quizás haya pensado que ya es hora de unirse más a su familia. Te mantendré informada, ya sabes.
¡¡Estoy tan emocionada!! ¡Y aún me queda el Martes, el Miércoles y el Jueves aquí!
No sé si podré dormir hoy.
Gracias Bella, por contármelo y por estar ahí. ¡Te quiero mucho, amiga! Mañana te llamo.
Pdt.: No intentes chantajearme Swan, sabes que no sirve.
Alice C.
Bella sabía qué era eso de “te mantendré informada”. Alice escribiría algo ahora, y cuando tuviese su respuesta, lo pegaría todo en un nuevo email que mandaría, esta vez a mí. Siempre hacia eso. No le gustaba tener que contar las historias por si se le olvidaba algo importante, así que básicamente me hacía leerlas, para que no hubiese margen de error posible.
Sabía que era poco probable que Edward le contestase esa misma noche, pero aún así decidió no acostarse todavía y probar suerte más tarde. Se puso a ver una película que echaban en un canal cualquiera. Realmente no prestaba mucha atención, cada cinco minutos le daba actualizaba la página principal de su correo. Justo cuando iba a rendirse, allí apareció el mensaje. Palmoteó y lo abrió rápidamente. Estaba ansiosa y no entendía el porqué.
Edward.
Bella me acaba de escribir un email. Qué sorpresa la mía, resulta que según ella, estás en Nueva York.
¿A qué se debe que no hayas llamado? ¿Estás enfadado conmigo? ¿Pasa algo? Te echo de menos, y me ha dolido mucho esto. De verdad que deseo que nos veamos.
Ahora mismo estoy en París, por trabajo, pero vuelvo en unos días. Me gustaría que quedásemos a tomar un café y me contases qué demonios te pasa. Sincérate aunque sea por una vez, ¡ya eres mayorcito, hombre!
Aún así te quiero. ¡Y más te vale a ti quererme también!
Espero tu respuesta ansiosamente. Por favor, deja que duerma tranquila, así que escríbeme YA.
A.C
__
Querida Alice.
Sí, estoy en Nueva York. Es muy complicado explicar todo lo que te tengo que contar por aquí. Perdona por ser como siempre, tan poco considerado con los demás. Créeme cuando te digo que he cambiado. Y sí, hay un motivo para esto, pero todo a su debido tiempo. Es demasiado complicado… Pero no te preocupes, no es nada “malo”, así que tómatelo como una sorpresa.
Sé que estabas en Francia, por eso no he hablado contigo aún. Quiero esperar a que toda la familia pueda reunirse. Os tengo que presentar a alguien que ha cambiado mi vida radicalmente, y espero que aceptéis mi decisión.
Mamá y papá ya están al corriente de todo lo que te he dicho por aquí. No saben ni menos, ni más que tú, así que no los atosigues a preguntas hermanita.
Dime un día que te venga bien para una comida o una cena, y que venga Rosalie, necesito hablar con ella. Y Bella, por supuesto. Por cierto, está genial eh, ¡ya se nos ha hecho toda una mujer!
Yo también te quiero Alice. Y duerme bien esta noche, hazlo por mí. Como te he dicho, todo está bien.
Nos veremos pronto,
E.C
Pdt.: Te tengo que preguntar algo, ¿dónde diablos trabaja Bella? No me agobies con preguntas, simplemente le prometí un desayuno. No estaría mal una ayuda con sus horarios y eso.
Bella termino de leer y se recostó en el sofá.
“Así que era eso. Está enamorado.” Sintió como algo le oprimía en el pecho. Quería estar feliz, su amigo se merecía el apoyo de todos, siempre había estado solo, pero también era porque él había querido eso. Sin embargo se sentía abrumada por la información. Él quería que ella conociese a esa persona que había conseguido lo que nadie, que Edward fuese feliz.
No sabía por qué se comportaba así, ellos dos no habían sido nunca nada. De hecho, ella ni siquiera había pensado mucho en él durante todos estos años. Ambos se habían construido una vida, en la que no aparecía el otro. Era lo normal. “Pero duele” Pensó Bella mientras se deslizaba hasta su cuarto con la ayuda de su fiel silla de ruedas.
Cuando estuvo entre las mantas de su amplia cama, dedicó unos minutos a hacer ejercicios de relajación, para poder dormir rápidamente.
Pero no sirvió de nada.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------Bueno mis chicas aqui cumpliendo · capi divertidisimo Joder que mal que Edward tenga perfil privado y caray que le pasa a Alice copiando y pegando mails que tal uno diga algo importante jajajaaja...como ven chicas Laura esta muy contenta por que lean su fic asi que sigan dejandole mensajitos..y ya checaron la imagen esta genial..besos y Disfrutenlo!!!!
7 comentarios:
hola !!! estuvo vueno el capi ... pero que lastima que el feic de edward es privado que mal ,y que mal pobre bela no? bueno chau zuerte besotes espero leerte pronto !!!!.... camila
Me encanto!
Aish, que mal que Ed tenga su FB privado....
mmmm...me parece o Ed a adoptado a un niño..
el de la foto de su perfil..
Bueee..
No doy nada por sentado :)
Alice
PD. Me encanta el blog
jojoooooo..!!! buenisimooo...jajaja alice en todos los fics es igual....parece miuy histerica jajajaj pero hermosa a la vez, tan llena de vida y entusiasmo..!! jajaja
espero el proximo capi..!!!
besosss.
Dios mío, que ganas de leer el siguiente capítulo! Me teneis en ascuas!! xD
Leed mis fanfics: www.twilightswangirl.blogspot.com
Besos!!
(L)
ahhhhhhhh..... yo queria ser la primera!!!! jajajaja muyyyy buenos!!!!
All Cullen
hay q buenoooo, perfil privado? queria
que viera sus fotos
y como q alguien especial haa
cada vez me gusta más este fic :D
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